16 abr 2017

Lecturas fracasadas y lecturas decepcionantes


No soy un buen lector, me refiero a un lector disciplinado o entregado. Como todo el mundo cuando lo que leo me atrapa, me engancho, pero cuando no es así rara vez logro sobreponerme y, pese tomármelo como un reto, salir airoso del mismo. Recientemente he leído o lo he intentado tres obras bastante distintas en apariencia que pasaré a comentar, las tres han tenido sus peros aunque alguna posee la calificación de clásico en su género.
- Buick 8, un coche perverso. (Stephen King)
No es la primera vez que el Mago del Terror elige como "protagonista" de una de sus obras un coche, ahí está la famosa "Christine"(1983) aunque creo que esta vez el escritor de Maine no ha estado tan inspirado. Un extraño de aspecto siniestro llega a una gasolinera conduciendo Buick Roadmaster del 54, que está en perfecto estado. El conductor va al baño y nunca más aparece. La policía se hace cargo del coche, que ahora no funciona y lo guarda detrás de la comisaría. Pasan los años y el coche sigue exactamente igual pero varias personas que se acercan desaparecen misteriosamente y del maletero salen criaturas escalofriantes aparentemente sin vida.
Al parecer relacionada con la monumental e interminable saga de "La Torre oscura", con monstruos que recuerdan a los de la magnífica "La niebla" (1980), no se trata de un vehículo poseído sino de una especie de puerta a otra dimensión. De desarrollo irregular, con momentos tediosos y repetitivos, que se alternan con otros brillantes (comienzo y casi final), con las habituales descripciones desagradables cuando no ridículas es evidente que no estamos ante una de sus mejores novelas, no obstante, no es difícil de leer y te mantiene en tensión hasta el final con un truco tan tramposo como hábil.
- Dune. (Frank Herbert)
Auténtico clásico de la ciencia-ficción, inicio de una saga que ha sobrevivido a la propia muerte del autor, es una excelente novela que no he podido terminar y me explico.
El libro está dividido en varias partes pero yo me he quedado más o menos en la mitad, la "culpa" la tiene la excelente película homónima de David Lynch que, aunque condensa por necesidades de metraje mucho del libro, mantiene su esencia y le otorga, además, un dinamismo del que (creo) la obra original adolece. El conocer la trama resumida y su final hizo que, inevitablemente, perdiera el interés por la obra escrita.
Esto no quita para que el "Dune" de Herbert me parezca una obra magnífica, complejísima, que aprovecha la ciencia-ficción para tratar temas muy de hoy en día: ecologismo, recursos naturales, economía, política, colonialismo, militarismo, religión (magia si se prefiere), honor, amor, liderazgo... en fin, infinitas lecturas aunque con lo que más disfruté son los personajes principales, magníficamente tratados, bien trabajados sin buenos/malos simplones pese a que estén claros los bandos y simpatías del autor. Traidores con causa, malvados sádicos, luchas por el poder, batallas, gusanos gigantescos, tribus del desierto, la Especia que lo domina todo... un universo espectacular por el que es imposible no dejarse llevar.
El almuerzo desnudo. (William S. Burroughs)

"Aposentados sobre huesos viejos y excrementos y chatarra ferruginosa, en medio
de un calor de altos hornos, un panorama de idiotas desnudos se extiende hasta el
horizonte. En silencio absoluto —tienen destruido el centro del lenguaje— excepto el
crujido de las chispas y chisporroteo de la carne chamuscada al aplicar electrodos a lo
largo de la columna vertebral. Un humo blanco de carne quemada flota en el aire
inmóvil. Un grupo de niños tiene a un idiota atado a un poste con alambre de espino y le
encienden una hoguera entre las piernas y contemplan con curiosidad bestial el ascenso
de las llamas por sus muslos. El fuego hace crepitar su carne con la agonía del insecto."
 
