Argentina, modelo de fair play |
Este extraño mundial de fútbol, celebrado en el invierno septentrional nos ha dejado un poco decepcionados y también algo esperanzados con respecto al futuro de éste bello deporte.
Argentina, modelo de fair play |
Con la SG 800, emulador de la añorada consola Sega Mega Drive, he podido echarle un ojo a algunos juegos basados en exitosas (o no) películas de los primeros 90, que coincide con la edad de oro de las videoconsolas de 16 bits. Así que, en vez de hablar de un Gobierno que suelta violadores y malversadores de fondos públicos paso a comentar un poco estos divertidos entretenimientos, de peor a mejor para el que esto escribe:
Si mal no recuerdo, la versión en PC usaba la primera persona para el jugador, lo cual dotaba a la aventura de una atmósfera más aterradora, sobre todo con una buena tarjeta de sonido. No obstante, esta mezcla de arcade de plataformas y aventura que nos ofrece la creadora británica (que ese mismo año es adquirida por SONY) combina perfectamente jugabilidad y entretenimiento. El protagonista, Jonhatan Harker (difícil encontrar parecido a Keanu) se va encontrando en las diferentes pantallas con retos, objetos que ha de encontrar y armas que puede usar hasta llegar al final y enfrentarse a un malvado cada vez más complicado que el anterior. Fiel a la estética de la película, tiene la posibilidad de ajustar la dificultad y es tremendamente adictivo. Un juegazo en el que el sonido y la música no son demasiado destacables aunque cumplen.
Estamos, sin lugar a dudas, con un clásico no ya de las adaptaciones cinematográficas, sino uno de los mejores juegos de la década. Divertido, visualmente delicioso, con un enorme acierto a la hora de lograr unas animaciones semejantes a las de la película y con unos efectos sonoros y música de diez, Aladdin es un videojuego único, entretenido y que reta al jugador pues no es fácil. Mas, si otros juegos se olvidan y dejan por imposible, el trabajo de los chicos de Virgin fue impecable y se gana el interés del jugador , que progresa de manera lenta pero segura, aprendiendo trucos, uso de las armas (manzanas explosivas, cómo no te puede gustar un juego con manzanas explosivas) y buscando soluciones a puzzles de dificultad asequible. Con distintas fases, Aladdin no decae pues es un juego variado, de un acabado irreprochable, en aspectos técnicos a la altura de lo que exige Disney.
Nota: las imágenes pertenecen a SONY ® y sus respectivos dueños de ©
Es, decía, una película hija de su tiempo en muchos detalles los cuales, paradójicamente, han hecho que su encanto se acreciente con el paso del tiempo pues la nostalgia suele ser un buen negocio. Dentro de lo más positivo hay que destacar el estilo aventurero, casi juvenil (Redford y la hermosa Katherine Ross no habían cumplido los treinta) y despreocupado del film, al menos en sus primeros compases. También en la inclusión de la música, la famosísima canción de Burt Bacharach «Raindrops keep fallen on my head» interpretada accidentalmente por Nilson (afónico, lo cual le da un toque aún más simpático), que hoy día es muy habitual pero entonces resultó novedoso en la forma y el fondo, casi de vídeo clip. Esta famosa escena de la bicicleta ("te presento el futuro" le dice Butch a su compañera) es más que útil para mostrarnos el carácter de los personajes: Butch, optimista, vital y despreocupado; Etta, enamorada de los dos hombres, se deja llevar por ellos, huyendo de una vida convencional, llena vitalidad y belleza.
Amor libre, mitos del western cuestionados, música pop, estilo visual estilizado (la incansable persecución a los protagonistas parece más de película de terror o thriller)... espíritu hippie en un filme de los 60... Sí pero no.
