27 mar 2024

Directores y críticos

No creo que exista, en el cine de los últimos 50 años, un cineasta que no sea un cinéfilo. El séptimo arte ya tiene una historia y una importancia que hace imposible el que los directores se vean influidos por el cine que han visto. Antes (por eso me refería a los últimos 50 años) la experiencia vital del autor creo que era más importante. También la literatura o el resto de las artes (la pintura de Frederic Remington en el caso de John Ford, por ejemplo) son sensibles para los realizadores mas el propio cine es ya, de manera definitiva, la primera influencia del cine, valga la expresión. 

Las películas de los otros (Pier Paolo Pasolini, 1999, Ed. Prensa Ibérica)

Pasolini es un personaje realmente irrepetible: poeta, pintor, comunista, homosexual, cristiano... contradictorio y a la vez coherente es una personalidad clave del cine Europeo de los 60 y 70 del pasado siglo. Sus películas son, vistas hoy, realmente turbadoras y desinhibidas, irregulares pero muy auténticas. De ahí que sus gustos cinematográficos fueran, también, heterodoxos.

Esta recopilación de textos publicados en periódicos y revistas de la época nos sirven no sólo para saber qué idea tenía de lo que debía ser el cine sino también sobre la vida intelectual y el arte. No son pocos sus encontronazos con amigos (Visconti) y no tan amigos (Fellini) lo cual no quita para que no deje de ensalzar filmes de ambos (Senso del primero, Almas sin conciencia del segundo). Muy poco complaciente con la crítica general, y los festivales en particular (el de Venecia se lleva buenos aldabonazos) desmenuza las películas con admirable detalle en escaso espacio. Cómo único pero, del que el autor es inocente, el hecho de que comente no pocas películas que desconozco o que incluso no se llegaron a estrenar en España. También el cine "de arte y ensayo" cayó en el olvido. 


Meditaciones de cine (Quentin Tarantino, 2023, Ed. Reservoir Books)

 Ciertamente Tarantino ha pasado de ser un cineasta de moda a un referente, un icono en el cine y en la estética. Hubo un cine tarantiniano y hay unas señas de identidad que, leyendo éste libro, se descubren y comprenden mejor.

El autor de Tennessee es un poco caótico en su forma de redacción y, aunque el núcleo del libro son sus películas favoritas, desgranadas capítulo a capítulo, hay un par de interludios que aprovecha para imaginar un 'Taxi Driver' con De Palma en la dirección y un recuerdo para un novio de su madre que le aficionó al cine. 

Un detalle curioso es su interés por el escritor y actor Barry Brown, protagonista de un film por el que comparto su admiración: 'Una señorita rebelde' (Peter Bogdanovich, 1974) incluyendo un reportaje de Brown sobre Bela Lugosi y sus tristes últimos días. 

En resumen: para Quentin el cine empieza a finales de los 60 y termina a comienzos de los 80, justo cuando él era un jovecito. Como nos pasa a todos. 

20 feb 2024

Videoclips en España

Pues sí. Varios grupos y solistas conocidísimos en el mundo del pop y el rock mundial han elegido nuestro país para el rodaje de los videoclips que sirven para promocionar sus canciones. Algunos son muy inspiradores,  otros no tanto pero nuestra querida España es muy reconocible en casi todos. Sirva está entrada de homenaje aunque sólo sea para recordar éstos temazos.


Take a bow, Madonna (1994)

Dirigido por Michael Haussman, nominado a dos categorías en los premios de la MTV, es otro más en la carrera de la Ambición Rubia, un vídeo polémico.

Primero se quiso rodar en la bella plaza de toros de Ronda, cosa que fue imposible debido a la oposición de la Real Maestranza de Caballería; luego se rodó en la de Antequera con el diestro Emilio Muñoz como co-protaginista, y con rumores de romance con la cantante. Inspirado claramente en la historia de Sangre y arena, el resultado es atractivo y elegante como es tema de Madonna, entoces en su mejor momento profesional. 

No pareció gustarles a los antitaurinos pese a que Muñoz no mató a ninguno de los tres toros que lidió. Hay gente que no está contenta con nada. 


