16 dic 2019

Calés y con talento

En los 70 del pasado siglo surgieron en España unos grupos herederos de la rumba flamenca, todos ellos calés, que más allá de la aburrida canción protesta y la manida "Movida", lograron un éxito arrollador sin apenas promoción, escasas apariciones televisivas pero con una enorme cantidad de talento y, sobre todo, auntenticidad. La gente (la de verdad) los escuchaba, les compraba los cassettes y pagaba por verlos. Ganaron millones pero o los dilapidaron o se los quedó alguien por el camino. Aquí vamos a recordar a algunos de ellos, que han dejado canciones para el recuerdo y una huella notable en nuestra música, ¡Amonó!.
Rumba Tres (1970-actualidad)
Herederos directos de "Los Espontáneos", uno de los primeros grupos de la rumba catalana, cambian a su actual nombre tras firmar por Discos Belter. En este trío se dan dos raras circunstancias: mantienen la formación inicial (José Sardaña y los hermanos Pedro y Juan Capdevila) y obtuvieron un cierto éxito en el extranjero, en países como Alemania, Polonia o Chile. Sus mayores éxitos son "Tu nombre", "Besos" y sobre todo "Perdido amor (Ya no te puedo querer)". Aún en activo, sin ser unos primera línea gozan todavía de un merecido prestigio, sus temas hablan de amores y desamores,  buscan sólo entretener.
Jero, El Vaquilla, Julio y Emilio
Los Chichos (1973-2018)
El dúo formado por los hermanos Emilio y Julio González Gabarre, pronto se convirtió en trío con la llegada de un personaje clave en el flamenco y la rumba moderna: Antonio Jiménez Muñoz, Jero. Jero daría para un celebritis, sólamente decir que nació el populoso barrio vallisoletano de La Victoria y que fallecería en Madrid en 1995, lanzándose al vacío desde una ventana de su casa. Es además, padre del Chaboli, esposo de la Niña Pastori. Es el compositor de algunos geniales clásicos como "Quiero ser libre", "Ni más ni menos" o "Te vas me dejas y me abandonas", lo que hace Los Chichos el grupo clave de una época. Con letras pegadas a la realidad: prostitución, desamores y marginación social, delincuencia... Jero dejó el grupo en 1989 y ya nada volvió a ser lo mismo. Para el recuerdo, discos como "Eso sí tiene guasa" (1975) o "Esto es lo que hay" (1989). Jero creó Jeros, otro grupo de corta y no tan exitosa andadura.
Los Amaya (1969- actualidad)
Familia de la famosa bailaora Carmen Amaya, los hermanos José y Defín, natulares de La Coruña y Oviedo respectivamente, son unos virtuosos de la guitarra, imprescindibles en el género. Saltaron a la fama con una extraordinaria versión rumbera del tema de la película "El bueno, el feo y el malo". Luego vendría  "Caramelos" (1971), una animada canción que en los 80 lograría mayor fama si cabe debido a una campaña publicitaria de cierta bebida alcohólica. Sin embargo es el también cantante Tony Ronald quien les consigue sus mejores contratos con RCA a partir de 1978, logrando su mayor éxito con la genial "Vete", canción que nunca puede faltar toda fiesta o evento que se precie. Aún en activo, es uno de mis grupos flamenco-rumberos favoritos por calidad y estética.
Los Chunguitos (1973- actualidad)
Formado por los hermanos Enrique (1956-1982), Juan (1954) y José (1958) Salazar, deben su nombre a su afición a apedrear trenes (sic) en su infancia, vamos, gente chunga. Su padrino fue nada menos que Ramón Arcusa, que les consigue galas y un contrato con una discográfica. A su enorme fama también ayudó el hecho de que sus temas aparecieran en las películas del famoso cine "quinqui", como "Perros callejeros" (José Antonio de la Loma, 1977) o "Deprisa, deprisa" (Carlos Saura, 1980), películas (sobre todo la segunda) que deberían ser más recordadas.
La muerte de Enrique, compositor y solista marca el fin de la mejor etapa del trío, siendo sustituido Enrique por su primo Manuel hasta 2006, en que forma su propio grupo. Hoy en día Juan y José se dedican más a los realities y a los bolos (hicieron uno en mi pueblo) que al cante, una pena porque canciones como "Me quedo contigo" o la mítica "Dame veneno" (que ya no usan Faemino y Cansado en sus actuaciones) les han hecho pasar justamente a la historia de nuestra música.
Los Calis (1986 - actualidad)
Naturales de la populosa barriada de Vallecas, donde también había rumba (no sólo en Cataluña), llegaron a tener un enorme éxito que el tiempo ha llegado a, casi, sepultar. Su característica diferenciadora era un cierto toque rockero, ya que usaban guitarras eléctricas. En origen fueron un trío formado por tres gitanos que se dedicaban a la venta ambulante, han tenido distintos miembros (los originales fueron los hoy pastores evangelistas Jose Luís Jiménez y Eduardo García, más el que sigue en activo, José Hernandez) y nunca lograron reeditar el éxito de sus primer disco, donde estaba "Heroína", una de esas canciones que marcan una época, por lo que tienen de testimonio de la misma. También "Una paloma blanca" es un tema que no puede faltar en toda fiesta o Nochevieja que se precie, melancólica y con una de esas letras tan típicas de estos grupos a los que sobraba algo que ya no se ve en la música actual, como decía al comienzo: autenticidad.

Bueno, finalmente desearos una muy Feliz Navidad a todos y un próspero 2020.


"El hombre es un ser que busca. Toda su historia lo confirma. También la vida de cada uno de nosotros lo atestigua. Muchos son los campos en que el hombre busca e investiga y luego encuentra y, a veces, después de haber encontrado, comienza de nuevo a buscar. Entre todos estos campos en que el hombre se revela como un ser que busca, hay uno, el más profundo. Es el que entra más íntimamente en la humanidad misma del ser humano. Y es el más vinculado al sentido de toda la vida humana.
El hombre es el ser que busca a Dios."
Juan Pablo II (27 diciembre de 1978)