Decía antes que es también heredera del western más tradicional y, aunque con cuentagotas, el fantástico guion de William Goldman nos ofrece grandes momentos al respecto. Primero, los dos accidentados asaltos al tren: nada más fiel a la esencia del género que unos bandidos robando a la Union Pacific, con toque cómico y un líder de "la banda del desfiladero" encantador. Segundo, en el tramo final desarrollado en Bolivia, donde los protagonistas tratan infructuosamente de llevar una vida honrada, hay un momento de "toma de conciencia" o si se prefiere de ruptura con todo lo anterior en el que se ven obligados a acribillar a unos bandidos que previamente habían matado al hombre que les acababa de contratar. Aunque esa escena esté rodada al más puro estilo Peckimpah, con ralentí y música dramática, el resultado es más parecido al de un film de Ford o Hawks. Pienso en el momento en el que Ethan encuentra a su sobrina en "Centauros del desierto" (1960) o en los personajes interpretados por James Stewart en los westerns de Anthony Mann, siempre vengativos o traumatizados. Porque por entonces ya el género había llegado a su madurez y la psicología de los personajes era algo más que trabajado en las historias. Butch y Sundance Kid han descubierto que el paraíso no es lo que era ni dando esquinazo a sus pertinaces perseguidores. La mujer que los ama les ha dejado, su vida ya no volverá a ser la misma. Sin embargo hay un matiz que hace diferente a esta película a otros western "adultos": si en Ford o Hawks hay una añoranza a los viejos tiempos, a los tipos "de antes", aquí los protagonistas forman parte de una generación que se siente oprimida y (literalmente) perseguida por el orden establecido. Un orden que no sólo no pueden cambiar sino que no les deja vivir en libertad. Un mensaje plenamente actual.
Título original
Butch Cassidy and the Sundance Kid
Dirección
George Roy Hill
Reparto
Robert Redford, Paul Newman, Katharine Ross, Strother Martine, Jeff Corey, Henry Jones, Cloris Leachman, Ted Cassidy, Kenneth Mars.
Duración
112 min.
Guion
William Goldman
Música
Burt Bacharach
Fotografía
Conrad L. Hall
Productora
20th Century Fox
Tenía un poco abandonados los tebeos pero he vuelto a leer y releer algunos que tenía por ahí, desde regalos encuadernados a todo lujo hasta comics de segunda mano comprados en una feria del libro y vamos a hacer unos breves comentarios sobre ellos porque se lo merecen aunque sólo sea por la simpatía que me han despertado dada su temática, estilo y cuidados detalles. Porque el cómic de serie B, no tiene porqué ser chapucero.
Edición recopilatoria del personaje creado por Alan Moore para American Best Comics y su serie Tomorrow Stories de comienzos del presente siglo, es el enésimo homenaje del autor a los comics pulp en este caso inspirado en el famoso personaje La Sombra.
Pero, como siempre, y gracias a la variedad de dibujantes, completamente entregados al autor británico, Moore mete en las historias sus obsesiones: sexo, violencia, traición, culpabilidad, vejez... todo lleno de mujeres descaradas, jóvenes ambiciosos, polis violentos, mafiosos horteras y un toque fantástico y terrible que nos lleva a los territorios de la ciencia ficción más loca.
Sin ser de lo mejor del autor, mantiene ese estilo suyo tan interesante de viñetas que nos cuentan diferentes historias en el tiempo en la misma página (cómo le gusta lucirse) que aunque no case demasiado con el personaje y el ambiente, convierte la obra en algo interesante y perfectamente coherente en el universo que creó para ABC, con personajes tan interesantes como Tom Strong o el Capitán Futuro de la más espectacular "Terra obscura" (Norma Editorial 2010).
Entre lo mejor, el héroe (y su pasado) y los extras que siempre incluye Moore, en este caso en forma de noticias de periódico. Entre lo peor, los excesos y un dibujo muy mejorable en algunas historias por más que sea algo "intencionado".
Nexus, de Mike Baron y Steve Rude. First comic, Tebeos S.A. (1987)
He aquí la pequeña joya comprada de segunda mano. Al parecer, la extinta editorial norteamericana First Comics publicó la historieta "Nexus", de escaso éxito, entre 1981 y 1983. Luego Dark Horse la resucitó hasta 1993, año en la que consigue el prestigioso Eisner a la "Edición en una sola historia" sobre los orígenes del personaje mas todo terminó ahí.