Gold, Spandau ballet (1983)

En la mejor época del grupo más romántico de los New romantics, Gold fue dirigido por el fotógrafo Brian Duffy y rodado en Carmona, Sevilla, con la colaboración de algún lugareño y la aparición de la actriz británica Sadie Frost, "muerta" estilo Goldfinger.

Con una letra algo críptica, que habla de crímenes, gente indestructible y sucesos del pasado, es un videoclip que aclara poco, un pelín hortera (ése cruce traje inglés-traje torero) pero de imágenes muy bellas y que saca todo el partido de la localidad andaluza transmitiendo sensación de calor. True fue un gran disco, vive Dios. 

Something got me started, Simply red (1991)

Se ve que a los anglos les gusta España, o por lo menos Andalucía. La ciudad de Sevilla en general, la plaza de España en particular, es el escenario de éste marchoso clip, rodado en el momento álgido de la banda liderada por el pelirrojo Mick Hucknall.

Dirigido por Andy Morahan, autor de numerosos spots publicitarios como el del famoso licor Tía María, el rojo y los colores cálidos abundan en contraste con la psicodélica habitación donde baila Mick. Gran canción, mujer guapísima en el vídeo y ciudad irrepetible, no se puede pedir más. 


Club Tropicana, Wham! (1983)

Rodado en la isla de Ibiza, en el hotel Pikes concretamente, tiene ése colorido y nitidez tan típico de la época. Escenario bonito, coqueteo y giro "sorpresa" final.

La canción pertenece al album "Fantastic" en el cual, el dúo formado por George Michael y Andrew Ridgeley logró sus primeros éxitos con canciones que tenían un doble sentido y cierto (no mucho) toque crítico. Si en la divertida "Wham! rap" hablaban del desempleo juvenil y el look clase obrera, aquí lo hacen de las vacaciones low cost de fin de semana que la juventud británica empezar a tomarse en las Islas Pitusas, para disgusto de algún lugareño y clase alta que no soportaban tener a esa chusma por ahí. Igual George era de esos, de los millonarios... Con todo, grandísima canción, música realmente sugerente (parece que estás de fiesta y relajado escuchándola) y Andrew y George lucen espléndidos. 


Personal Jesus, Depeche Mode (1989)

Probablemente una de las más famosas, para mí gusto la mejor, canciones del grupo británico. El videoclip fue dirigido por el neerlandés Anton Corbijn, quien luego trabajaría con U2 (One) o Nirvana (Heart-Shaped box). 
Rodado en el desierto de Tabernas, en Almería, es un lugar muy cinematográfico aunque impersonal: pudo rodarse en cualquier otro desierto y daría igual. 

Cómo curiosidad, en 2011 se rueda una nueva versión del video, en B/N y con temática medieval, dirigido por Andrew Faber. 


Eternity, Robbie Williams (2001)

El video, forma un díptico con The road to Mandalay, ambientado en Marsella, cuya trama (un robo) da como resultado Eternity. En él vemos a nuestro simpático cantante británico, ahora disfrutando de la gran vida en Mallorca, junto a la modelo australiana Lisa Seiffert. 
Es un videoclip elegante, con mucha cámara lenta, muy distinto a los de los 80 y primeros 90, con un impresionante acabado formal aunque sea simplemente a mayor gloria del protagonista. 
Dirigido por Vaughan Arnell, autor de trabajos publicitarios y vídeos para Spice Girls, George Michael o One Direction, pero muy muy habitual de Robbie Williams. 
El final, con la guardia civil deteniendo a nuestro héroe, es una muestra del prestigio de que goza en el extranjero. Igual es que antes tenían más medios para luchar contra los delincuentes.