3 dic 2019

Un año de cine, 2019

Un año más en dacosica somos fieles a nuestra cita con el cine del año aunque esta vez se incluyen películas de las plataformas digitales y filmes estrenados en 2018 pero vistos en 2019. ¿Por qué? porque he visto poco cine en salas, por eso, mirad qué desgracia. Bueno, empezamos.
Spider-man: un nuevo universo (Bob Persichetti)
Sin lugar a dudas una grata sorpresa en el saturado género de los superhéroes que, aprovechando la siempre agradecida animación, dan otra vuelta de tuerca a la consabida historia del trepamuros para empezar de cero y contentar a nuevos y viejos aficionados. Ya era hora de que viéramos un superhéroe en una superproducción animada pues, creo, en imagen real no dejan de resultar un pelín ridículos y pierden la fidelidad (no solo estética) con el cómic original. Aquí los autores urden una compleja y entretenida historia que permite crear un nuevo Spiderman más al gusto de los tiempos (un muchacho de color, con madre latina), una spidergirl de lo más moderna y mantiene al Peter Parker de siempre. Es algo calculista mas la inteligencia, virtuosismo (a veces tan imponente que uno siente que se pierde detalles sobre lo que pasa en pantalla) y emoción de la propuesta no puede por menos que resultar admirable.
Aquaman (James Wan)
Contra todo pronóstico, "Aquaman" ha sido un enorme éxito, lo cual supone un gran espaldarazo para el lánguido universo DC cinematográfico. Poseedora de todas las virtudes del cine de alto presupuesto de Hollywood (efectos visuales, grandes actores secundarios, trama entretenida, imágenes espectaculares) y pocos de sus defectos (algún tópico en el guion y los diálogos, demasiado metraje), Aquaman no es una película con pretensiones, gracias a Dios, "sólo" es entretenimiento de calidad.
Dentro del alto nivel de la producción, destacar a los protagonistas, unos simpáticos Jason Momoa y Amber Heard y dos escenas para el recuerdo: la pelea en un pueblo costero italiano, que no da un respiro, y la escena de lucha y posterior huida, por las profundidades abisales, de unos monstruosos animales anfibios marinos: Lovecraft (a quien se cita al comienzo del film) estaría orgulloso. Si Wan, especialista en cine de terror (Saw), logró el mayor taquillazo de la agotada saga Fast and Furious aquí hace lo mismo con la saga de DC, veremos si lo aprovechan.
Ralph rompe internet (Rich Moore, Phil Johnson)
Rich Moore es, con todo merecimiento, uno de los directores de animación del momento. Formado nada menos que en "Los Simpson", responsable del memorable capítulo del Festival de Cine de Springfield, Moore logró en el primer Ralph alcanzar unas cotas de calidad increíbles, además de hacer un film excelente que combinaba lo clásico con lo moderno y ser un homenaje a la cultura del videojuego realmente emotivo. Y es eso precisamente, emoción, lo que le falta a este Ralph, tan impecable y espectacular como el anterior (o más) pero falto de enjundia, con hallazgos puntuales (el virus de los bajos fondos de internet, el encuentro con otras princesas Disney) pero absolutamente falto de mordiente. Se va desinflando poco a poco y solo su elegante final, terminada la aparatosa exhibición animada, típica de todo film palomitero, logra salvarla. Una lástima porque el personaje principal tenía (y tiene, se avecina secuela) muchas posibilidades. No así Vanellope, una "princesa" Disney que acaba resultado pelín repelente.
Triple frontera (J. C. Chandor)
Pese a que el año pasado salí escaldado de las "películas Netflix" la comodidad de ver cine en casa y el hecho de tratarse de un film de acción (mentira, como luego comprobaría) me llevó a ver esta película de J.C. Chandor y la decepción es mayúscula. Quizás es culpa mía que esperaba más tiros y tensión pero lo que arranca muy bien y promete ser una retorcida versión adulta de "Los mercenarios" (2010, S. Stallone), continua con una agotadora preparación del un "supergolpe" y acaba como un programa de "Planeta Calleja" en la cordillera andina. Hasta los sicarios de los narcos son buenos y no quieren disparar a matar, sólo hay uno que se quiere vengar y es con razón. Un bluff en toda regla del que sólo se salva Ben Affleck, con el personaje más complejo y de mayor enjundia dramática. Una pérdida de tiempo de dos horas.
El parque mágico (Dylan Brown)
Es una pena que un film tan interesante como este haya tenido unos resultados tan pobres en taquilla. Co-producida entre España (Ilionanimation) y EE.UU. (Paramount), es una apuesta fuerte (100 millones de $ de presupuesto) que se notan en la pantalla con una magnífica animación, funcionando fantásticamente en las escenas de acción (de verdad "sientes" que estás en las atracciones del parque) y también en las más dramáticas (son personajes muy expresivos). Con un bonito mensaje sobre la salvaguarda de la ilusión y el equilibrio de esta con la realidad, tiene momentos realmente emotivos y conmovedores gracias a una protagonista con la que se empatiza fácilmente. Quizás, por ponerle un pero, algunos personajes secundarios caigan en el tópico mas no echan a perder un conjunto bien resuelto.
Vengadores: Endgame (Anthony y Joe Russo)
Final de la saga más famosa del universo MARVEL, con despedidas y relevos importantes, "Vengadores: Endgame" supone la aparatosa culminación de un relato que ya empezaba a dar signos de agotamiento. En mi caso, la anterior "Vengadores: Infinity war" (2018, ídem), fue una decepción pues se me hizo larga y tediosa debido a una pesada tendencia a la gradielocuencia que cada vez es mayor en los films de superhéroes así que, quizá por no esperar mucho, ha resultado bastante satisfactoria para mí. Han sabido cerrar bastantes tramas sin caer en el ridículo, se ha logrado dar un final digno a ciertos personajes y se ha ofrecido un espectáculo de primera, con drama por doquier pero esta vez con una gotas de humor que la hacen muchísismo más llevadera. Viendo el final uno no ha podido sino acordarse de esas películas de antaño, con todas las grandes estrellas de Hollywood en películas de catástrofes, grandes y famosos actores hasta en pequeños papeles. Nada nuevo, nada malo.
Brexit (Toby Haynes)
Muy entretenido telefilm sobre la campaña que dio lugar a una de las mayores sorpresas en la historia de la política europea. Tiene a su favor lo candente del tema, su extrema amenidad y el gran trabajo actoral. Toby Haynes, curtido en series británicas clásicas (Doctor Who) y de "vanguardia" (Utopía, Black Mirror) logra que el espectador sienta un escalofrío ante lo que internet en general y las redes sociales en particular pueden hacer con nuestro libre albedrío si caen en manos de desaprensibos. En el debe, que no explique los motivos que llevaron a la convocatoria del referéndum y una lástima que en su tramo final, este apasionante thriller político, no sepa rematar, prefiriendo nadar y guardar la ropa, porque logra retratar perfectamente a una sociedad británica dividida y enfadada con el mundo.  ¿Trump? ¿el independentismo catalán? ¿los populismos? imposible no acordarse de ellos mientras se ve la película. Ojo a la estremecedora escena de la dinámica de grupo, un prodigio que cuenta en pocos minutos mucho más de la sociedad europea que cualquier documental.
Dolor y gloria (Pedro Amodóvar)
Premiada película (e interpretación de Banderas), éxito en taquilla y seria candidata para los próximos Oscar de la Academia, "Dolor y gloria" es la más personal de las películas de Almodóvar ya que, por una vez, no usa a los personajes ni a las tramas para esconderse: Banderas ES Almodóvar y todo lo que le sucede en los últimos años. Una película hermosa por momentos, emotiva a veces (Julieta Serrano protagoniza las mejores escenas) pero algo deslabazada. No es, para mí, su mejor cinta aunque sí se aleja de horrores como "Los abrazos rotos" (2009) o "Los amantes pasajeros" (2013). Aunque vuelva a su particular "universo", este Almodovar desde la excelente "La mala educación" (2004) parece haber cambiado, es más seco, más sutil y austero en las formas (no así en los argumentos). A mí me gusta aunque por el camino haya perdido espontaneidad, será que como el director que interpreta Banderas, la edad le ha cambiado.
"Joker" (Todd Philips)
Resulta difícil hablar de esta película sin pensar en todo lo malsano que rodea la sociedad actual (no hay más que ver nuestra España) así que sólo por ello me parece un film más que estimable: no es agradable, no hace concesiones y su protagonista es un perturbado.
Luego cada cual saca sus conclusiones, que si es una película contra las élites (aunque esté hecha desde las élites), que si es una crítica a los gobiernos que dejan tirados a los más desfavorecidos, que si se carga todo el origen del Batman...
A mí personalmente lo que más me ha gustado ha sido el humor. Todd Philips, especialista en el género, deja gotas de un negrísimo humor que siempre ha acompañado al personaje a lo largo de su andadura cinematográfica (más que en el cómic) además de hacer serio hincapié en que se trata de un tipo totalmente trastornado. Me encanta que la causa de dicho trastorno resulte ser su propia madre, algo tremendamente audaz en los tiempos que corren y, finalmente, constatar la tremenda similitud del film con "Taxi driver" y "El rey de la comedia", ambas de Scorsese, la presencia de De Niro no es en absoluto casual.
Yo soy Dolemite (Craig Brewer)
Otra película Netflix, esta vez a mayor gloria de un Eddy Murphy, en este caso productor, supongo empeñado en demostrar que es un actor serio. El producto tiene todos los ingredientes para resultar estimulante: biopic de un personaje "marginal" pero famoso, estética de los 70, combinación de comedia y drama. Además cuenta con los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszweski, es decir, "Ed Wood" (Tim Burton, 1994), "Man on the moon" (Milos Forman, 1999) y otras películas de trama semejante.
Por ello es un film de "actor" y de "guionistas" más que de director (el para mí bastante mediocre Craig Brewer) y ese es precisamente el hándicap del film: la falta de brío narrativo y la puesta en escena convencional. Si a eso le añadimos un humor muy localista y la escasez de momentos dramáticos que den hondura a la trama queda un film tan ameno como plano, con muchos tópicos (el amigo gay, el guionista con ínfulas, los blancos estúpidos) y fácilmente olvidable. Una pena porque con estos mimbres y un personaje así pordría haber sido una gran película. Sólo una cosa me sorprendió gratamente: Wesley Snipes: una lástima que su personaje no tenga más metraje, es lo más diverido.
Puñales por la espalda (Rian Johnson)
Rian Johnson será muchas cosas pero un director convencional, no. Tras salir escaldado por la mala acogida (entre los fans) de "Star Wars: los últimos Jedi" (2017) decide embarcarse en este curiosísimo film de intriga, típico "quién lo hizo", con un reparto de lo más heterogéneo y un montón de sugerencias a lo largo de un metraje que se pasa volando. Basado en un guion propio pero que parece sacado de una novela de Agatha Chistie pasada por el filtro de Manckiewicz (los juguetes antiguos, las máscaras, la mansión y el personaje de Plummer recuerdan inevitablemente a "La huella"), Johnson ofrece un film muy personal, que habla de muchos temas y, en mi opinión, es más efectivo cuando es sutil pues los momentos paródicos sólo funcionan a veces. Una película que incluye claro mensaje anti-Trump, discutible cuando interfiere en la trama, la cual resulta fascinante sobre todo al inicio.
Tiene baches y algún personaje absolutamente esquemático pero es tremendamente honesta: la escena en que la maravillosa Ana de Armas (auténtica protagonista) mira un episodio de "Se ha escrito un crimen" dice mucho sobre ella. Un film que pronto se convertirá en una cult movie.