Aquí, según la wiki, sólo se publicaron doce números, el que he leído es el nº6 de la edición española, 12 de la publicada en EE.UU. con lo cual me encuentro con una trama a medias y sin finalizar aunque es de agradecer el resumen previo para situarse.
Nexus es Horatio Hellpop, un curioso personaje, un ser extraordinario con superpoderes pero que sufre continuos desvanecimientos que evita sumergiéndose en un líquido extraño. Nexus, en sus sueños, tiene visiones de masacres y genocidas a los que, una vez recupera el sentido, localiza y liquida. Vive con la culpa de que su padre fuera uno de ellos aunque, al parecer, se arrepintió y por ello fue ejecutado. La historia que aparece en el cómic, titulada "El viejo general", trata precisamente de la eliminación de un traidor por parte de Nexus y transcurre en una futura URSS. El dibujo de Baron es excelente, dinámico en la acción y que no descuida para nada los escenarios, fundamentales en toda historia de ciencia-ficción. El guion es, asimismo, excelente, complejo y que, obviamente, da la sensación de que desarrolla Ena elaborarada historia a la que yo, tristemente, no tengo acceso.Un tebeo que en España fue muy bien editado por la para mí desconocida TEBEOS S.A. con gran cuidado, en la tradicional tapa blanda, algo más pequeños que los añorados comics Forum y completado con notas, cartas y noticias sobre la colección. Una lástima que no cuajara porque hubiera merecido mejor suerte.
Auténtica gamberrada, más simpática que graciosa, perpretada por el Monty Python John Cleese, el escritor inclasificable Kim Howard Johnson y dibujada por el gran John Bryne, plantea la original idea de que superhéroe de superhéroes, Superman, hubiera caído directamente desde Krypton no en Smallville sino en la campiña inglesa. El resultado es a veces gracioso, se nota que Cleese y Johnson se lo han pasado bomba, especialmente cuando Clark Kent, mejor dicho, Colin, ayuda en la granja de su padre (con resultados desastrosos), estudia en una elitista universidad y haciendo que fiche por un tabloide. Como digo, es un comic desigual, con chistes facilones y previsibles sobre las costumbres de los habitantes de las islas aunque cuando el héroe pasa a ponerse al servicio de la nación la cosa se pone interesante, porque ver a Superman ayudando al sistema público de salud con las operaciones de cadera es como mínimo, ocurrente. Por supuesto sale la (ya difunta) Reina y hay un partido de cricket que termina de manera desastrosa y algo gore, ¿un precedente a The Boys? Eso sí, todo muy british.
Una obra curiosa, muy cuidada en el dibujo, eso Bryne no se lo toma a broma y con un convencional final. A título anecdótico, nombrar que Johnson es colega de Cleese desde hace años, tanto que hizo un cameo como centurión en "La vida de Brian" (Terry Jones, 1979).
El PSOE en su principio.
Pablo Iglesias Posse funda el PSOE en 1888, un PSOE que jamás logró gobernar en solitario y, salvo en coalición con la izquierda, comió oposición a dos carrillos. Pablo Iglesias era un auténtico fanático, en 1910 dijo en el Congreso que "hemos llegado al extremo de considerar que, antes que S. S. suba al poder, debemos llegar al atentado personal". Pero la frase que mejor define al PSOE de entonces y al de ahora es aquella de "Este partido (...) estará en la legalidad mientras la legalidad le permita conseguir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar lo que necesita". Firmado, mis cojones morenos. Esto para cuando escuchen eso de "el PSOE siempre ha estado con la democracia" y tal.
De los años previos a la Guerra Civil ni hablamos, tema delicado pero, con gente como Largo Caballero, primero, e Indalecio Prieto, después, poco hay que decir. Un guardaespaldas del segundo se cargó al líder de la oposición, José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936.
El PSOE en la transición: el Felipismo.