25 ene 2024

Documéntate, deportivamente hablando

Dado que mi querido Doyle tiene abandonado su blog y él llevaba muy bien el género documental, me voy a permitir imitarlo y darle una vuelta a algunos que he visto últimamente. Todos son entretenidos y tienen en común una de las pocas cosas que aún me interesan en este mundo: el deporte. Vamos ya a comentar una miniserie, un largometraje y una obra para la televisión que tienen en común el mundo del deporte y sus entresijos.
LeMond: un americano en París (2022, Alex Holmes)

La historia del excelente ciclista de Greg LeMond, centrándose en sus participaciones en el Tour y, sobre todo, la espectacular edición de 1989, con un mítico duelo entre Fignon y LeMond. Primero, su llegada al equipo de Cyrille Gimard y los primeros tours, con victorias de Hinault y  Fignon; luego, la "traición" del primero en la edición de 1986 (se nota a LeMond muy dolido) y después el tremendo susto del accidente de caza que casi le retira del ciclismo.
El seguimiento de la ronda gala es espectacular, jornada a jornada, día a día y con declaraciones de todos (incluido el fallecido Fignon). Uno empatiza con el gruñón francés, pese a su mala baba (escupió a una cámara de TVE), su carácter ganador, siempre al ataque, le convierten sin quererlo en el hombre trágico del documental.
Mención especial para Kathy, sufrida esposa de LeMond, importante en su recuperación y soporte vital en los momentos difíciles de la carrera. Un mujer de bandera. ¿Y Perico? Bueno, es simpático pero esa sobrada de "habría ganado de no ser por el error del prólogo", sobra.
En resumen, un entretenido largometraje que da lo que promete: épica, emoción y morbo.
Stewart (2022, Patrick Mark)
Probablemente no sea un documental apto para los que no sean fans de la F1 pero este excelente largometraje es un testimonio de una época y de un personaje irrepetibles. 
La historia, desde su dura infancia (marcada por la dislexia no diagnosticada) del piloto escocés Jackie Stewart combina perfectamente espectáculo, glamur y drama. Tarda en ofrecernos imágenes antiguas, sospecho que porque son magníficas y, tanto las privadas de Stewart con su familia, como las de las carreras, trascienden del mero documental a lo sentimental gracias a la buena gestión de su realizador.
Stewart no se esconde, confiesa sus errores y acepta las cosas como vienen, sin mirar al pasado como algo mítico pero sin perder de vista de donde viene. Los amigos muertos (y qué muertes), la incertidumbre con los hijos, la obsesión por el dinero... Todo muy humano y, es algo destacable, contado con la habitual elegancia British. Una gozada.
Secretos del deporte: Los reyes del pantano. (2023, Katharine English)
La serie Netflix "Secretos del deporte" le dedica una temporada (4 capítulos) a los Florida Gators de comienzos de los 2000, ganadores de dos títulos nacionales universitarios de la mano del entrenador Meyer Urban, a quien le costó adaptarse a la exigencia del football en el sur de EE UU pero que logró vencer en 2006 y 2008, además de estar muy cerca en 2007. No faltan los héroes, las confesiones, los dramas, las envidias por el reconocimiento de unos jugadores sobre otros pero también el compañerismo y el recuerdo de una época irrepetible para los protagonista. 
Sin duda los momentos en el vestuario y entrenamientos resultan inspiradores, sumado al siempre colorido y apasionado ambiente del deporte universitario cuyo secreto atractivo es evidente: la juventud. 
Una serie que engancha, no podrás ver solo un capítulo.

Imágenes: New black films, Noah Media Group, Netflix.

2 ene 2024

El cine en 2023

Libre de prejuicios y fiel a la cita anual de este ya, viejo blog, destacamos las películas de 2023 con alguna sorpresa agradable, alguna decepción y hasta cine de calidad. A ello.

