28 abr 2022

El hermano


Con Tony Scott (Stockton-on Tess, Reino Unido, 1944 - Los Ángeles, 2012) pasa un poco lo que decía Quilón de Esparta "No hables mal de los muertos", todo lo contrario de lo que le pasó casi toda su vida profesional, siendo siempre el "hermano de" Ridley Scott, director cuyo valor para la crítica también ha ido oscilando con independiencia de la calidad de su filmografía. Anthony David Scott empezó en el cine en los ochenta, cuando su hermano Ridley y él se decidieron a seguir los pasos de otros exitosos directores de anuncios publicitarios y video clips musicales como Hugh Hudson ("Carros de fuego") o Alan Parker ("El corazón del Angel") y pasarse al cine aunque, eso sí, su carrera siempre buscó más el éxito comercial que el reconocimiento y los premios.

Para empezar, paradójicamente, Scott empezó su carrera con un film con "pretensiones": "El ansia"(1983) no fue un éxito ni de crítica ni de público. Con un reparto de campanillas (Susan Sarandon, Catherine Denueve, David Bowie, quien aporta una canción con Iggy Pop a la excelente banda sonora), "El ansia" es un film de vampiros modernos, en la estela de la novela "Entrevista con el vampiro" más que con el Drácula original. Un film, empero, algo lento y que, con el tiempo, goza de cierto predicamento y es casi una cult movie. Una especie de fenómeno "Blade Runner" a menor escala. 

Visto el fiasco anterior, volvió a los anuncios, aunque en 1986 se cruzaría en su camino el proyecto que cambiaría su vida "Top Gun: ídolos del aire". Film que contó con la producción de Don Simpson y Jerry Bruckheimer, con los que formaría una fructífera asociación en adelante, Top Gun es hoy un clásico del cine, no tanto por su calidad cinematográfica como por el indudable carisma de sus protagonistas (Tom Cruise, Kelly McGillis) y adecuados secunadarios (Meg Ryan, Val Kilmer, Anthony Edwards o Tom Skerritt, recomendado por su hermano con el que trabajó en "Alien, el octavo pasajero") sus diálogos bordean lo ridículo, su trama es risible y el romance es poco creíble pero tiene ese "algo" que todos éxitos poseen amén un mensaje tradicional, patriota, de exaltación del triunfador que hoy la hace, paradójicamente, muy osada. Un film que crece año a año. 

Inmediatamente, Simpson y Bruckheimer, lo contratan para la secuela de "Superdetective en Hollywood" que se estrena en 1987 con malas críticas y enorme taquilla. El film está muy lejos del original en cuanto a humor y la historia es mucho más floja, Murphy está más desatado que nunca, pagado de sí mismo pero hay que reconocer que los malos tienen enorme empaque (Jurgen Pochnow y Brigite Nielsen) y las escenas de acción son excelentes. 

Tras este éxito, Tony Scott dirige un film "personal", y el primero de varios relacionados con su país favorito: México. Buen conocedor de dónde se movia, "Revenge" (1990) es un film que destaca no tanto por ser la típica historia de venganza, de amistades traicionadas y adulterio como por desarrollarse en México, donde Scott saca gran partido al paisaje, los edificios, las calles, el ambiente en una palabra. El buen hacer del trío Costner-Quinn-Stone y el poco convencional final evitan que la película caiga en el olvido pese a su efectismo y lo previsible de su guion. Una cinta irregular mas nada despreciable. 

Ese mismo año también se estrena "Días de trueno", película producida por el dúo Simpson Bruckheimer... otra vez,  trató, sin éxito, de repetir lo logrado con Top Gun, cambiando el escenario por el de las carreras de la NASCAR de EE.UU. La verdad es que, en sí, no es peor película mas por esos misterios insoldables de los gustos del público, no ha pasado a la historia y es considerada su peor trabajo, cosa que no comparto. Quizás una novata Nicole Kidman no sea lo que era Kelly McGillis (más experimentada para entonces) pero el tema de las carreras creo que está bien llevado, es emocionante y tiene más humor. Robert Duvall, Randy Quaid y Cary Elwes son unos magníficos secundarios que hacen de este film un película a reivindicar. 
"Si tocas a mi hija te meto un paraguas por el culo y lo abro"
Tras este fracaso, Scott vuelve enseguida al ruedo para rodar la que es sin duda, el film que marcará desde entonces su estilo: "El último Boy Scout" (1991). Se juntaron un directo, un actor (Willis) y un productor (Joel Silver) que venían de proyectos fracasados, así que no tenían mucho que perder y se la jugaron el guión de Shane Black, al cual compraron por una millonada y eso que es entre descabellado y pueril. Pero amigo, ¡qué diálogos!, aquí un ejemplo o esa frase de Bruce Willis cuando se encuentra a su mejor amigo en el armario de la habitación de su esposa y le dice: ""Siii, claro, ya sé... cosas que pasan. Podría pasarle a cualquiera, ¿ha sido un accidente, verdad? Te has tropezado, te has resbalado en el suelo, y por accidente se la has metido a mi mujer.. 'oh, perdón, cuanto lo siento señora H, creo que este no es mi día..." . Una jodida maravilla con explosiones, jugadores de fútbol americano que se pegan tiros en la cabeza tras un touchdown, lluvias torrenciales, chistes machistas y persecuciones locas. 

