13 oct 2019

Novelas para el otoño

Como ya hice en verano, me permito la sobrada de recomendar unas novelas que recientemente he leído. Como en el caso anterior, no son recientes, aunque sí son famosas o sus autores lo son, que no siempre es lo mismo. Una nave camino a Júpiter, una mujer negra que escribe cartas a Dios contando su desgraciada vida y una retorcida familia implicada en el asesinato del patriarca son las interesantes propuestas que traigo. Empezamos:
2010: Odisea dos, Arthur C. Clarke (1982)
Antes de nada hay que aclara el origen de esta obra: primero, Clarke escribe en 1951 un relato corto titulado "El centinela" que sirve como base para que Kubrick y él escriban el guion de la archifamosa "2001: una odisea en el espacio" (1969) y, partiendo del guion, se publica la novela cuya trama tiene sutiles diferencias con respecto al film de Kubrick. Así pues, "2010: odisea dos" no es una continuación genuina de la película sino de la novela. Para aclarar esto está el propio autor en el prólogo, lo cual es de agradecer.
Yendo al texto, la obra acaba siendo más una space opera, repleta de momentos que encajan más en la divulgación científica (Clarke era un brillante ingeniero e investigador) que en la aventura pues esta termina resolviéndose con sencillez. Hay que tener en cuenta que también se trata de una novela escrita en plena Guerra Fría y por eso la colaboración soviético-estadounidense cobra gran importancia: los americanos quieren resolver el misterio que rodea a la nave Discovery, abandonada por sus astronautas en la órbita de Júpiter y los rusos poseen la tecnología para hacerlo. El compañerismo que surge en la nave entre unos y otros hace que haya poco espacio para el suspense mas la recuperación de HAL 9000 de nuevo y la posibilidad de que este vuelva a "rebelarse" le dan un toque inquietante al que hay que añadir la presencia del doctor Chandra, un tipo tímido y huidizo fascinado por la tecnología, el cual es nada más y nada menos que el creador del propio HAL 9000.
El final es lo de menos, por más que resulte sorprendente y deje abierta la puerta las sucesivas continuaciones: "2061: odisea tres" (1987) y "3001: odisea final" (1997) todas del mismo autor.
Por último destacar lo visionario que resultó Clarke al respecto del hecho de que China se acabe conviertiendo en una potencia mundial, en este caso, espacial.
El color púrpura, Alice Walker (1982)
Ganadora del premio Pulitzer en 1983, "El color púrpura" supone el salto a la fama de su autora, la cual es desde entonces una de las primeras abanderadas de este llamado "nuevo feminismo". Es difícil dejar a un lado la vida Alice Walker, pues no tuvo una infancia demasiado feliz (perdió la visión de un ojo en un accidente doméstico, su madre les abandonó debido a los malos tratos de su padre el cual a su vez se opuso a que siguiera estudiando) y cuando uno lee la novela es inevitable pensar en ello.
No obstante, "El color púrpura" trasciende de lo que podría ser una mera crónica sobre el maltrato a una mujer para convertirse en una denuncia del machismo y las vejaciones que sufrían las mujeres de color en el sur de EE.UU. durante la primera mitad del S. XX por algo evidente: eran negras y eran mujeres. La protagonista, Cecile, padece todo tipo de abusos: sexuales (por parte de su padre y su marido), maltrato físico y psicológico, además de sufrir la separación de su hermana Nettie, la única persona que amaba, y las infidelidades de su esposo. Pero es aquí donde aperece un personaje extraordinario, probablemente el más interesante, Shug Avery, una mujer liberal y liberada, una cantante que vive su vida porque no le importa el qué dirán y, esto es importante, goza de independencia económica. Cecile descubrirá con ella la amistad, la independencia económica, el amor y podrá disfrutar, por fin, del sexo curiosamente con otra mujer. Walker no da puntada sin hilo.
El que la novela sea epistolar me parece un gran acierto, sobre todo porque permite ser más sutil de lo que puede ser su adaptación cinematográfica y es que en los melodramas lo que se intuye suele ser más emocionante que lo que se cuenta. En el debe hay que apuntarle a la autora que hay momentos en los que uno no se aclara de qué personaje nos está hablando, con tantos vecinos, hijastros, hijos, padrastros y maridos, algo que se agrava cuando la historia de Nettie se traslada a África, para mí lo más flojo de la novela por más que no caiga en la facilidad de poner a los africanos como "ingenuos salvajes", pues se describen terribles ceremoniales como la ablación femenina.
No obstante el final es realmente conmovedor demostrando Walker, por un lado, que hasta el más pérfido de los hombres puede enmendarse y por otro que hasta la más larga de las esperas puede tener un final feliz. Una obra imprescindible.
La casa torcida, Agatha Christie (1949)
Agatha Christie es, sin duda, la más famosa escritora del siglo pasado y lo es con total merecimiento no sólo por su indudable éxito entre el público sino por su capacidad para crear un estilo propio mil veces imitado y nunca superado. Hoy día hay muchas autoras (y autores) que pretenden seguir su estela sin conseguirlo.
Como bien dice la autora en el prólogo, "La casa torcida" no es una novela más. En un ejercicio de franqueza que solo los grandes se pueden permitir confiesa que mientras muchas de sus novelas no son más que encargos a los que hacer frente con profesionalidad, esta es una obra escrita por el placer de ser escrita y, sin romper son sus señas de identidad (crimen, secretos, herencias, familias disfuncionales, policías despistados, ambiente enrarecido) ofrece un desenlace arriesgado además de poner frente al lector determinados temas "incómodos" desde un punto de vista moral.
En la mansión conocida como Croocked House (un juego de palabras con el título de una canción popular inglesa) se ha producido, como no, un asesinato. La víctima es el patriarca de la misma, Arítides Leónides, un exitoso hostelero quien vivía bajo el mismo techo con la hermana de su difunta esposa, sus dos hijos (y sus respectivas familias) y su reciente y muy joven esposa, sobre la cual recaen todas las sospechas. Ahora será el prometido de una de la nietas y no Poirot o Miss Marple quien deba resolver el misterio.
La autora, como hace siempre, juega con las espectativas del lector pero mostrando personajes "retorcidos" como dice el título: ninguno parece ser totalmente inocente ni totalmente culpable. El final es de una crudeza excesiva incluso para la autora quien parece decir que a veces el honor de una familia, para algunas personas, está por encima de todo.

Imágenes: Metro Golwyn Mayer; Warner Bros.; Brilliant Films

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