Imágenes: Marvel Studios, DC, Disney, HBO, El Deseo, NETFLIX, Filmation Entertainment.

15 nov 2019

Venidos de las américas

Amo el baloncesto, de verdad. Para mí es el deporte perfecto, que conjuga estrategia, físico, inteligencia, picaresca y buen rollo, depende demasiado de los árbitros pero, al contrario que el fútbol, las nuevas tecnologías y los cambios en el reglamento lo han enriquecido, por lo menos en Europa.
Pero todavía me gustan más las anécdotas, lo que le rodea y "los viejos tiempos", así que de eso va esta entrada. Se trata de cuatro casos de cuatro norteamericanos que "hicieron las españas" en una época en la que no había internet ni información suficiente como para saber dónde se metían ellos ni a quién fichábamos nosotros. Mas, ante todo, estas cuatro historias van de personas, con sus defectos, sus desgracias y sus virtudes, entre las cuales siempre estaba una calidad como deportistas fuera de toda duda. Esta entrada está hecha desde el respeto a ellos, a su enorme talento haciendo algo muy difícil: jugar bien al baloncesto.
Eddie Phillips, el hombre del revólver.
Nacido en Alabama, donde se inció en el baloncesto, llegando hasta la universidad, jugó 50 partidos en la NBA, demostración palpable de su indudable calidad. Phillips recaló en 1984 en el Caja Canarias, equipo tiñerfeño de la ACB resultando ser un auténtico fenómeno: máximo anotador de la liga 86-87, promedios de rebotes cercanos a los dos dígitos y muchos minutos obre la cancha (eran otros tiempos) hicieron de Phillips una estrella difilmente parable en la pista... y fuera de ella. Su mal carácter le llevó a tener frecuentes peleas con el entrenador, sus compañeros y rivales.
Llegando al juzgado
Es famosa la anécdota ocurrida durante un partido Real Madrid-Caja Canarias. Phillips aterrizó en la capital de España con una única idea en la mente: pegarse con Fernando Martín. Bien, con el partido sentenciado a favor de los blancos, el estadounidense le suelta un puñetazo al mayor de los Martín que, por suerte no llega a su destino. Lolo Sáinz, pide explicaciones y solicita al entrenador rival que siente a Phillips, Hernández Rizo, con más miedo a su jugador que otra cosa se hace el loco y Lolo sienta a Fernando y saca a Antonio Martín. En la siguiente jugada Phillips empuja al suelo a Antonio y, desafiante, se dirige al banquillo blanco y a gritos suelta "¡Mi no querer ese marica, mí querer al otro!".
Pero la anécdota final y la que termina con su carrera en España sucede en septiembre de 1987 y salió en los periódicos. Tras celebrar su cumpleaños, Phillips y Jones, el otro americano del Caja Canarias, se dirigen a un local de Playa América, en el sur oeste de Tenerife y, tras una trifulca con unos italianos acaban siendo esposados y golpeados por los guardias de seguridad. Al bueno de Phillips no se le ocurre otra cosa que irse a casa, coger su 9 milimétros (sin licencia), y volver. Dispara contra la cristalera del pub, por suerte los disparos no dan a nadie mas los critales rotos hieren a una turista británica. Phillips es detenido, pasa (según la versión) entre 24 y 72 horas en el calabozo y tras pagar el Caja Canarias la fianza, es despedido. Huye de España y termina su carrera en Israel.
Hoy día es un hombre de familia asentado, ordenado, padre de una jugadora estrella del volley y está muy arrepentido de todo aquello pero, por si acaso, no parece que vaya a volver a nuestro país. Tiene causas pendientes.
Tito Díaz, Luppi, Wright, Resines y un jugador sin identificar en "La vieja música"
Jimmy Wright, al ritmo de la noche.
Jimmy Wright, al igual que Phillips, llegó a comienzos de los 80 a la liga española, en pleno boom de nuestro baloncesto. Sus mejores años los dio en el Breogán, con promedios de puntos y rebotes que le situaban entre los mejores de la competición, llegando a jugar en Europa. Luego, no volvió a cuajar en ningún otro club, solo duró un año en Huesca y terminó su rendimiento descendente en el Valvi Gerona 88-89. Hasta aquí su vida deportiva, pero ahora hablemos de su vida extradeportiva.
En el Obradoiro de Primera "B" le echaron tras unos pocos partidos por su escasa implicación y apatía. Era, como muchos extranjeros, un jugador que ganaba partidos en ataque (alto pero muy rápido y con buen tiro) pero con poca implicación defensiva. Además, era muy dado a las escapadas nocturnas, algo que se perdonó cuando era el mejor. Incluso fue actor en una película , protagonizada por Federico Luppi, en la que hace de sí mismo pues Luppi es el entrenador del Breogán. En la cinta, él hacía buenas migas con la hija del protagonista hasta tal punto que interpretaba mejor que la niña-actriz. Mas se dejó de mirar hacia otro lado cuando ya no era el mejor y la dolce vita le pasaba factura. Tuvo un hijo en Lugo, que ha seguido sus pasos aunque hasta este año no han tenido mucho contacto.
En su último año en ACB, se cuenta que amenazó de muerte telefónicamente a su entrenador, Jose María Oleart. Desaparecido en combate, tuvo un emotivo homenaje este año en Lugo, mostrándose mayor y enfermo. Una lástima, ojalá que el reencuentro con su hijo mejore su vida. 
Matt White, una historia trágica.
White fue un buen pívot (2,08 m.) de la universidad de Pensilvania, con la que llegó a jugar la Final Four del baloncesto universitario en 1979. La final fue Michigan State (Magic Johnson) contra Indiana State (Larry Bird), Michigan destrozó a la Pensilvania de White en semis para luego alzarse con el campeonato.
Matt no tenía sitio en la NBA, decidió venir a España y jugar en el Miñón Valladolid. Nate Davis (luego hablaremos de él) era el extranjero estrella y sólo había una plaza así que White jugó sólo en competiciones europeas. En Pucela conoció a una profesora llamada Reyes García-Pellón, con la que terminó casándose y teniendo dos hijos. Durante los 80 jugó en Italia y volvió a nuestro país, jugando en Granollers, Tenerife y, ya como nacionalizado español, Granada. Terminó su carrera en el Valvi Gerona.
Retirado y con dos hijos, Matt y Reyes se mudan a Pensilvania donde ella trabajará como profesora. Su vida se empieza a torcer cuando él sufre un ictus del que se termina recuperando. Ella decide entonces hacerse ciudadana americana, supongo que ante la posibilidad de cualquier problema de salud futuro de su esposo y pocos años años después, la tragedia: Reyes asesina con un cuchillo a White mientras dormía. Esa misma noche del 12 de febrero 2013 es detenida en casa de una amiga y confiesa el crimen .
Tras el juicio Reyes es diagnosticada de esquizofrenia y condenada a ser ingresada en un centro psiquiátrico. Al parecer White llevaba meses intentando que fuera tratada. Difícil hacer ningún comentario. DEP.
Davis, su hijo mayor y su esposa Anne en la Plaza Zorrilla de Valladolid
Las dos vidas de Nate Davis. 
La verdad es que del programa "Informe Robinson", el dedicado a Nate Davis (Columbia, 1953) es uno de los mejores que he visto, si no el mejor y allí se cuenta lo que yo voy a explicar, que cada cual elija.
Davis, tras su paso por la universidad, no tuvo hueco en la NBA y llegó a trabajar un año como ayudante del sheriff de su pueblo hasta que recibió una llamada desde San Sebastián empezando así la leyenda. Aterrizó en nuestro país gracias al Askatuak y de ahí a Valladolid, donde pasó tres inolvidables temporas, reinventando el alley-oop con el gran Carmelo Cabrera, ganado partidos con una mano rota y haciendo mejor al baloncesto en España. Luego, repetiría éxitos y buen rollo con la afición en la deprimida ciudad de El Ferrol, el mítico OAR (Clesa, por la publicidad) que en los 80 fue un referente.
Davis, alero bajito de sólo 1'95 m., poseía un impresionante salto que le permitía machacar el aro y poner tapones como un pívot más, además de ser un sensacional tirador, lo cual le convertía en un jugador completísimo. Por añadidura y al contrario que otros, Davis es hombre familiar y poco dado a la fiesta, un buen profesional, lo que le hizo más valioso todavía. Pero, como se cuenta en el documental, tras el éxito, vino la tragedia. Su discreta mujer Anne, tuvo un parto problemático de su hijo Mateo (¿se llama así en honor a Valladolid?) y recibió varias transfusiones de sangre con tan mala suerte que una de ellas tenía los anticuerpos del SIDA. Ella no desarrolló la enfermedad hasta unos años después pero el desenlace fue fatal. Davis, que estaba en EE.UU. recuperándose de una lesión, no regresó a España nunca más. Como él mismo dice, ella siempre le acompañó por todo el mundo mientras jugaba, ahora él tenía que estar con su esposa hasta el final.
Después, el olvido, vivió en su país de trabajos de conserje y empleado de seguridad, nadie en aquellas oficinas, en su barrio o en su casa (ni siquiera sus hermanos) sabían que Nate había sido el más grande extrajero del baloncesto español en la década de los 80. Mas la imborrable huella que dejó en nuestro país hizo que se le requiriera de vuelta. Se comió un lechazo con Carmelo en Valladolid, recordando viejos tiempos; volvió a El Ferrol donde la gente le paraba por la calle porque aún le recordaba y, emocionado, fue homenajeado en el mítico pabellón A Malata, testigo de tantos momentos de gloria.
Abdul Jeelani, el precio de la elegancia
Y cerramos este genial quinteto con un pívot (2'03 m.) atípico: buen tiro, subía el balón en ataque como un base y ... efectivamente, un poco bala perdida, que es lo que le da salsa a la vida.
Abdul Jeelani, nacido Gary Cole antes de hacerse musulmán, tuvo una destacada carerra en la NBA, como dato curioso, anotó la primera canasta en la historia de los Dallas Mavericks. Sin embargo, poco a poco se fue quedando sin sitio; sus frágiles rodillas y la vida disoluta que llevaba hicieron que terminara en el equipo italiano del Livorno, donde fue una estrella muy querida por la afición y contribuyó decisivamente a los triunfos del equipo cuando la Lega era la mejor liga de Europa.
Más tarde, recala en España y primero en Baskonia y luego en el Askatuak de José Antonio Gasca, donde tiene un rendimiento tan excelso como intermitente. Ya por entonces se mostró como un tipo particular, aficionado al jazz, la ropa cara (viajes en avión a Milán una vez al mes), algún otro vicio ilegal y con escaso interés por los entrenamientos.
Su momento legendario llegaría en el que fue su último equipo: Caja San Fernando de Sevilla. Jugando el play-off de ascenso ante Lagisa Gijón, Jeelani hace una actuación portentosa, con más de 20 ptos y 10 rebotes. Con el partido empatado y a segundos del final, Jeelani fuerza falta personal. Entonces se tiraban 1+1 si no era falta en acción de tiro, es decir, si no metes el primero, no tiras el segundo. En la linea de libres Jeelani bota y bota, agarra el balón y señalando al palco (al presidente del Caja) le enseña la mano extendida con sus cinco dedos: "estos tiros libres te cuestan 5,000$", quiere decir. Jeelani anota los dos y el Caja jugará el ascenso contra el Syrius Patronato de Mallorca, al que derrotará también.
Lamentablemente, el derrochador Jeelani lo pierde todo y a finales de los 90 está en un comedor de la beneficiencia cuando un aficionado del Livorno de visita en EE.UU. lo reconoce. Al presidente le falta tiempo para traérselo de vuelta, darle trabajo en la cantera del equipo y recuperarlo para la vida. Jeelani falleció en 2016 con sólo 62 años pero dejando para el recuerdo su imagen de elegante y honesto jugador.

