Aunque sea un arte (el noveno según algunos) originario de los uesei, el cómic (o tebeo para los de toda la vida) tiene ya una larga y magnífica historia en el viejo continente. La lista de autores es larguísima y olvidándonos de los españoles que se merecen capítulo aparte, los nombres de Hergé, Moebius, Alan Moore, Hugo Pratt, Goscini, Uderzo, Manara dan lugar a una riquísima y variopinta cantidad de trabajos y personajes, algunos de los cuales ya no son meras figuras dibujadas sino iconos de la cultura moderna. Dejaré para más adelante a Hergé y su Tintín y alguno más pues son tantos que con una entrada no doy a basto.
El francés Jean Giraud, alias Moebius, es quizás el dibujante y guionista más influyente en el mundo del comic de los últimos cuarenta años. Especializado en sus comienzos en la ciencia-ficción, ofrece obras referenciales como "El garaje hermético" (1975) o la famosa serie "El Incal" (1980) con la colaboración del siempre sorprendente Jodorowski. Sin embargo, su creación más famosa quizás es "El teniente Blueberry" que hizo su primera aparición en 1964 y que aún hoy goza de una excelente salud. Inspirado en el western clásico y con el rostro de J. P. Belmondo, este oficial del ejército nordista pero de origen sureño es un clásico del comic de lectura obligada. Además, Moebius a colaborado con frecuencia con distintos cineastas; ahí va una lista de los films en los que intervino en su diseño: "Alien" (1979), "Tron" (1982), "Masters del universo" (1986), "Willow" (1987), "Abyss" (1989), "El quinto elemento" (1997). A estas habría que añadir que fue fuente de inspiración en películas como "El imperio contraataca" (1980) o "Blade Runner" (1982).
El italiano Hugo Pratt (1927-1995) siempre irá unido al nombre de su más famosa creación: Corto Maltés. Este capitán de barco hijo de una prostituta sevillana y un marino inglés está de vuelta de todo. Vive sus aventuras en el Caribe, Etiopía (donde vivió su infancia el autor) incluso Siberia. Mantiene una curiosa relación de lealtad-odio con Rasputín, un amigo traicionero. Maltés es todo un referente pop y para modernos. El estilo de Pratt es sencillo, sin demasiado detalle, quizás cuesta acostumbrarse si se compara con otros autores más detallistas (Moebius, Hergé) pero con una solidez argumental que engancha y unos personajes bien definidos con los que es posible empatizar. Rara vez hay malos y buenos de una pieza en las historias de este capitán enamorado de las causas perdidas, con pinta de tipo al que no le importa nada pero que en el fondo es un sentimental.
2 comentarios:
Interesante, daco. No sabía que hubiera tanta genialidad europea en el mundo del cómic.
Como tampoco sabía que Corto era hijo de una prostituta sevillana (?). Siempre me pregunto de dónde sacas tanta información. Mmmmm...
A mí estos dos siempre me han parecido un coñazo, qué quieres que te diga. Esperaré tu entrada sobre Tintín y su perrete Milú con avidez. Grrrr...
Ni yo tampoco!!
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