Babylon (Damien Chazelle)
Aunque estrenada a finales del pasado curso permito incluirla aquí porque no abundan las películas que, en el cine actual, logren sorprenderle a uno. Babylon está basada libremente en el libro de Kenneth Anger y, sin usar nombres, nos muestra los inicios de Hollywood fijándose no sólo en las películas y los actores sino también en sus vidas y anécdotas. Es un film excesivo, en metraje, en estética, en sexo y hasta en gore, a veces desespera mas destila la misma pasión por el cine en general y el clásico en particular que la opera prima de Chazelle 'La la Land' (2016). Los intérpretes también rinden de manera irregular; a una excelente Margot Robbie le siguen un algo acartonado Brad Pitt y un flojísimo Diego Calva. No apta para todos los gustos, irregular, es un film admirable en muchos aspectos, que toca varios géneros (la parte de Tobey Maguire es puro terror) y deja un buen sabor de boca. 
Tár (Todd Field)
El regreso a la dirección de Todd Field, tras casi una década, se salda con una excelente nota gracias a una historia que no se limita a lo que aparentemente es: un vehículo para el lucimiento de una (perfecta) Cate Blanchett. 
La caída en desgracia de una famosa directora de orquesta, pese a algún pasaje previsible, resulta fascinante y tremendamente revelador sobre los tiempos que vivimos: la discusión con el alumno luego manipulada antes de aparecer en las redes sociales es la mejor de las muchas ideas que Field deja a lo largo de más de dos horas que pasan volando. Además de Blanchett, cabe destacar el buen trabajo de la actriz alemana Nina Hoss, que trasciende un personaje previsible y la labor de puesta en escena y guion, todo mérito del director. El largo descanso le ha sentado muy bien, dejándonos una obra de esas que perduran en la memoria y deja reflexiones profundas sobre el arte, el poder, la fama y el amor. 
Elemental
(Peter Sohn)
El director de la infravalorada "El viaje de Arlo" (2015) lleva a la pantalla una historia sobre amor interracial y tradiciones. Este canto a la multiculturalidad que tampoco se atreve a llevarlo más allá, sin demasiados conflictos y con un diseño colorido pero confuso (no sabemos bien las normas entre los elementos más allá de que no pueden mezclarse) que nos trae como héroe blandengue a un funcionario municipal y una malhumorada e histérica protagonista hacen difícil simpatizar con ambos y, sin emociones, es complicado agradar al público. No es un film molesto, el personaje del padre de ella resulta simpático y, al contrario que los protagonistas, cálido, valga el chiste. 
Wish, el poder de los deseos
(Chris Buck y Fawn Veera Sunthron)
Disney y Pixar llevan un año un poco regular. Diría más, un comienzo de década algo mediocre pero, ¿es algo puntual o es una crisis en toda regla? ¿no será que las supuestas "obras maestras" de cada año no eran tales?
En cualquier caso, la casa del ratón no se merecía celebrar su centenario con un film tan mediocre. Una heroína que es puro cliché, un estilo de animación indefinido (y por ello poco vistoso) y una historia donde sólo destacan un par de números musicales y un malo que, da la sensación, tiene razón en el fondo. Tiene bonitos guiños a un montón de películas (Bambi, La bella y la bestia, Peter Pan...) y quizás no sea tan mala como se ha dicho mas da la sensación de que estamos en el final de una era.
El inspector Sun y la maldición de la viuda negra
(Julio Soto Gurpide)
El cine español de animación, tanto para adultos como para niños, creo que es de lo más destacable de nuestra industria audiovisual. En éste caso nos encontramos con una solvente producción que emula las historias de misterio con animales (insectos concretamente) en el atractivo escenario de un Zeppelin. El guion tiene alguna idea inteligente mas acaba resultando algo trabado e ingenuo. Tiene la típica escena final de acción trepidante, demasiado forzada pero que los infantes la agradecen, doy fe. No pasará a la historia pero queda claro que no hacemos peores películas que Disney ahora mismo, por lo menos a nivel de guion y entretenimiento, solo falta no copiar lo malo (ideología woke) que aquí asoma un poco la patita, no mucho, por suerte. 
Indiana Jones y el dial del destino (James Mangold)
Dependiendo de cómo nos tomemos la quinta (y última) aventura del más famoso arqueólogo de la historia del cine, podemos estar ante un film mediocre, una película pasable o un digno final. En lo primero pesa un guion con buenas ideas pero deslavazado y con unos personajes poco interesantes (Antonio Banderas podría estar o no en la película) o esquemáticos, unas escenas de acción excelentes pero sin nervio y demasiado inverosímiles (incluso para esta saga). En lo segundo destacan Harrison Ford, al que intentan despojar de toda dignidad convirtiéndolo en alcohólico (sin éxito, gracias a Dios), y Mads Mikkelsen, un malo que no desmerece a ninguno de la saga pero con poco papel y nada brillante (los nazis son tontos, siempre). 
Y por el último el final. Literalmente no me esperaba ése final y me parece lo mejor de la película. Está bien rodado, es inteligente y, por una vez, el antipático personaje de Phobe Waller-Bridge, se redime. La saga pudo terminar de manera catastrófica como "Cazafantasmas" o "Matrix" y por suerte sólo fue una pequeña humillación. Esperemos que dejen a Indiana, descansar en paz. 
Migración, un viaje patas arriba (Guy Laurent -Homsy y Benjamin Renner)
Iluminaron es a Universal, lo que Pixar a Disney y creo que ofrecen siempre un producto excelente. La saga "Gru", ya convertida en la de los geniales Minions, ha sido su santo y seña hasta hoy que han decidido ir a por todas con una historia que nada tiene que ver con ellos. El resultado es amable, entretenido y con las virtudes de los films de los seres amarillos (antes del film se proyecta un divertido corto con ellos de protagonistas): acción, slapstick, humor absurdo y estilo retro en el diseño (ése chef implacable y hortera). Pero cuando la película se mete a la moraleja y al tema familiar, patina. Espero que aprendan de lo que le está pasando a Disney y Pixar y no sigan por ahí pues si el "mensaje" va a ser el mismo que el del resto, el público preferirá el original a la copia. Más les valdría no "migrar" y, al contrario que sus protagonistas, quedarse en su estanque. El que avisa no es traidor. 
Super Mario Bros: la película (Michael Jelenic, Aaron Horvath)
Uno de los mayores éxitos del año debido a factores evidentes: máxima fidelidad al videojuego, protagonistas amables, guion sencillo, un antagonista tan malo como simpático, 0 moralina y poquísimo mensaje feminista. Cierto es que Mario es personaje popular y el marketing lo tenían ya hecho pero van muchas adaptaciones de la pantalla pixelada al cine (incluida la bizarra versión de los 90) que fracasan en lo más fácil: no toques nada que ya funcionaba antes. Los directores, forjados en la excelente y divertida serie de los "Teen Titans, go!", acietran en el equilibrio humor/acción. 
Ya se prepara segunda parte y si ofrece más de lo mismo, con la rica iconografía de Nintendo aún por explotar, les irá bien. Y yo me alegro. 