Enlaces:
https://www.endesabasketlover.com/historia-del-baloncesto/jugadores/2376/eddie-phillips-muchos-puntos-y-much%C3%ADsima-pol%C3%A9mica-en-tenerife
https://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/02/14/portada/1360838442.html
https://sevilla.abc.es/deportes/baloncesto/sevi-baloncesto-sevillano-llora-muerte-abdul-jeelani-leyenda-basket-jugo-caja-201608041334_noticia.html

3 nov 2019

Tuiteros

En estos día convulsos, de violencia, ausencia de respeto a ley (y al buen gusto, lo cual es peor), a veces twitter es un faro, bien para conocer realidades ocultas por los siempre manipuladores medios de comunicación, bien para reírnos un poco de la realidad y los imbéciles que la habitan. Por ello, uno que es twitero pasivo, que como en la vida soy más de mirar o leer que de actuar, dejo aquí a una lista de personajes de todo pelaje, algunos más "serios" que otros para ocio y disfrute mientras llega ese fin del mundo que supondría la subida al poder de la ectrema deresha (que diría Gusana Díaz) en perjuicio de ecologistas, feminazis, nazionalistas y gente tolerante de extrema izquierda. Igual esto es usado en mi contra o, peor todavía, son identificados y "liquidados" de twitter o de la sociedad, mas de momento este es un país libre, ¿o no?
- Nosoyelpunta (@nosoyelpunta)
Lema :"Yo tocaba balón que daba gloria verme".
Pues eso, con una foto de avatar de un miembro de "Los Chichos" juega al límite del reglamento. Tiene más de 16.000 seguidores, expulsado y suspendido en varias ocasiones, el Punta siempre juega fuerte, entra al tobillo y aunque a veces flaquea (España está como está y twitter ni te cuento) se la suda lo que puedan pensar ecologistas, feministas y gente progresista. Amigos, el Punta lo da todo, suda la camiseta siempre, a veces no es gracioso, ni falta que hace.
-Philmore A. Mellows (@PhilAMellows)
Lema: "Someday, somewhere. Keep on rockin' economics".
Bajo este seudónimo tan cinéfilo, que dice mucho del autor, se esconde alguien muy parecido al bueno de Clint, que igual da a diestra (las menos) que a siniestra (las más) y al cual lo políticamente correcto se la suda. Vamos, en la línea de Nosoyelpunta pero buscando no tanto ofender como llamar la atención sobre ciertas conductas. Muestra continuamente cómo las modas ecologistas, feministas y LGTB vienen, como los cangrejos, de Ámerica. Con vena "artística", suele colgar muchas canciones y cuadros, le gusta especialmente el realismo pictórico.
- Cristian Campos (@crpandemonium)
Lema : "No soy digno de llevar la senyera".
Periodista de diversos medios de comunicación (Muy interesante, El Español, EsRadio), es un catalán con retranca, hasta las narices de los independentistas, crítico con todo (también con lo que no le gusta del constitucionalismo) y, creo, bien informado sobre las barbaridades que allí se comenten, también retwittea cosas muy interesantes. Si quiere estar al corriente de lo de Cataluña, es imprescindible seguirle.
- Juanma del Álamo (@jmdelalamo)
Se define madridista y Mourinhista, así que sólo con eso me ha ganado. Lleva casi una década en la red social y es, según parece, periodista y castellano aunque no pondría la mano en el fuego. Más moderado que los anteriores, siempre propone interesantes reflexiones y pone el foco noticias que suelen pasar desapercibidas, cosa que aprecio, dado que los "grandes temas" lo arrasan todo. Suele comentar los partidos del Madrid con tres o cuatro comentarios en directo. Un tipo con la cabeza bien amueblada.