En 1992 se da a conocer en Hollywood un guionista y director fundamental para entender las dos siguientes décadas en lo que al cine americano se refiere: Quentin Tarantino. Ése mismo año, un guion suyo conoce dos adaptaciones: "Asesinos natos" de Oliver Stone y "Amor a quemarropa" de nuestro Scott. Tarantino defendía a Tony como el "hermano listo", quizás para revalorizar su labor por encima de la de Stone mas hay que reconocer que la película del británico es una auténtica revelación pues resulta un film de acción pero con corazón, salvaje pero romántico. El espléndido reparto (Walken, Hopper, Arquette, Oldman, Pitt) y el acertado pulso del realizador nos ofrecen una obra que ya sí tendrá unas características que se reptirán en su carrera: tiroteos multitudinarios, personajes alocados y sin muchas luces, México como lugar de huída, violencia y mugre estilizadas... Una película completísima y, sin duda, de lo mejor de su autor.

Paradójicamente, Tony Scott no reincidió en la temática del thriller que ya le era conocido, aunque gracias a ello comenzó una feliz colaboración con el actor Denzel Washignton. "Marea roja" (1995), es otra colaboración con el dúo Simpson/Bruckheimer, que sigue la estela films sobre la guerra fría con el siempre agradecido género de "peli de submarinos". En manos de otro el resultado habría sido un film directo a las estanterías de los, por entonces, numerosos videoclubs, mas Scott sabe sacar todo el partido al excelente guion de Michael Schiffer, la música de Hans Zimmer y una dupla de actores, Hackman-Washington en estado de gracia. Además, los secundarios son excelentes (Dzundza, Mortensen, Gandolfini, Steve Zahn...) y los retoques en los diálogos de Tarantino, ponen la guinda final. Tony Scott es ya un director imprescindible en el cine de género en Holllywood.

Resulta curioso que, en el mejor momento de su carrera, Scott se decantara por dos films tan típicos como "Fanático" (1996) y "Enemigo público" (1998), ambos tan correctos como escasamente memorables. El primero es un thriller con ínfulas sociales sobre un aficionado al béisbol (un pasadísimo Robert De Niro) obsesionado con un jugador (Westley Snipes). La verdad es que poco se le puede reprochar al film mas no hay ni la brillantez visual, ni la mala leche, ni el humor negro de otros de sus films, con lo cual tampoco hay mucho que destacar. 
"La cabeza de tu mujer es un tobogán de piojos"
El segundo es sólo un poco mejor, aquí un acelerado Will Smith se ve envuelto en una enrevesada trama que implica al servicio secreto (Jon Voight) en el asesinato de un senador. La verdad es que se notan las influencias de films como "Impacto" de Brian de Palma y las películas conspiranoicas de los años 70, lo cual hace que, casi sin querer, se gane el interés del espectador. Lástima que le sobre metraje, el personaje de Hackman tarde demasiado en salir y los agujeros de guion nos hagan pensar en si la inteligencia no es tan inteligente. A su favor, un final curioso y una profética reflexión sobre la intromisión de los estados en la intimidad de las personas hasta el punto de destrozar sus vidas si se lo proponen. 

A partir de aquí empieza la época más interesante de Scott, con films que siempre se pueden enmarcar en el género del thriller mas con interesantes variantes. "Spygame" (2001) resulta ser una película de espías pero con inconfundible sello del realizador inglés. Siempre rodeado de grandes estrellas, aquí Scott rueda una película con menos acción y más suspense, a la que quizás le falte unidad y le sobre duración. Por contra, el enorme carisma de los actores (Pitt está por encima de Redford pese a salir menos) y lo interesantísimo de la trama lo convierte en una obra muy destacable. 

