28 ago 2023

Trágicas damas de la canción

 El reciente fallecimiento de la cantante Sinead O'Connor nos lleva a recordar a todas esas grandes cantantes que, por las circunstancias que sean, terminaron entre mal y regular, dejándonos con la miel en los labios y la sensación de que sus voces se apagaron demasiado pronto. En casi todas hay circunstancias comunes (abuso de sustancias, infancias problemáticas, hogares desestructurados), mas cada una de ellas con alguna particularidad que las hace especiales. Todas tenían un don, justo es recordarlas.


Janis Joplin (1943-1970)

Nacida en la más tradicional Texas, Janis Lyn Joplin, decidió pronto dejar atrás el estado de la estrella solitaria y marcharse a la bohemia San Francisco sin terminar sus estudios de Bellas Artes en la universidad de Austin.
Allí comenzó una corta pero exitosa carrera en grupos como Big brother and the holding company o Kozmic blues band donde destacó por encima de sus compañeros en talento y capacidad para consumir alcohol y drogas. Tras míticas actuaciones en Monterrey (1967) o Woodstock (1969) y aparentemente olvidadas las adicciones Janis empezaba una feliz época pero falleció en 1970 de una sobredosis de heroína.
Se dice, se comenta, que la película "La rosa" está inspirada en su vida.


Amy Winehouse (1983-2011)

Amy Jane Winehouse es un caso diferente al de Janis. Si bien comparte con ella una muerte prematura, un abuso del alcohol y los estupefacientes además de una muerte a los 27 años, Amy decidió cambiar. Su último año de vida podría ser lo mejor que había pasado nunca más los efectos sobre su cuerpo de excesos anteriores pasaron factura.
Amy nunca estuvo a gusto con la fama, da la impresión de que era más bien una cantante de jazz, más cómoda con su éxito minoritario que con ser una estrella pop y, evidentemente, el lograr lo segundo acabó con lo primero para siempre. No hay más que verla actuando en pequeñas salas y clubes de jazz a verla en grandes escenarios de audiencia multitudinaria. Tampoco ayudaron ni su padre ni su entorno, demasiada notoriedad mediática, demasiada droga y alcohol al alcance de la mano... Al menos nos dejó su voz como legado inolvidable.


Dolores O'Riordan (1971-2018)

Vocalista y líder de un grupo señero de los 90, The Cranberries, empezó en esto de la canción desde muy niña. Como en el caso que veremos luego, se iniciará en la música cantando en la Iglesia y su extraordinaria voz (demás de la formación en piano y otros instrumentos que le pagaron sus padres) le abrió las puertas de la industria discográfica sustituyendo al anterior líder del grupo que le dio la fama. Ella no se limitó a ser la vocalista y también compuso varias canciones, incluída su más famoso éxito, "Zombie". Su particular interpretación la catapultó a una fama que da la impresión de que no asumió muy bien. 

Dejó el grupo a principios de este siglo e inició una carrera en solitario no muy exitosa debido, en parte, a su anorexia, contra la que luchó toda su vida. Uno de los factores por los que quizás enfermó pudo ser los abusos sufridos en la niñez por alguien de su entorno aunque esto no está muy claro. El grupo volvió a unirse en 2011 aunque brevemente. Dolores falleció víctima de una intoxicación alcohólica en un hotel de Londres, donde se alojaba mientras grababa una nueva versión de "Zombie" con la banda Bad Wolves, dejando tres hijos.


Sinead O'Connor (1966-2023)

Con sencillísmo pero impactante vídeo musical de John Maybury y, claro está, su enorme talento interpretativo al versionar una canción de Prince, la joven cantante irlandesa, Sinéad Maria Bernadette O'Connor (luego cambiaría de nombre varias veces) pasó del casi ostracismo a la primera línea musical mundial, con lo que todo ello conlleva. 

No me detendré demasiado en su carrera musical, que no volvió a llegar a alcanzar el éxito que pronosticaba más su vida siguió unos derroteros, digamos, poco ortodoxos.

Quizás por nacer en un hogar roto (divorcio) y a su adolescencia díscola (cambios de colegios, reformatorio) hizo que la música la "redimiera" y, por un tiempo, le diera felicidad. Pero algo hizo crack en su cabeza el día que rompió la foto del Papa en TV y ahí empezó a dar tumbos: disculpas al sumo pontífice, se ordenó monja, colgó los hábitos, varios matrimonios, tuvo dos hijos, múltiples parejas, se hizo lesbiana pero luego lo desmintió, ... El suicidio de su hijo fue sólo el preludio de su propia desaparición.