Ya más en corto, me encata Bien (@TraedRuffles), uno de esos tuiteros que sólo se dedica al humor, casi nunca político, que retuitea a otros también muy simpáticos (lo cual permite conocerlos) y que ofrece una hiriente ironía de los más saludable sin extenderse demasiado: aquí un ejemplo.
El RICHAL (@El_Richal_) otro tuitero "agresivo" al que han cerrado la cuenta alguna vez. De derechas, no tan agudo como el anterior pero igualmente irónico y crítico. Su lema "Machos, machos, ya semos pocos", lo dice todo.
Huh (@HuhConH) ha ido ganado en pesimismo con el tiempo y es una pena porque era el rey del sarcasmo. Su mal humor se acrecienta día día, ¿no es lo que nos acaba pasando a todos, sea cual sea nuestra ideología? En fin, pese a todo tiene más de sesenta y ochomil seguidores, este señor/a afincado en Valencia es de muchas reflexiones de su cosecha y de comentar poco las noticias, eso me gusta. Por último, uno de esos grupos que se dedican a lo que los snobs llaman "facts checks", es decir, manipuladores de la verdad con la excusa de detectar noticias falsas. Estos, en realidad, puede que sean los más honestos, lejos de horrores como Newtral , Maldito Bulo, etc. pues ponen frente al espejo la hipocresía de políticos (nada que no supiéramos), deportistas, periodistas o tuiteros de referencia. Se trata de Mejores Zasca! (@mejores zasca) que es más una recopilación de lo que hacen otros que un trabajo propio, no obstante son divertidos y absolutamente reveladores.
Y con esto termino no sin antes permitirme el recomendar no tomarse nada de esto(s) demasiado en serio, no olvidemos que viven de nuestra atención.

13 oct 2019

Novelas para el otoño

Como ya hice en verano, me permito la sobrada de recomendar unas novelas que recientemente he leído. Como en el caso anterior, no son recientes, aunque sí son famosas o sus autores lo son, que no siempre es lo mismo. Una nave camino a Júpiter, una mujer negra que escribe cartas a Dios contando su desgraciada vida y una retorcida familia implicada en el asesinato del patriarca son las interesantes propuestas que traigo. Empezamos:
2010: Odisea dos, Arthur C. Clarke (1982)
Antes de nada hay que aclara el origen de esta obra: primero, Clarke escribe en 1951 un relato corto titulado "El centinela" que sirve como base para que Kubrick y él escriban el guion de la archifamosa "2001: una odisea en el espacio" (1969) y, partiendo del guion, se publica la novela cuya trama tiene sutiles diferencias con respecto al film de Kubrick. Así pues, "2010: odisea dos" no es una continuación genuina de la película sino de la novela. Para aclarar esto está el propio autor en el prólogo, lo cual es de agradecer.
Yendo al texto, la obra acaba siendo más una space opera, repleta de momentos que encajan más en la divulgación científica (Clarke era un brillante ingeniero e investigador) que en la aventura pues esta termina resolviéndose con sencillez. Hay que tener en cuenta que también se trata de una novela escrita en plena Guerra Fría y por eso la colaboración soviético-estadounidense cobra gran importancia: los americanos quieren resolver el misterio que rodea a la nave Discovery, abandonada por sus astronautas en la órbita de Júpiter y los rusos poseen la tecnología para hacerlo. El compañerismo que surge en la nave entre unos y otros hace que haya poco espacio para el suspense mas la recuperación de HAL 9000 de nuevo y la posibilidad de que este vuelva a "rebelarse" le dan un toque inquietante al que hay que añadir la presencia del doctor Chandra, un tipo tímido y huidizo fascinado por la tecnología, el cual es nada más y nada menos que el creador del propio HAL 9000.
El final es lo de menos, por más que resulte sorprendente y deje abierta la puerta las sucesivas continuaciones: "2061: odisea tres" (1987) y "3001: odisea final" (1997) todas del mismo autor.
Por último destacar lo visionario que resultó Clarke al respecto del hecho de que China se acabe conviertiendo en una potencia mundial, en este caso, espacial.
El color púrpura, Alice Walker (1982)
Ganadora del premio Pulitzer en 1983, "El color púrpura" supone el salto a la fama de su autora, la cual es desde entonces una de las primeras abanderadas de este llamado "nuevo feminismo". Es difícil dejar a un lado la vida Alice Walker, pues no tuvo una infancia demasiado feliz (perdió la visión de un ojo en un accidente doméstico, su madre les abandonó debido a los malos tratos de su padre el cual a su vez se opuso a que siguiera estudiando) y cuando uno lee la novela es inevitable pensar en ello.
No obstante, "El color púrpura" trasciende de lo que podría ser una mera crónica sobre el maltrato a una mujer para convertirse en una denuncia del machismo y las vejaciones que sufrían las mujeres de color en el sur de EE.UU. durante la primera mitad del S. XX por algo evidente: eran negras y eran mujeres. La protagonista, Cecile, padece todo tipo de abusos: sexuales (por parte de su padre y su marido), maltrato físico y psicológico, además de sufrir la separación de su hermana Nettie, la única persona que amaba, y las infidelidades de su esposo. Pero es aquí donde aperece un personaje extraordinario, probablemente el más interesante, Shug Avery, una mujer liberal y liberada, una cantante que vive su vida porque no le importa el qué dirán y, esto es importante, goza de independencia económica. Cecile descubrirá con ella la amistad, la independencia económica, el amor y podrá disfrutar, por fin, del sexo curiosamente con otra mujer. Walker no da puntada sin hilo.
El que la novela sea epistolar me parece un gran acierto, sobre todo porque permite ser más sutil de lo que puede ser su adaptación cinematográfica y es que en los melodramas lo que se intuye suele ser más emocionante que lo que se cuenta. En el debe hay que apuntarle a la autora que hay momentos en los que uno no se aclara de qué personaje nos está hablando, con tantos vecinos, hijastros, hijos, padrastros y maridos, algo que se agrava cuando la historia de Nettie se traslada a África, para mí lo más flojo de la novela por más que no caiga en la facilidad de poner a los africanos como "ingenuos salvajes", pues se describen terribles ceremoniales como la ablación femenina.
No obstante el final es realmente conmovedor demostrando Walker, por un lado, que hasta el más pérfido de los hombres puede enmendarse y por otro que hasta la más larga de las esperas puede tener un final feliz. Una obra imprescindible.
La casa torcida, Agatha Christie (1949)
Agatha Christie es, sin duda, la más famosa escritora del siglo pasado y lo es con total merecimiento no sólo por su indudable éxito entre el público sino por su capacidad para crear un estilo propio mil veces imitado y nunca superado. Hoy día hay muchas autoras (y autores) que pretenden seguir su estela sin conseguirlo.
Como bien dice la autora en el prólogo, "La casa torcida" no es una novela más. En un ejercicio de franqueza que solo los grandes se pueden permitir confiesa que mientras muchas de sus novelas no son más que encargos a los que hacer frente con profesionalidad, esta es una obra escrita por el placer de ser escrita y, sin romper son sus señas de identidad (crimen, secretos, herencias, familias disfuncionales, policías despistados, ambiente enrarecido) ofrece un desenlace arriesgado además de poner frente al lector determinados temas "incómodos" desde un punto de vista moral.
En la mansión conocida como Croocked House (un juego de palabras con el título de una canción popular inglesa) se ha producido, como no, un asesinato. La víctima es el patriarca de la misma, Arítides Leónides, un exitoso hostelero quien vivía bajo el mismo techo con la hermana de su difunta esposa, sus dos hijos (y sus respectivas familias) y su reciente y muy joven esposa, sobre la cual recaen todas las sospechas. Ahora será el prometido de una de la nietas y no Poirot o Miss Marple quien deba resolver el misterio.
La autora, como hace siempre, juega con las espectativas del lector pero mostrando personajes "retorcidos" como dice el título: ninguno parece ser totalmente inocente ni totalmente culpable. El final es de una crudeza excesiva incluso para la autora quien parece decir que a veces el honor de una familia, para algunas personas, está por encima de todo.