No sabía cómo comentar este libro así que he preferido dejar aquí un párrafo para que se hagan una idea de lo que es. Y esto no es de lo más delirante. Aquí sólo cuenta un suceso que podría ser verdad, luego viene el delirio del drogadicto y la historia esa de Interzona que no tiene, como toda la narración, ni pies ni cabeza. Esto es "El almuerzo desnudo" de William S. Burroughs, un chico bien americano que se recorrió medio mundo (Marruecos, Europa, México) drogándose, metiéndose de todo y que lo plasmó, estando completamente puesto, en un libro de tan fascinante como incompresible título. Sólo el prólogo (una lúcida definición de lo que son las drogas)  y el epílogo (una carta a un médico) tiene algún sentido. La pregunta es ¿merece la pena hacer el esfuerzo por leer un texto inconexo lleno de delirios, diálogos absurdos, sexo (homosexual en su mayoría), prostitución y otro tipo de degradaciones humanas? Bueno, según se mire: por un lado hay que reconocerle momentos brillantes, alguno humorístico, otro de crítica social (o eso parece) que se leen sorprendentemente con facilidad. Pero hay mucha, pero que mucha página sin sentido, demasiado desagradable para resultar interesante o demasiado aburrida como para compensar el esfuerzo. No obstante yo lo conseguí, puedo decir que lo he leído. No sé si con eso soy más culto sólo me permito advertir que la lectura de este libro no es fácil ni divertida pero reconozco que podría ser fascinante. Arriesga el autor haciendo algo original y eso como mínimo merece un pequeño esfuerzo. Luego el lector valorará.

