5 jul 2016

La América de Cimino

Mi intención era escribir sobre otra película pero la reciente muerte del director Michael Cimino me lleva a recordar una de sus grandes obras para que sirva como homenaje a este autor que, como tantos otros de su generación (Millius, Hill, De Palma, Landis, Friedkin), terminó su carrera profesional antes de tiempo y sin ofrecernos todo el enorme talento que parecía tener.
Michael Cimino comenzó en Hollywood como guionista y logró captar la atención de Clint Eastwood tras escribir el libreto de "Harry el fuerte" (Ted Post, 1973). Eastwood le compró un guión titulado "Thunderbolt and lightfood" para dirigirlo él mismo, pero al final Cimino convenció al actor y director para ser él quien lo dirigiera. Lo que en un principio es simplemente una historia de un elaborado atraco acaba resultando una película sobre la amistad entre generaciones, la profesionalidad, la traición y la imposibilidad de alcanzar los sueños.
Thunderbolt (Eastwood) conoce en un momento de verdadero apuro a Lightfoot (Jeff Bridges), el uno es un atracador retirado, el otro es un joven que aspira a dar un gran golpe. En un principio se ven perseguidos por los antiguos compañeros de fechorías que creen que se ha quedado con el botín del último atraco. Cuando por fin los convencen, juntos deciden dar otro golpe precisamente al banco de Montana, el mismo sitio donde atracaron la anterior vez y casi de la misma forma.
Tres son los detalles que hacen, para mí, de "Un botín de 500000 dólares" una excelente película y a la vez un magnífico resumen de los temas que tratará Cimino en el resto de su carrera: la amistad, la acción y el paisaje.
La amistad y lealtad entre los protagonistas, como en la magistral "El cazador" (1979), es el motor del film: aunque sea un grupo siempre hay dos que son auténticos amigos por encima de los demás, como pasaba con De Niro y Walken en la película sobre Vietnam. Aquí es la relación entre Eastwood y Bridges, lo que podemos ver en varias escenas, algunas humorísticas como la del loco personaje que les recoge haciendo autostop (es una genuina road movie) que conduce con el tubo de escape roto o el incidente con la atractiva chica (Catherine Bach) que acusa de violación a Thunderbolt. Otras veces es más profunda, es el caso de la conversación en la que Eastwood muestra su pierna lisiada por una herida en la guerra o el emotivo final.
Por otro lado, "Un botín de 500000 dólares" es un thriller de acción, bien dosificada, con grandes persecuciones (el especialista jefe es Buddy Van Horn, colaborador habitual de Eastwood) y momentos de gran violencia. Las escenas con coches son trepidantes, muestran una enorme pericia pero es la violencia, dosificada pero impactante, la que llama más la atención. Como ejemplo citaremos las escenas de la paliza que Red Learly (el gran George Kennedy) propina a Lightfoot o la propia muerte de Learly a manos de una jauría de perros. Que esta se concentre al final da un mayor dramatismo, pues el tono jovial de la película va poco a poco desvaneciéndose.
Por último el paisaje, un personaje más en los films de Cimino (especialmente en El cazador y La puerta del cielo), que aquí es casi una exaltación al gran país que es EE.UU. (en el sentido geográfico, me refiero) y que podemos disfrutar en los viajes por carretera, las persecuciones urbanas y rurales, los campos de cultivo, los grandes ríos y lagos... Hay al respecto momentos muy bellamente fotografiados como el caso de la escena del lago entre montañas, en la que Eastwood se "recoloca" el hombro; el momento en el que los protagonistas localizan el lugar donde está el botín del título en castellano o el ya comentado final.
En resumen, una estupenda película, que gana con los años sin dejar de mostrarnos cómo era aquella América interior, de tipos duros, lacónicos, currantes, pícaros... además de poder hacernos una idea de lo que le interesaba contar a Cimino en su cine. Una película de personajes más allá de la historia, donde todos los intérpretes están estupendos (destaquemos también al entrañable Geoffrey Lewis) y de agridulce final que es casi una oda a la América más auténtica, de tipos duros y sueños perdidos, un film, en resumen, que es casi una elegía.
Título original Thunderbolt and Lightfoot           
Año 1974
Duración 114 min.
Director
Guión Michael Cimino
Música Dee Barton
Fotografía Frank Stanley
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Productora MGM presenta una producción Malpaso