Imágenes: Metro Golwyn Mayer; Warner Bros.; Brilliant Films

1 oct 2019

Dios, Patria, Rey

"Carga de Zumalacárregui" deAugusto Ferrer-Dalmau
El Carlismo está de moda. Parece ironía pero no, está de actualidad. Y no porque haya una disputa sobre la línea monástica, que ese es el origen del movimiento, ni porque la tortilla de patatas y la palabra guiri sean inventos carlistas, no, la razón es el resurgimiento de nacionalismos, independentismos y regionalismos con los que algunos lo quieren o le quieren emparentar.
Lo primero decir que no soy un experto en historia, una desgracia pues todos deberíamos saber más. Lo segundo es que pocas cosas hay (eso lo digo siempre) más manipulables que la propia historia con lo cual esto que escribo no pasa de ser nada más que una opinión; me da un poco de pena que se manipule y se utilice algo que fue clave en la España de los siglos XIX y XX como para que todo se resuma con palabras huecas o simplezas del tipo “el carlismo es el origen del nacionalismo vasco y catalán”.
El origen del Carlismo es, en teoría, lo más fácil de explicar: a la muerte, en 1833, del (felón) Rey Fernando VII sin descendiente varón, se coronó a su hija todavía menor de edad Isabel II, Reina de España. Esto hizo que reclamara sus derechos al Trono el hermano de aquel, D. Carlos María Isidro  -Carlos V- y en defensa de estos derechos se produjera un levantamiento militar y, por tanto, una guerra civil en toda regla.
No me voy a detener en las –interesantísimas- Guerras Carlistas, que se produjeron entre el citado 1833 y 1876, baste decir que la primera fue la más sangrienta (200.000 muertos), la que implicó a más potencias extranjeras (Prusia, Rusia y el Papado con los Carlistas; Inglaterra, Francia y Portugal con los isabelinos) y la única con que terminó en una “reconciliación” entre ambos bandos, pues los militares sublevados fueron reintegrados en el ejército español con idéntico grado y condición, así que volvamos al nacionalismo.
La cruz de San Andrés o Cruz de Borgoña, bandera que hoy sirve para identificar al carlismo
Los nacionalismos, al menos en España, poco tienen que ver en mi opinión hoy día con su famoso lema “Dios, Patria, Rey”, aunque luego se añadirán los famosos “Fueros”, base de las reclamaciones nacionalistas. Se suele decir que el mapa del Carlismo y el del nacionalismo coinciden, donde trinfó uno, lo ha hecho el otro: Cataluña y País Vasco encajan en ese molde pero no Navarra, sin lugar a dudas la región donde el carlismo tiene más tradición y en la cual, a día de hoy y pese a presión nacionalista, un partido heredero del carlismo como es UPN es el mayoritario. Además, leyendo a Larra y, sobre todo Galdós (ambos fervorosos liberales) en "Episodios Nacionales: España sin Rey" (1907-08) uno puede encontrar diferentes muestras del apoyo logrado por el carlismo en lugares como Castilla la Vieja o León. En origen, no lo olvidemos, es un movimiento basado en el enfrentamiento entre lo tradicional, lo rural y la Iglesia con el liberalismo, lo urbano y los movimientos revolucionarios.
Hay opiniones tan poco dudosas como las de el entonces rector de la Universidad de Salamanca don Miguel de Unamuno, en su obra “Paz en la Guerra”, entendía que los levantamientos carlistas del siglo XIX tenían su razón de ser en “la querella entre la villa y el monte, la lucha entre el labrador y el mercader. Nació contra la gavilla de cínicos e infames especuladores,  mercaderes impúdicos, tiranuelos del lugar polizontes vendidos que, como sapos,  se hincaban en  la inmunda laguna de la expropiación de los bienes de la Iglesia, contra los mismos que les prestaban  dinero al 30%, los  que les dejaron sin montes, sin dehesas, sin hornos y hasta sin fraguas; los que se hicieron ricos y burócratas”.
La expropiación a la que don Miguel se refiere es a las famosas desamortizaciones durante las revoluciones liberales previas (Trienio Liberal, Godoy), destacando la de Mendizábal (1936-37), un liberal cuya propuesta de expropiar las tierras a la Iglesia Católica y cerrar conventos y monasterios no resultó muy del gusto de los carlistas. No es sólo el hecho de limitar privilegios a la Iglesia, es su persecución y, sobre todo, el que dicha desamortización  terminara beneficiando sólo a ricos oligarcas y no al labriego más pobre, lo que granjeó mayores simpatías en el entorno rural a la causa carlista. Espartero, destacado militar isabelino durante las Guerras Carlistas, promulgó otra ley parecida, lo cual supuso su caída en desgracia y el hundimiento del partido progresista que lideraba.
Por ello, lo que en un principio es solo una lucha por el trono, acaba siendo un enfrentamiento entre “las dos Españas” (sí, esto no empezó con la Guerra Civil) que, insisto, poco o nada tiene que ver con el nacionalismo, un fenómeno más cercano al romanticismo venido de Europa y, cosas de la vida, copiado el Risorgimento italiano o la creación del Imperio Alemán: curioso, lo que sirve para crear naciones allí, aquí se usa para separar. Cierto es que el carlismo defiende los Fueros y los privilegios de algunas regiones, lo que no significa que esté en contra del centralismo sino a favor de su limitación. El carlismo defiende la cultura de los pueblos, sus tradiciones y sus idiomas/dialectos mas esto es lo que el régimen actual trata de preservar ¿no? Y no estoy hablando de los nacionalistas, cualquier gran partido nacional lo defiende si le conviene.
Montejurra (Navarra), lugar de peregrinación del Carlismo pasado y presente
Un ejemplo es el de Sabino Arana, fundador del PNV, en origen carlista, el cual "evoluciona" de una forma curiosa: lo que hace es cargarse la “Patria” del lema carlista por un “leyes viejas” (Lagi-Zarrak) y cambiar la nación española por Euskadi, recordemos que él siempre dijo sentirse vizcaíno, lo del País Vasco fue después. Tres cuartos de lo mismo podemos decir sobre el ínclito Jordi Pujol, aunténtico creador del nacionalismo catalán moderno quien, como Arana, muestra su desprecio por el inmigrante (español) y favorece la progresiva identificación de partido-nación, PNV=País Vasco; Convergencia= Cataluña. Si estos personajes, que rezuman odio hacia España, que muestran un gran desprecio hacia la monarquía, que quieren "moldear" la educación (y la historia), tienen algo que ver con el carlismo, pues miren, será algo muy muy lejano.
Volviendo a los datos hitóricos, durante años el carlismo gozó de gran apoyo popular y logró buenos resultados electorales, siendo tercera fuerza política en las elecciones generales de enero de 1869 (20 diputados) y 1871 (51 diputados, a solo uno de los republicanos de Pi y Margall). Luego, sus propias distensiones entre facciones más o menos exaltadas y lo convulso de ese siglo XIX (golpes de estado, revoluciones, pérdida de las colonias) terminó por convertirlo en un movimiento cada vez menos importante aunque su participación, ya en el S. XX, durante la Guerra Civil en favor del bando Nacional fuera, para algunos historiadores, fundamental para  el triunfo del alzamiento. En ese tema, el posterior apoyo y caída en desgracia del carlismo durante el franquismo, mejor no me meto. 
Así pues no es de extrañar que el ahora residual Carlismo del siglo XX se encuentre tan dividido pues hay un autodenominado Partido Carlista y Comunión Tradicionalista, que solo coinciden en su feroz rechazo al liberalismo. Ahora que lo pienso y dado que no somos precisamente una economía o un país especialmente liberal... ¿no será España un estado carlista agnóstico? No sé, igual todos somos anticapitalistas de salón y liberales de cartera, pero esa es otra historia. 