26 nov 2023

Justicia para ella

Sidney Lumet  (1924-2011) fue uno de los más prolíficos y exitosos directores de la llamada "generación de la televisión", formada, entre otros, por Franklin J. Schaffner, George Roy Hill, Richard Donner o Fielder Cook. Todos ellos llegan a Hollywood mitad por la competencia televisiva al cine (hace nada menos que 70 años que ésto sucede) mitad por la búsqueda de nuevos talentos ante el inevitable paso del tiempo que se llevaba por delante los directores clásicos.
Lumet centró casi toda su filmografía en un tema: la justicia. Sus personajes suelen ser abogados, fiscales, miembros del jurado, detectives, policías... Todos ellos buscan la verdad pero ante todo quieren cambiar las cosas "desde dentro", sin saltase la ley (en principio) y chocan con un sistema implacable cuando no corrupto. 
Fran Galvin (un colosal Paul Newman, que no fue la primera opción para el papel) es un abogado que ha tocado fondo. Su aparición no puede ser más patética: se presenta en un funeral, de donde le echarán, buscando clientes. Galvin es un hombre derrotado, con un solo amigo, Mickey (el siempre perfecto Jack Warden) que, como sabremos después por boca del propio Mickey, estuvo cerca de ser alguien importante. Caído en desgracia por sus vicios y errores, Galvin recibe de su amigo un caso aparentemente sencillo. Una mujer ha quedado en coma irreversible tras una negligencia de un Hospital Católico de Boston. En un principio todo parece sencillo, ni la hermana de la víctima, ni la Iglesia quieren complicaciones, un acuerdo económico bastará para evitar el escándalo. Galvin conseguirá un dinero que necesita y volverá a tener un cierto prestigio. Mas Galvin va a conocer a su cliente al hospital y allí ocurrirá lo que casi podría decirse que es una epifanía: con sus fotos de Polaroid, en una escena maravillosa, Lumet consigue transmitir la sensación de Galvin de que esa mujer postrada inconsciente en la cama merece una oportunidad. Galvin decide, sin consultar a sus clientes rechazar la oferta del hospital, que es otra no menos magnífica escena entre el abogado defensor, Concannon (implacable James Mason) quién ofrece el generoso cheque que cambiaría la vida de varias personas. Galvin, humillado por las formas, entre el lujo gótico del despacho, dice no, más por dignidad que por convicción. Empieza entonces un litigio largo, tortuoso, con altas y bajas en la búsqueda no sólo de justicia, sino también de su propia redención como ser humano.

