23 nov 2022

Juegos del cine de los 90

 Con la SG 800, emulador de la añorada consola Sega Mega Drive, he podido echarle un ojo a algunos juegos basados en exitosas (o no) películas de los primeros 90, que coincide con la edad de oro de las videoconsolas de 16 bits. Así que, en vez de hablar de un Gobierno que suelta violadores y malversadores de fondos públicos paso a comentar un poco estos divertidos entretenimientos, de peor a mejor para el que esto escribe:


El último gran héroe (Psygnosis, 1993)

Aunque la época en la que los videojuegos que adaptaban películas como mera excusa para vender más ya había pasado, todavía se trataban de colar auténticos truños pensando que el usuario es poco exigente cuando no un panoli. Parece que los señores de Psygnosis pensaron en eso al perpetrar este juego, que no sólo hace añorar la imperfecta pero interesante obra de John Mctiernan sino que uno se siente estafado: nivel de dificultad inasumible, gráficos mediocres, fases absurdas y, para rematar, una versión de la Mega Drive muy inferior gráficamente a la de Supernintendo. Un fiasco injugable y perfectamente olvidable.


Alien 3, (Probe software, 1992)

A la buena de Ripley no la dejaban vivir (o morir) en paz y el cine volvió a rescatarla por última (penúltima realmente) vez, con lo cual también tuvimos juego a rebufo del estreno de la obra de David Fincher.
En el videojuego controlamos a la protagonista en un escenario semejante al del film y ésta ha de liberar a sus compañeros atrapados por los letales aliens que ella misma ha traído a su planeta. A través de un extenso mapeado, Ripley tiene que esquivar enemigos usando diferentes armas y buscando el camino más rápido (el tiempo cuenta), usando ascensores, escotillas y arrastrándose y saltando de aquí para allá. 
Aceptable sonido y música, buena ambientación y jugabilidad suficiente como para ser un producto que está bien pero no es genial, como la película.


Hook, (Sony Imagesoft, 1991)

Adaptación de la película de Spielberg, Hook es, como todo lo que por aquél entonces tenía que ver con Disney, un producto absolutamente cuidado e impecable. Los mejores y más coloridos gráficos que entonces se podían conseguir, un nivel de dificultad pensando para jugadores más jóvenes de lo habitual y una música que, eso sí, no está a la altura de la magistral partitura de Williams por motivos técnicos, imagino. 
A título anecdótico, en este arcade no 'matas' a nadie y los enemigos son 'eliminados' de tal forma que nadie resulta ofendido. Almibarada diversión para todos los públicos, como el film original que, a día de hoy, es bastante disfrutable. Curiosidad: el protagonista es Peter Pan joven, no el adulto.


Drácula, de Bram Stoker (Psygnosis, 1993)

Si mal no recuerdo, la versión en PC usaba la primera persona para el jugador, lo cual dotaba a la aventura de una atmósfera más aterradora, sobre todo con una buena tarjeta de sonido. No obstante, esta mezcla de arcade de plataformas y aventura que nos ofrece la creadora británica (que ese mismo año es adquirida por SONY) combina perfectamente jugabilidad y entretenimiento. El protagonista, Jonhatan Harker (difícil encontrar parecido a Keanu) se va encontrando en las diferentes pantallas con retos, objetos que ha de encontrar y armas que puede usar hasta llegar al final y enfrentarse a un malvado cada vez más complicado que el anterior. Fiel a la estética de la película, tiene la posibilidad de ajustar la dificultad y es tremendamente adictivo. Un juegazo en el que el sonido y la música no son demasiado destacables aunque cumplen. 


Aladdin (Virgin, 1992)

Estamos, sin lugar a dudas, con un clásico no ya de las adaptaciones cinematográficas, sino uno de los mejores juegos de la década. Divertido, visualmente delicioso, con un enorme acierto a la hora de lograr unas animaciones semejantes a las de la película y con unos efectos sonoros y música de diez, Aladdin es un videojuego único, entretenido y que reta al jugador pues no es fácil. Mas, si otros juegos se olvidan y dejan por imposible, el trabajo de los chicos de Virgin fue impecable y se gana el interés del jugador , que progresa de manera lenta pero segura, aprendiendo trucos, uso de las armas (manzanas explosivas, cómo no te puede gustar un juego con manzanas explosivas) y buscando soluciones a puzzles de dificultad asequible. Con distintas fases, Aladdin no decae pues es un juego variado, de un acabado irreprochable, en aspectos técnicos a la altura de lo que exige Disney.

Nota: las imágenes pertenecen a SONY ® y sus respectivos dueños de ©