Referencias:
"Una historia de España" Arturo-Pérez Reverte, Alfaguara, 2019.
"Esto no estaba en mi libro de historia del carlismo" Javier Barraycoa, Almuzara, 2019.

18 sept 2019

Nunca creí

Aunque no es consuelo, éramos muchos los aficionados al baloncesto que sospechábamos de nuestra magnífica selección. Quizá cegados por las ausencias, que en realidad sólo era una, Pau Gasol pues los otros tres eran perfectamente prescindibles, me dejé llevar por la histeria.
La otra razón para dudar vino con los primeros partidos (no hablo de los amistosos, donde hubo de todo como en botica) con victorias sufridas ante equipitos como Túnez, Puerto Rico o Irán. Pero llegó lo bueno y jugadores que estaban haciendo un desastroso campeonato resucitaron: Ricky, que acabó siendo MVP; Marc Gasol, nuestra principal baza ofensiva; Rudy, nuestro mejor triplista, clave para abrir las defensas rivales. 
Sin embargo, fue el trabajo en equipo lo que nos llevó hasta el título y aquí es cuando hay que poner en valor la labor de Scariolo. Es curioso, pero un señor con el currículum del italiano (los tres Europeos que ha ganado España han sido con él en el banquillo, campeón de la NBA como asistente), que además es el entrenador más laureado de la historia de la selección española de baloncesto lleva bajo sospecha desde el principio, ¿por qué? ¿por ser extranjero? ¿por no dar (horror) espectáculo? ¿por imponer un estilo y cambiar la táctica según el rival? Con Scariolo hemos visto a España corriendo y a España jugando más lento. Al contraataque y a marcadores bajos pero siempre con buenos resultados; para mí eso es un buen entrenador, alguien que se adapta a lo que tiene y saca lo mejor de sus jugadores, como es el caso de Claver, Rivas, Oriola y, por encima de todos, Juancho Hernangómez, para mí el mejor de los "segundos espadas". 
Ellos, que no son tontos y saben lo que hay que hacer para ganar, le siguen ciegamente y con esfuerzo se dedican a las dos facetas del juego que dependen más del esfuerzo que del talento: la defensa y el rebote.
Volviendo al torneo, sin duda nuestros mejores partidos fueron ante Serbia y Argentina, mas encuentros complicados como ante Italia (primer rival serio que nos hizo sufrir), contra Polonia (incómoda selección llena de buenos tiradores) y sobre todo Australia, un equipazo al que se le derrotó en un partido de esos que se llaman "épicos" y donde todo parece perdido para que al final aparezca un héroe (Gasol en este caso) para rescatarnos. 
Por lo demás, este Mundial deja decepciones y sorpresas. De las primeras, la de EE.UU. era algo previsible pues trajeron a los suplentes de los suplentes; Serbia sucumbió en el partido clave contra Argentina por haber perdido el gen competitivo que acompañaba siempre a los balcánicos y quedó condenada a ser quinta; Francia tuvo el día malo contra Argentina, algo que nos vino fenomenal porque es un equipazo; Australia es un equipo completísimo pero creo que hay diferencia abismal entre su espectacular 5 inicial (Mills, Dellavedova, Ingles, Landale y Baynes) y su banquillo. Por último, llamar la atención sobre Polonia y Chequia, sorpresas agradables que constatan la superioridad del basket europeo y confirmar el declive de Brasil, un equipo envejecido que no hace mucho nos eliminó de nuestro Mundial. El tiempo pasa para todos. 