En este trasiego, Lumet destacan las distintas formas de trabajar: Galvin y Mickey a pie de calle, usando la memoria (la experiencia es un grado) y echando horas en el despacho. En frente, el equipo de abogados implacable de Concannon, que no duda en usar los medios de comunicación, la coacción a testigos y el desprestigio de Galvin en su contra. Tan lejos llega que utiliza a Laura (Charlotte Rampling), otro ser al margen del sistema, que ve en la oportunidad de traicionar a Galvin una tabla de salvación a sus problemas. 
Mas con lo que no cuenta Concannon es precisamente con eso, con la desesperación de Laura y de Fran: no se acorrala a quien ya está acorralado. Cuando localizan a la enfermera que, persuadida con la oportunidad de hacer justicia, acepta declarar a última hora y cambiar el veredicto final del jurado (que ignora la recomendación del juez, una vez más la justicia en entredicho), consiguen mover la balanza de su lado.
Por desgracia para Laura, Galvin descubre que trabaja para su rival. Además, él no sabe que ella renunció en el último momento a todo para que él triunfara. Fran no cogerá el teléfono... ¿o sí?
Nota final: aunque sea tópico, destacar la lúgubre fotografía de Andrzej Bartkowiak, oscura en interiores, fría en exteriores y el guion de un joven David Mamet adaptando la obra de Barry Reed.
Imágenes: 20th Fox.

5 oct 2023

Ratones, mujeres y Lovecraft

En mis recientes lecturas, he mezclado el comic con el ensayo y, si eso lo consideramos leer, los libros de ilustraciones que, para todo aquél al que le guste dibujar suelen ser fuente de inspiración cuando no de deleite. Paso a hacer el típico repaso a estos libros que, a juicio de uno, son dignos a tener en cuenta. 

Michel Houellebecq se da a conocer en 1991 con este ensayo sobre la vida y obra del mítico escritor H. P. Lovecraft, escrito desde la más rendida admiración y casi la identificación con el autor de Providence. Empieza su redacción con sólo dieciséis años, por eso se advierte ese entusiasmo en el texto, típico de la juventud y de una persona enérgica y madura para su edad. Es un libro que es tanto más interesante como biografía que como valoración a las obras del escritor estudiado. Houellebecq  enlaza cronológicamente la experiencia vital del biografiado con sus cuentos y novelas y desmonta tópicos (sobre el manido tema del sexo en la obra y vida de Lovecraft) y consolidando incómodas realidades (el racismo). Estamos ante un ensayo ligero, mas para nada superficial o inane, todo admirador del escritor norteamericano disfrutará de él y es, en adición, una perfecta forma de introducirse en el mundo de Lovecraft, no sólo para entenderlo sino también para disfrutarlo. En la presente edición de Anagrama, se incluye un entusiasta prólogo de Stephen King. 

El Whodunnit? es una expresión inglesa que se usa para identificar a las novelas policiacas típicas que contienen una especie de puzzle cuyo objetivo es saber precisamente eso, quién cometió el crimen. Este simpático y cuidadísimo comic lleva precisamente ése título, "Whodunnit" y es obra de El Torres, Vicente Cifuentes (guion) y Ulises Arreola (color), pertenece a este género aunque con toques fantásticos, dando como resultado una trama tan típica como entretenida sobre el asesinato(s) que sucede en una mansión lujosa y decadente. Excelente ambientación, original (pese a lo trillado del tema) y bien resuelta, tiene como característica más llamativa el hecho de que sus protagonistas sean animales antropomorfos: conejos, gatos, zorros y otras variedades que no he logrado identificar, vestidos de etiqueta o andrajosos pero que remiten, inevitablemente, a la inglaterra victoriana. Un elegante pasatiempo digno de tener en cuenta por el esfuerzo de la editorial granadina KARRAS y los (numerosos) financiadores que han colaborado en este proyecto que no tiene nada que envidiar a las grandes editoriales.