"El fuego de la venganza"(2004) tiene la bien merecida fama de ser la mejor obra de su autor y no es de extrañar. A su talento en las escenas de acción y suspense, a la presencia de un Washignton sobresaliente, hay que sumar lo bien que utiliza los escenarios en México (otra vez), su conocimiento del lado más salvaje y de sus costumbres más bestias. Con un indudable tono dramático que ya no abandonaría hasta el final de su carrera, "El fuego de la venganza"es una pelícual oscura, sin esperanza, brutal y ambiciosa en el buen sentido, que no deja indiferente y muestra el enorme talento de un realizador para contar una historia más con la fuerza de sus imágenes que con la crudeza de la historia. Un film modélico. 
Sí, es una película que merece la pena. 
"Domino" (2005) es, en mi opinión, su film más personal, no sólo porque es la biografía de una amiga suya (la cazarrecompensas Domino Harvey) sino porque están todas sus obsesiones (México), sus tics (es un delirio visual), su humor (a cargo de Ian Ziering y Brian Austin Green que hacen... ¡de ellos mismos!), las interpretaciones desatadas (Rourke está tan imposible como memorable), añadido un juego temporal (la película es, en parte, un flashback) que la hace aún más jugosa. Pese a estar basada en hechos reales es completamente inverosímil, pero no importa, eso es Tony Scott y a quien no le guste que no se acerque a esta película. Bueno, su tiroteo final vale por toda la película, no me hagan caso si les digo que, para mí, es su mejor título.

Con la actividad frenética que le caracterizaba, Scott rueda justo al año siguiente la interesante "Déjà Vu", el cual también es un thriller pero donde la tecnología tiene un papel fundamental. Ambientado en la Nueva Orleans post huracán Katerina, es el típico film de "terrorista ocasiona una masacre" pero con giros cada vez más insospechados en el argumento. La virtud del realizador es hacer que estas ideas tan descabelladas resulten coherentes para el espectador y que la resolución acabe resultando realmente interesante. Tiene varias pegas, como el tema del romance, que no funciona, creo que es algo habitual en las películas de Washington, un actor poco dotado para esas "labores", además de desaprovechar mucho al malo (Jim Caviezel) u otros secundarios (Val Kilmer, Paula Patton). Aun así, es muy entretenido, ofrece una original forma de "viajar" en el tiempo, es un film más sutil de lo que parece (ojo a los logos que salen al comienzo de la película, son una señal) y saca partido de la ciudad como escenario, a veces degradado, a veces inquietante. 

Remake de un buen thriller de los 70 (Scott admiraba mucho el cine de esa época) "Asalto al tren de Pelham 123" (2009) se aleja del original no sólo por actualización a los nuevos tiempos (tecnología a tutiplén con ordenadores y móviles) sino cambiando la trama de manera inteligente. Es verdad que el original, Walter Mathau, era el típico antihéroe de los 70, antipático y feo, cascarrabias y listo y que, en contraste, Washington resulta demasiado íntegro, incluso cuando conocemos su "debilidad", no hay quien no lo quiera. Por contra, el malo, un excelente John Travolta, se gana cierta simpatía y solo sus ataques de ira le convierten en alguien reprobable por sus actos. Gandolfini compone un original alcalde, personaje que normalmente en estas películas es un mero tópìco, mas aquí resulta fundamental para la trama ¿quién dijo que las películas de Scott no tenían personajes interesantes?
"Imparable", un film sobre el compañerismo y la profesionalidad
La última película antes de su tempranero fallecimiento fue "Imparable" (2010), una obra que, de no prestar atención, quedaría fácilmente etiquetada en "otra de acción y catástrofes" u otra de Denzel Washington cuando ofrece mucho más. Inspirada en un hecho real, es un film que destaca, sobre todo, por ser una loa a la profesionalidad, al trabajo bien hecho, al currito que no se escaquea y al heroísmo. Un film trepidante que el que llegas a pensar realmente que todo va a terminar faltal, donde no faltan las desdichas, los personajes mezquinos y todo un estudio sobre la actitud del hombre ante las dificultades además de una pizca de crítica social. No es peregrino pensar que el protagonista tenga algo del propio Scott, un realizador que siempre dio lo mejor de sí mismo sin hacer caso a los desprecios de la crítica, que siempre fue honesto en sus films y que hasta el última día ofreció un trabajo impecable. Ahí es nada que una película comercial resulte, en el fondo, un retrato de uno mismo. 

Imágenes: Scott free productions, New Line cinema, 20th Fox, Columbia pictures, Paramount pictures, Disney y Universal Pictures.