6 sept 2019

Una película a contracorriente

Esperanzado. Esa es la sensación con la que salí de la sala de cine tras vez la estupenda "Érase una vez ... en Hollywood", la esperadísima (¿novena?) película de Quentin Tarantino y ahora espero ser capaz de explicarlo, porque es imposible analizar esta película sin pensar en el contexto actual tanto de nuestros días como del propio director de la cinta.
Lo primero que hay dejar claro antes de nada es que, bajo mi punto de vista, "Érase una vez..." es la película más personal de Quentin Tarantino, para bien y para mal: es decir, es un film cuyos 165 minutos son "cine de autor" en el sentido total de la palabra. Es Tarantino mostrando sus filias, sus fobias y, esta es la principal y más destacable novedad, su opinión personal sobre los días que vivimos actualmente. 
Se ha dicho, no sin razón, que "Érase una vez..." es un "homenaje a una época y a un cine que ya no existen". El propio Tarantino decía en una entrevista a TVE en Cannes que el film describía el Hollywood "de mi infancia" y como tal estaba retratado: desde la mirada de un niño o si se prefiere, la de una persona que idolatra aquella época. Por ello no es de extrañar el hecho de que a recreación de época, el vestuario, la música y la forma de comportarse los personajes pueda resultar poco verosímil en algunos momentos lo cual, dicho sea de paso, es más una virtud que otra cosa. 
"Érase una vez...en Hollywood" narra la vida diaria de una estrella del cine y la TV de capa caída, Rick Dalton (Leo DiCaprio), un tipo inseguro, nervioso y triste, que asiste casi con resignación al fin de su carrera. Es muy reveladora la escena en la que el representante Marvin Schwarz (Al Pacino) le dice con elegancia pero sin tapujos la forma en la que una estrella pasa de ser "protagonista" a secunadario y finalmente "jubilado" en la fascinante y despiadada Meca del cine. Pero Dalton tiene un amigo, Cliff Booth (Brad Pitt), un tipo que se gana la vida como doble de acción aunque hoy día es ya más su chófer y su chico para todo que otra cosa. Quisiera detenerme en el personaje, para mí, más interesante de la cinta. 
Booth es un amigo leal, que le da ánimos a su amigo en los momentos bajos ("no llores delante de los mejicanos"), resuelve sus problemas domésticos (ese momento sexy antenista), le acompaña a todas partes y le aconseja; además, cuando le pide un favor y Dalton no puede hacérselo, no se enfada, le entiende, pues confían el uno en el otro, sabe que tarde o temprano él le conseguirá un trabajo y no discute sus decisiones profesionales. 
Pero Booth es algo más que eso. Recientemente he visto la excelente "La leyenda del indomable"(1971, Stuart Rosenberg) y no he podido por menos que acordarme de Newman no tanto por el parecido entre personajes, que es mínimo, como por el enorme carisma que desprenden ambos. Pitt es aquí la quinta esencia de la masculinidad, la rectitud (no cae en la tentación de la sexy hippie interpretada por Margaret Qualley), la honestidad pero también es un hombre que no se deja avasallar, un tipo duro con sus propios códigos (me pinchas la rueda, la cambias) y, aquí está lo mejor, alguien imperfecto.
Y aquí hago un punto y aparte porque llegamos a uno de los momentos que citaba al comienzo en los que Tarantino se muestra como es y nos suelta un nada casual detalle de guion que es todo un aguijón contra la hipocresía de hoy día en general y del movimiento metoo, en particular. Booth tiene un pasado, un pasado de héroe de guerra pero también alguien que carga a cuestas con el (supuesto) crimen de su esposa. La escena es demoledora por su sencillez: vemos a Booth apunto de sumergirse en agua para hacer submarinismo mientras su esposa le insulta, borracha, sobre el desvencijado, modesto barco, y Pitt parece ¿apuntarla? con un arpón. Fin de la escena. No sabemos nada más, ni qué paso en el, supuesto, juicio del que salió indemne. Tampoco su amigo parece estar muy interesado en ello, incluso no parece que, de ser verdad, le importe. Sin embargo esto afecta negativamente a su carrera, por eso ya casi no trabaja, por eso es un apestado en la industria. Elegante, seco, directo.
También hay, en el seguimiento del día a día del personaje, detalles que no tiene desperdicio. El más interesante es la fantástica escena en la que visita el Rancho Spahn, donde las chicas de la "familia" Manson le reciben primero con con sonrisas y luego con una tremenda hostilidad. Dejando a un lado el excelente suspense de la misma, la paliza que propina Pitt a uno de los hippies ha llegado a ser interpretada como un ajuste de cuentas contra lo famosos "aliados" del feminismo. No sé si es ir demasiado lejos mas me parece un momento que tiene un evidente significado dentro del film y a su vez catalizador de su desmadrado final: Tarantino deja bien claras sus simpatías y no están con la nueva sociedad que se habre paso a finales de los 60, ni le gusta su forma de vida ni su moral. Hay que tenerlos bien puestos, o ser un director casi intocable, para hacer eso una película corriendo los tiempos que corren. 
Pero decíamos que "Érase una vez... en Hollywood" es también un homenaje a un cine que ya no se hace, y es ahora cuando volvemos al personaje de Dalton. Dalton encuentra un trabajo en un modesto western cuando, por vergüenza, no quiere volver a la televisión. Toda la parte del rodaje es interesante (aunque algo lenta para mi gusto) destacando el curioso encuentro con la niña actriz (Julia Butters) algo repipi pero enamorada de la profesión quien, casi sin quererlo, devuelve de nuevo la ilusión por su trabajo a un acabado Dalton. No olvidemos que Tarantino es un actor fracasado en el cuerpo de un director de éxito y para el que el teatro es algo más que una afición.  Quizá por eso suele lograr grandes interpretaciones de sus actores y muestra ese amor por la profesión, algo que ya vimos en otra película en la que el cine tenía una gran importancia, "Malditos bastardos" (2009). 
En un film que es todo un continuo homenaje al cine abundan las referencias a los programas dobles (las marquesinas de los cines y el autocine que visita Cliff); los rodajes de cine y TV (el genial falso flashback de la pelea con Bruce Lee); incluso las "falsas" producciones en España e Italia que rueda Dalton en busca de resucitar su carrera o la escena más importante en la que aparece Sharon Tate (Margot Robbie), entrando en un cine donde proyectan una de sus películas. 
Pese a ser la protagonista con menor metraje, el personaje de Robbie es, sin duda, el más importante de la historia. Se puede considerar que toda su parte, con sus paseos por Hollywood Boulevard, durante el cual compra la novela "Tess" para su marido Polanski y la ya citada escena del cine, coronada con un plano de la actriz con los pies desnudos sobre una butaca (puro fetichismo tarantiniano) son algo insustancial y que apenas hace avanzar la historia mas creo que son muy necesarios para mostrarnos a la adorable mujer que (creemos) va a ser asesinada y la belleza de un momento perfecto: Tarantino está del lado de la belleza y la bondad, algo fundamental para entender el desenlace y su absoluto rechazo a esa terrible moda que llevó a hacer algo cool e icónico a Manson y sus seguidores. 
Y llegamos al comentadísimo final. Bien, a mí qué quieren que les diga, me pasó lo que le ocurrió a la mayoría de los espectadores de la sala: me partía de risa. La violencia con la que Tarantino nos muestra la masacre final no tiene desperdicio, desde el hombre al que la adorable perra de Cliff despedaza, a la mujer a la que el propio Cliff machaca la cara a golpes con un teléfono, terminado por la muchacha a la que Dalton da matarile usando un artículo de atrezzo de uno de sus films: si eso no es cine dentro del cine, yo ya no sé qué es. Y la pregunta que alguno se hará es ¿por qué?
Bueno, hay varias respuestas para mí: primero, Tarantino odia a estos personajes y no solo por el crimen sino por la nefasta influencia en la cultura pop que tuvieron; segundo, ellos son mostrados como seres resentidos, frustrados porque no son ricos ni viven la vida que les gustaría vivir (son hippies porque no les queda más remedio) y a la que pueden se muestran cobardes (la huída de Maya Hawke); tercero, el film es, como dice su título, un cuento, y como tal tiene un desenlace de cuento gracias a este giro "fantástico". El bueno de Rick Dalton se hace amigo de Sharon y, como esa verja que se abre, parece volver a ser aquella gran estrella que fue gracias a captar la atención de aquellos que dominan Hollywood en ese momento. 
Y termino cerrando lo que decía al comienzo, lo de las filias y fobias del director de Knoxville. Tarantino ha decidido, por una vez, dar rienda suelta a toda su rabia sobre un colectivo sobre el que quizás no sea "políticamente correcto" cebarse. Si bien nazis y esclavistas ("Django desencadenado") son fáciles objetivos con los que se pueden cometer las mayores barbaridades en pantalla pues nadie les va a defender, aquí el director se ensaña con mujeres, jóvenes "pacifistas", gente que busca la armonía con la naturaleza y la libertad sexual que, eso sí, en realidad no son más que tarados degenerados que serían capaces de los mayores horrores. Por primera vez pone título a una de sus películas sin usar sólo dos palabras. Nada me parece casual, nada es porque sí. ¿Es Tarantino un reaccionario? Si fuera así no le criticaría porque hoy en día lo revolucionario, lo contestatario, lo antisistema es, precisamente, lo más clásico. Por eso, digo, aún hay esperanza, la película ha sido un taquillazo.
Imágenes: Paramount Pictures.

24 ago 2019

Age of empire, crea tu propio imperio

Resultado de imagen de age of empires battle of kadesh scenario
Ages of Empires: the battle of Kadesh
Recuerdo en mi época de estudiante universitario la primera vez que escuché jhablar de un juego de estrategia llamado "Civilización". Mis amigos estaban que si "Civilización" esto, que si "Civilizacion" lo otro, tienes que jugar al "Civilizacion"... Bueno pues no jugué en la vida a Civilizacion. Pero esa chapa y el que cayera en mis manos una demo jugable de Age of Empires con el disco de instalación de internet de UNI2 (sí, prehistoria de la red) hizo que descubriera este fantástico juego de estrategia y todo un (sub)género: el RTS.
El RTS es algo así como un juego de estrategia "en tiempo real" (sic) que no es más que un juego de estrategia con toques de otros géneros (arcade, aventura, rol) que acaban con el mayor defecto de los juegos de este tipo: el aburrimiento. Además, no era por turnos como el Civilización, la rapidez es también una cualidad necesaria.
Creado por Ensemble Studios, que no sobrevivió a su obra más exitosa,  ha tenido diferentes continuaciones y expansiones, que por orden cronológico (salvo error u omisión) pasamos a citar:
- Age of Empires
- Age of Empires: the rise of Rome.
- Age of Empires II: the age of kings
- Age of Empires II: the conquerors
- Age of Empires II: the african kingdoms
- Age of Empires II: the age of rajas
- Age of Empires III
- Age of Empires III: the warchiefs
- Age of Empires III: asian Dynasties.
- Age of Empires on line
Pese a que el primer Age of Empires ha sido superado ampliamente en cuanto a manejo, gráficos y sonido, la verdad es que volver a él es una delicia. De hecho la segunda parte sigue muy viva todavía y es uno de los RTS con mayor seguimiento on line gracias a su opción multijugador.
A mi el modo batallas es el que más me gusta, más rápido y con más acción pero el placer de crear todo un Imperio desde la edad de Piedra reconozco que no carece de atractivos. Además, existen algunos trucos que lo hacen realmente divertido. Picar piedra, picar oro, talar madera, construir casas, templos y murallas... y a dominar el mundo conocido.
En los años 2001 y 2002 el estudio ENSEMBLE primero, Microsoft más tarde, crearon un spin-off titulado Age of Mythology y Age of Mythology the Titans expansion. El sistema de juego era muy parecido pero ahora la ambientación era "mitológica" o si se quiere religiosa: los protagonistas eran dioses griegos, egipcios o nórdicos y como tales tenían unas características especiales como "poderes divinos" que les permitían resucitar, personajes llamados Héroes como Aquiles con un poder sobrenatural o reliquias escondidas en los mapas que dan mayores ventajas en el juego. Más allá de estos cambios, los escenarios son lo más destacable sobre el Age of Empires original, pues poseen un editor que lo hace muy atractivo.
Aviso, es muy adictivo y te acabas pasando horas y horas frente al ordenador.