Para finalizar, un repaso a un par de libros de ilustraciones. El primero, "Las chicas de Atilio", 2015, Atilio Cambedotti, ed. La Cúpula. Habitual de las portadas de la difunta revista "Kiss", esta obra se centra en las voluptuosas mujeres que han aparecido en las obras del autor argentino mas se incluyen varias inéditas. Ojos grandes, senos generosos, mujeres descaradas y mucho colorido hacen de este libro un buen mosaico de su obra, además de mostrarnos su proceso creativo, destacando los dibujos steampunk y sus ilustraciones para las obras Celtas y Pompeya, las cuales permiten demostrar que es un gran artista dibujando escenarios y acciones. Excelente edición en tapa dura. 
La ilustración empieza a ser un género muy femenino. De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda las lujosas obras literarias clásicas o cuentos de siempre a todo color, donde destacadas dibujantes muestran sus virtudes con el lápiz y pincel. Quizás sea porque en esta época del libro digital, el dibujo siegue teniendo un valor (hasta la IA también les deje sin trabajo, claro) o quizá porque los temas e historias "para mujeres" está de moda y/o se venden bien, noto una gran proliferación de obras en dicho género. En España una de las más famosas es Esther Gili, que empezó trabajando en cine y publicidad pero ya, hecho un nombre, hace trabajos más personales. Su estilo es sencillo y elegante, no son dibujos descuidados pero me gustan más los que tienen más detalle, imagino que eso es más difícil si utilizas la técnica de la acuarela, poco valorada para la dificultad que entraña. El libro que comento es de una exposición, editado por Lunwerg, en 2020. Se trata de ilustraciones que acompañan al libro "El legado Catherine Elliot", con mujeres de ayer y hoy, en escenarios y paisajes elegantes de diferentes épocas y lugares. Un libro agradable para conocer a la autora que, en esta entrevista, confirma muchas cosas que ya intuíamos sobre la producción editorial para mujeres.  

