23 nov 2016

Simancas

Localizada en el centro geográfico de la provincia de Valladolid, la Villa de Simancas es una de las más importantes de la provincia y, con diferencia, la de más historia. Además, Simancas es según la wiki la población más importante de la provincia hasta el S. XII, con lo que la que tuvo, retuvo.
Su origen data de la época romana pues pasaba por allí la calzada romana que unía las localidades hoy conocidas como Mérida y Zaragoza, aunque hay restos de una tumba conocida como "Los Zumacales" de en torno al 5500 a.c. Hoy día no son más que un par de rocas en mitad de un campo de labranza pero se puede dar un paseo desde el pueblo (2 Km) y, si el día es despejado, disfrutar de la pradera cóncava del cielo, que diría Machado.
Sobre el río Pisuerga hay construido un puente que data de la Edad Media. Ha resistido batallas y crecidas, fue volado (parcialmente) por las tropas napoleónicas en su huida del duque de Wellington, algún listo robó la figura de la Virgen que lo decoraba...y ahí sigue. Hay una bella vista del mismo (y de la vega del río) desde un mirador. 
Simancas hace décadas que dejó de ser un pueblo agrícola, hoy día es uno de tantas localidades cercanas a una gran urbe (Valladolid) y cuya vida gira alrededor de ella. Desde los años 80, proliferan las urbanizaciones (Panorama, Pichón, Entrepinos) que han hecho doblar su población y la han convertido en un pueblo centrado en el sector servicios.
Archivo de Simancas, antes de su última reforma
Su indudable atractivo turístico reside, además de sus callejuelas con encanto, en el Archivo General situado en su imponente castillo y la iglesia de El Salvador, patrón de la Villa, de estilo gótico tardío (hay que decirlo más) con influencias renacentistas. Si uno es de casarse por lo católico, pocas iglesias encontrará más bellas en la región.
El castillo data del S. XV aunque está construido sobre una antigua fortificación musulmana. Ha sido cárcel pero es conocida sobre todo como sede del archivo general del reino desde la época de Felipe II. Actualmente se puede disfrutar de visitas guiadas casi todos los días, merece la pena pese a que la reforma acometida hace más de una década a mí personalmente no me convence y a que tampoco se muestra el castillo en su totalidad. Otros lugares a visitar son, además del citado Mirador, las calles La Herradura y Cuadrilla de la Fabiana, el Chiringuito junto al río y la Ermita de nuestra señora del Arrabal.
En lo lúdico destacar que el seis de agosto se celebra el patrón de la Villa, El Salvador, y en septiembre la patrona, la Virgen del Arrabal. La primera tiene más ambiente que la segunda, y (creo) es cuando se representa la leyenda de las siete doncellas. Avisados quedan.
En lo gastronómico ocurre como en toda la provincia, hay buenos restaurantes de comida tradicional, unas panaderías estupendas (pedirse la típica pasta peonilla) con lo que me permito recomendar el restaurante Los Infantes y la Fábrica de pan Milagros, en la calle El Salvador. Ahora que llegan las navidades te asan el cochinillo a módico precio. Mmm...

7 nov 2016

¿Qué le ocurrió a Garci?