3 abr 2017

Triple axel

A la izquierda Margot Robbie, a la derecha la auténtica Tonya Harding
Tonya Harding (Portland, EE.UU. 1970) vuelve a estar de moda por el próximo estreno de una película sobre su vida. "I, Tonya" , protagonizada por la bella Margot Robbie contará su azaroso affair con la también patinadora Nancy Kerrigan en el enero de 1994. La historia está muy bien contada en un documental de la cadena deportiva ESPN en la que, entre otros, aparecen los entrenadores de ambas, patinadores, periodistas, la psicóloga de Kerrigan, la mejor amiga de Harding y la propia Tonya. Nancy prefirió no aparecer aunque sí lo hace su marido y manager. Con lo que el gran público se quedó es que la pobre Nancy Kerrigan sufrió una alevosa agresión por parte de un tipo que luego resultó ser un matón contratado por el guardaespaldas de nuestra heroína, todo por orden de su ya por entonces ex-esposo Jeff Gillooly. Todo se debía, aparentemente, a que Tonya no podía en la pista de hielo con Nancy y llevó su rivalidad más allá de lo deportivo. Hasta aquí (parte de) la verdad. 
A casi nadie le interesa el antes, el porqué de las cosas, nos es más fácil reducirlo todo a un blanco/negro que todo lo simplifica y lo hace más digerible. Con Tonya, les aseguro, eso no vale. Tonya Harding es fruto de una familia desestructurada, de una madre con problemas psicológicos a la que, años después, acusó de abusar de ella. Una chica que encaja en el perfecto cliché de "basura blanca", con unos padres con empleos precarios, sin dinero ni vivienda fijos, sin un horizonte. Pero a Tonya le gustaba patinar, más que eso, se le daba bien patinar. Hasta tal punto que una entrenadora (Sylvia Harpolscheimer) se fijó en ella y la dio una oportunidad. Las chicas como ella no suelen encontrarse con esas circunstancias en la vida, saben que no podrán ir a la Universidad, vivirán en su ciudad para siempre y eso será todo.
Tonya y Nancy
Pero decíamos que Nancy tenía talento, con sólo 12 años logró hacer un triple lutz y fue la segunda patinadora y la primera norteamericana en lograr un triple giro (axel) en le aire. En 1991 logra hacerse con el campeonato de EE.UU. su momento mágico, su gran logro... hasta que aparece Nancy Kerrigan.
Nancy proviene también de una familia modesta pero no problemática. Como Harding es una gran patinadora mas tiene una ventaja: su esbelta figura. Su entrenador la moldea, de un chicazo de pelo corto la transforma en una Grace Kelly morena sobre el hielo. A los jueces les encanta su elegancia en el vestir y sus movimientos gráciles. Tonya cuenta amargamente como un día una jueza le recriminó el espantoso vestido que llevaba en una competición y ella le respondió que no tenía dinero para comprarse otro, que encima se había hecho ella misma, "entonces no ganarás" le espetó.
Eso, como no podía ser de otra forma, genera una enorme frustración en ella; además ve como los sponsors patrocinan a Nancy (sopas Campbell, Reebok) mientras ella, que ya es subcampeona del mundo, no tiene más ayuda que la del Comité Olímpico americano. Su vida personal tampoco va bien, con sólo 19 años se casó con Gillooly un tipo del que, se dice, la medía el lomo y estaba con ella por la pasta mas fue el primero en decirla que era guapa y la quería. Bajísima autoestima.
En los JJ.OO. de 1992 en Alberville, Tonya es cuarta y Harding plata, por detrás de la también norteamericana Kristi Yamaguchi. Su rivalidad es alentada por los medios de comunicación, ellas dicen que no hay problema sin embargo el morbo vende y consigue que un deporte minoritaro como el patinaje artístico logre enormes audiencias en TV.
Y volvemos al momento clave en la vida de nuestra heroína: a siete meses del comienzo de los JJ.OO. de Lillehammer se celebra en Detroit la selección de las tres patinadoras que irán a defender a su país a Noruega. Cuando Kerrigan termina de entrenar y se dirige a los vestuarios es agredida por un desconocido que la golpea en la rodilla con una barra de hierro (como al Sr. Burns, Los Simpson siempre alerta) y se da a la fuga. Pese a los gestos de dolor y a que no puede ponerse en pie, Nancy sólo sufre una fuerte contusión pero no puede disputar el torneo. Sorprendentemente, la federación de patinaje decide que vaya a los Juegos junto a Harding y Yamaguchi, segunda y primera respectivamente, del torneo.
En los Juegos Harding no puede con la presión, ella habla de que se le estropeó además un patín en el calentamiento y no lo pudo cambiar además de moverse en un ambiente abiertamente hostil pues todos la veían como "la mala". 
Total, termina octava mas Kerrigan tampoco logra la victoria y tiene que conformarse con la plata. En el documental de la ESPN se puede ver a una Nancy Kerrigan bastante cabreada por ello, con no muy buen perder tras la victoria de la adolescente ucraniana Oksana Bayu, quien no podía contener las lágrimas tras ganar el oro. 
Pero a Harding la estaban esperando de regreso a casa. Tras una investigación del F.B.I. y un juicio que ni el de O.J. Simpson se declara culpable de obstrucción a la justicia para evitar la cárcel, pagando 100.000 dólares de multa (su ex-marido y su guardaespaldas son condenados y acabaron en Villa Paquita, ambos tenían antecedentes) sin embargo es suspendida por la asociación de patinaje. 
Tonya Harding en el documental de la ESPN "El precio del oro" (2014)
Harding comienza entonces un delirante periplo que incluye un vídeo (y fotos) íntimo(s) de su noche de bodas, una fugaz carrera en el boxeo, un todavía más fugaz regreso al patinaje terminada su sanción, una aparición en el reality de la FOX, Celebrity Boxing y... por fin la calma. En 2010 se casa con Joseph Jens Price y tiene su primer hijo en 2011. Ahora es una tranquila ama de casa que ya no quiere saber nada de la celebridad y el espectáculo pero que aún echa de menos el patinaje.
No voy a tratar de convertirla en una santa porque seguramente no lo sea (es difícil creer que no supiera nada), no obstante siento una enorme piedad y simpatía por las personas linchadas por la "opinión pública" que rehacen su vida, pues me parece que no son más que hombres y mujeres que mostraron su lado oscuro en un momento y (siempre que no hicieran un daño irreparable a nadie) se equivocaron, lo pagaron y punto. En el fondo, creo, todos tenemos un poco de Tonya, soportamos nuestras frustraciones y podemos acabar teniendo un momento de flaqueza, no somos perfectos, no todo son Nancys en esta vida. Además, mucha gente en los medios de comunicación y en el elitista painaje artístico sacó provecho de todo esto, quizás ellos también deberían pagar un poco por lo que hiceron.
Referencias:

http://www.today.com/id/24645352#.WNLBeRSDPIU
Documental: "El precio del oro" de ESPN Movies