20 sept 2023

Agatha en el cine

Agatha Mary Clarissa Miller, más conocida como Agatha Christie, no necesita presentación. La escritora más exitosa de todos los tiempos le interesa en este momento al autor del blog no sólo por sus libros (del que soy un fan bastante ponderado)  sino por sus adaptaciones cinematográficas. Ahora mismo está en cartel la adaptación de una sus menos celebradas novelas "Las manzanas" (1969) dirigida por el prolífico director británico Kenneth Branagh, el cual va por su tercera adaptación consecutiva de la "reina del crimen".
Bien es cierto que un servidor cada día ve más cine antiguo (porque ya el siglo XX es 'antiguo') y prescinde de nuevas versiones así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, voy a comentar las cuatro lujosas adaptaciones que, en los años 70 y 80 del pasado siglo, Richard B. Goodwin y John Brabourne, realizaron de algunas de las mejores obras de la escritora británica. 
Asesinato en el Orient Express (1974) de Sidney Lumet.
Con un presupuesto bastante ajustado para el estelar reparto y el lujoso escenario, el film fue uno de los grandes éxitos de 1974, valiéndole el Oscar de la academia a Ingrid Bergman por su cortísima pero intensa interpretación de Greta Olhsson. Lumet hizo gala de su fama de realizador económico y buen director de actores, supo evitar los egos y obtuvo un producto lujoso sin ser acartonado, además de sorprendente y realmente entretenido. La mismísima Agatha Christie dio su visto bueno diciendo que esta era, con "Testigo de cargo" (1957, Billy Wilder) la mejor adaptación de una obra suya.  
Bajo mi punto de vista es un film con un prestigio exagerado, algo plano, donde el enorme talento de los técnicos (la fotografía de Geoffrey Unsworth, el guion de Paul Dehn, la música de Richard Rodney Bennett) salva un conjunto tan atildado como la interpretación de Poirot Albert Finney. 
Muerte en el Nilo (1978) de John Guillermin
Tras cuatro años de espera, Goodwin y Brabourne, repiten el plan con gran número de estrellas, profesionales de prestigio como Anthony Shaffer, Nino Rota o Jack Cardiff mas esta vez con varios cambios. El primero, para mí el mejor, es el uso de escenarios reales, aquí el mismo Egipto. El film se rueda en Asuán, El Cairo y Abu Simbel, cuenta con un guion más trabajado y que evita comentarios políticos (no se caricaturizaba al personaje del marxista, Jon Finch, como se hacía en la novela) y, sobre todo, sustituye a Poriot, ya que Finney se negó dado las agotadoras sesiones de maquillaje y al calor a soportar. El resto del reparo combina actores jóvenes (Mia Farrow, Jane Birkin) con veteranos (Bette Davis, George Kennedy) destacando el siempre impecable David Niven.
El resultado es, a mi modo de ver, excelente, el más industrioso pero igualmente impecable John Gillermin, ofrece una trama entretenida y se beneficia de que "Muerte en Nilo" tenga un desarrollo y, sobre todo, un desenlace tan inesperado que sorprende a cualquiera. Eso unido al gran trabajo del simpático y elegante Poriot que incorpora con humor Peter Ustinov, hace de esta película, en mi opinión, la mejor del dúo de productores.
El espejo roto, (1980) de Guy Hamilton.
Film que carga con la fama de ser el peor de la serie, algo que me parece cierto aunque exagerado. 
Los técnicos son de primera, en especial la fotografía de Christopher Challis (Dos en la carretera, La vida privada de Sherlock Holmes) lo que no es novedad, más es cierto que el cambio de Poriot por Miss Marple (Angela Lansbury) no resultó como se esperaba, quizás porque la historia da más importancia a su sobrino, un excelente Edward Fox.
No obstante hay en ella detalles que la hacen muy singular. Por ejemplo, la decadencia física de sus estrellas; un fondón Rock Hudson, una Elisabeth Taylor con sobrepeso, un Tony Curtis con peluquín... le da al film un tono mortuorio pero a la vez autoconsciente de que todo es una representación. Representación que se ve reforzada por la escena del interrogatorio de Fox a Curtis, elegantemente relacionado por Hamilton con el teatro de marionetas que hay en el despacho del productor; el magnífico momento en el que Taylor parece "confesar" a Fox... cuando realmente está recitando un diálogo de una película suya; o la exagerada interpretación de la diva Lola Brewster (Kim Novak) con sus constantes pullas a Marine (Taylor).
Pero hay una escena que, por sí sola, justifica toda la película, casi al final, cuando Hudson, consciente de todo lo sucedido, se despide de su esposa con una infinita tristeza, siendo sinceros el uno con el otro. Dada la relación de profunda amistad entre Taylor y Hudson es difícil no ver en ese diálogo una autenticidad que sobrepasa la pantalla. Finalmente, Hamilton regresa al tema de la representación, la imagen final con Fox y Lansbury saliendo del castillo es toda una declaración de principios.
Muerte bajo el sol (1982) de Guy Hamilton 
Última película de la serie, que tiene un aire más ligero, socarrón y también malévolo en tanto en cuanto casi todos los personajes tienen un punto antipático. Ustinov parece sentirse a sus anchas pues se rueda en Formentor, donde veraneaba y veraneó durante cuatro décadas, la música de Cole Porter hace el resto para que todo resulte elegantemente frívolo. Tampoco es que nos importe mucho que asesinen a Diana Rigg porque resulta odiosa más la forma de solucionarse todo el crimen (mezclado el robo de un diamante con él asesinato) es muy entretenida, los personajes están por encima de los actores pese a ser grandes estrellas y todo ello redunda en una película tan agradable como ligera. Agatha Christie siempre tuvo un punto inquisitivo en la sociedad que le tocó vivir más nunca olvidó su principal función: entretener. Las películas de Goodwin y Brabourne (pues eran films de productor) eran eso, pero con esplendor y una elegancia nunca más vista.