Por Doyle

Supongo que muchos de los que disfrutamos en algún momento de su figura mediática o de su cine, nos hacemos esta misma y enigmática pregunta.
Recuerdo estar en casa de mi madre viendo ¡Qué grande es el cine! siempre que el film fuese mínimamente interesante y/o actual, disfrutando tanto o más con sus presentaciones y coloquios que de las películas en sí mismas. Creo que con ese programa todos los españoles aprendimos a ser un poquito críticos cinematográficos.
 Todavía hoy me divierto como un enano escuchando antes de dormirme los podcast de Cowboys de Medianoche con mi admirado Eduardo Torres Dulce, la sensibilidad y los poemas de Luis Alberto de Cuenca, un errático Chencho Arias que antes aparecía mucho, su presentador (e instigador) Luis Herrero y claro está, el único de todos que no puede faltar en esta cita: Don Jose Luis Garci.
De Garci hay que saber, y conviene recordarlo, que antes de director fue guionista (de la que dice es la más difícil y la que más le gusta de todas ellas), y que antes de ser guionista fue crítico cinematográfico, y que antes de todo eso: es y será un gran amante y estudioso del cine de los años 40 y 50.
De su filmografía hay que saber también, que en la gran mayoría de casos vas a ver un cine sosegado y reflexivo, ese que hay que ver de noche con la luz apagada y sin prisa por acostarse. Sus películas están rodadas con una impecable fotografía y escenografía (gracias a un siempre magnífico Gil Parrondo), buena dirección artística, precisión en los encuadres, una música bien escogida, y unos guiones en muchos momentos brillantes, pero que pecan quizás de un cierto exceso de melancolía.
"Volver a empezar"
Recuerdo haber visto hace ya muchos años Volver a empezar (1982) a altas horas de la noche en TVE y quedar sorprendido por su elegancia y nostalgía. Fué la primera película suya que vi, y reconozco que no pude haber empezado de mejor manera.
Mas tarde grabé en VHS (qué tiempos aquellos los del video) Solos en la madrugada (1978) otra película que me conmovió y que reconozco, he visto hasta la saciedad. Aquí me encontré a un Garci más enérgico y más cínico, que revelaba la amargura de un protagonista decepcionado por todo aquello perdido en el pasado.
Otra película maravillosa que descubrí hace bien poco documentándome para este artículo, es Asignatura aprobada (1987)con un Jesús Puente y un guión impresionantemente buenos.
De Garci se ha dicho en innumerables ocasiones y estoy totalmente de acuerdo, que hay 2 etapas en su filmografía claramente diferenciadas:
La primera y mejor de ellas, que va desde sus inicios hasta mediados de los 90. Con 8 películas que en la gran mayoría de casos, no han envejecido todo lo bien que cupiera esperar y en algunos momentos, son técnicamente bastante deficientes —las escenas de acción de El crack (1981) son muy reguleras, aunque todo hay que decirlo, eran otros tiempos. Pero casi todas poseen unos guiones frescos y dinámicos, que radiografiaban una generación no tan lejana a nosotros.
Y su segunda etapa, en la que se sumerge ya para siempre en el melodrama de época, con una desmedida predilección por adaptar obras de Benito Pérez Galdós. Esta etapa comienza con Canción de cuna (1994) (peñazo la mires por donde la mires), y llega prácticamente hasta el final de su carrera cinematográfica —en Junio de 2013 declaró a los medios de comunicación que no volvería a dirigir, que se había cansado de discutir y defender sus proyectos en los despachos ante chavales de 30 años.
"Ninette"
En esta última etapa, para mi gusto, sólo 3 películas de un total de 10 rodadas, se salvan de la quema: You're the one (una historia de entonces) (2000), Historia de un beso (2002) y Ninette (2005).
Tras 5 o 6 soporíferos intentos por fin pude resistir los 20 primeros minutos y terminar de ver Holmes & Watson. Madrid Days (2012) y no es tan mala como dicen: es simplemente aburrida, no tiene ritmo, no engancha. Coguionizada junto a Eduardo Torres-Dulce un auténtico holmesiano y además miembro de la exclusiva y prestigiosa The Sherlock Holmes Society of London, posee 2 ó 3 escenas con unos diálogos increíblemente buenos y sólo por ello merece la pena verse (aunque por desgracia estén todas en la última parte de su metraje). Aun así es un film que nunca estuvo a la altura de las expectativas, siendo un amargo final para uno de los directores con mejor palmarés que ha habido en este país.
De Garci me quedarán muchas de sus películas, pero seguramente le tenga un mayor respeto y simpatía por su carrera como crítico, por sus muy cuidados libros y sus programas para televisión y radio. Esos en los que se aprecia que conoce y ama el cine, tanto como se emociona hablando de él. Pero también creo sinceramente, que su carrera cinematográfica está muy sobrevalorada.
Intentando dar respuesta a la pregunta que da título a este artículo, quisiera poner un fragmento de su película Sesión continua (1984) que dice así:
-        ¿Cuál es tu película favorita?
-        Todas las de mi niñez, casi todas las de mi juventud y casi ninguna de las de ahora.
 
En varias ocasiones ha declarado que no entiende el cine que se rueda hoy en día, que no tiene móvil, que no lee prensa digital...Quizás sea un hombre que no supo o no quiso evolucionar con los tiempos y eso acabó notándose en su cine.
Tal vez este insigne director que sabe tanto del séptimo arte, que adora tanto verlo, escribirlo y dirigirlo, terminó haciendo películas para sí mismo.
Tal vez en un ejercicio de onanismo mental, se dejó llevar en su pasión por escribir y filmar. Y fue alejándose cada vez más de un público que le demandaba un cine más actual.
Quizás en su magnífica cinefilia, dejó de buscar su estilo, de encontrarse a sí mismo. Y prefirió rendir homenaje a sus idolatrados clásicos, perdiéndose en el camino.
Rodando con un estilo ya demasiado clásico, alargando interminablemente sus escenas, con unos guiones muchas veces empalagosos y carecedores de todo ritmo, hizo que perdiéramos la fe en sus películas. O tal vez la perdió él en nosotros primero.
Quizás a ciertas edades te quedas anclado en el pasado, sin apenas darte cuenta. Quién sabe.