Es importante recordar que el PSOE no aparece durante la dictadura franquista para nada. Los únicos que realmente luchan contra Franco son los comunistas y anarquistas. La prueba más evidente es que las cárceles se llenaron de miembros del PCE o CC.OO. pero no de socialistas. Con la muerte del General Franco, mágicamente, parece un joven abogado laboralista llamado Felipe González Márquez, el PSOE tiene un montón de dinero para hacer campaña (¿CIA, KGB, Francia?), crear una infraestructura en todo el país (periódicos, sedes del partido, UGT, PSE, PSC...) y termina siendo la "cara amable" de la izquierda: así como AP fue derrotada por la más moderada UCD, el PCE es barrido en la izquierda por el PSOE, pese a tener miles de afiliados incluso en la clandestinidad y un montón de simpatizantes en todo el país.
Las elecciones de 1982 suponen la llegada al poder, con mayoría aplastante, del partido del puño y la rosa. Desde ahí, el PSOE comienza una lenta pero inexorable expansión por todas partes de la vida pública: justicia (Alfonso Guerra dice aquello de Montesquieu ha muerto), asociaciones, cultura (especialmente el cine), feminismo y, aquí está la clave de su éxito, medios de comunicación. El País, la SER, el Grupo PRISA en una palabra, acaba siendo dominador y creador de opinión. A Jesús de Polanco le entregan Antena 3 para que acabe con toda disidencia en las ondas y desde ahí, con el control de RTVE, no hay más opinión mediática que la que quiere don PSOE: "lo ha dicho la tele", es un frase muy común, ¿no? pues ya saben quién lo ha dicho.
En materia económica, en esa época comienza el desmantelamiento de la industria, con el curioso nombre de "reconversión industrial", (la izquierda maneja muy bien la neolengua) y las concesiones a potencias extranjeras: Francia, Alemania, EE.UU. además de la curiosa relación delos dirigentes socialistas con Marruecos.
Y llegamos hoy, al gobierno del terror de Perro Sanxe, la constatación del PSOE como el partido perfecto, el que dice lo que está bien o mal; lo que ellos marcan legal o ilegal, lo que es corrupción o no; lo que es cultura o no; lo que es verdad o no. La perfección, repito, por lograr la identificación total entre el partido y el Estado.
Algunos se agarran a "el PSOE no es tan malo, Sanxe es el malo". Es una frase perfecta para identificar cretinos. Su ministra de defensa mantuvo en la cárcel a dos inocentes, el ministro de exteriores trabaja para Marruecos y Francia, el de interior se inventa informes de la Guardia Civil... Por favor, si estamos ante un partido que robó el dinero de los huérfanos de la Guardia Civil, formó un grupo terrorista (bastante incompetente, eso siempre) y utilizó de manera vergonzosa el atentado del 11M para volver al poder.
Ahora, Perro no ha inventado nada, sólo ha llevado al PSOE al siguiente nivel, aislando a la derecha (todo lo que ellos no aprueban es extrema derecha) y juntándose con quien haga falta para lograr sus metas, a saber: fin de la educación pública como método para escalar socialmente, destrucción de la clase media, incremento de masa funcionarial, control total de los CC. y FF de seguridad del Estado, fin de la a igualdad ante la ley y control total sobre los recursos (energía, agua, alimentos) la dictadura perfecta.
Nunca España volverá a ser un país homologable hasta que el PSOE y sus ramificaciones ideológicas en la función pública, desaparezcan.
Al final, sólo fueron tres las producciones que tuvieron a Palmer como protagonista, las cuales ofrecieron un moderado éxito, salvo la última. Pasamos a revisar las tres con tanta brevedad como rendida admiración:
"Ipcress" (1965, Sidney J. Furie)
Saltzman recluta para su primera película a un director canadiense de su confianza y a varios colaboradores de la seri Bond, como el compositor John Barry o el montador Peter Hunt. Curiosamente y como ya apuntamos anteriormente, poco tiene que ver las películas de Palmer con la criatura creada pòr Ian Fleming y desde el principio se marcan las distancias: escenarios nada atractivos, austeridad en la producción, actores muy serios, ninguna chica sexy, poco sexo y un muy descreído protagonista que, como Bond, es indisciplinado, aquí no duda en agachar la cabeza ante sus superiores.
Esto no quiere decir que "Ipcress" sea un film sin interés, antes al contrario hay una trama de espionaje "tradicional": gran numero de científicos occidentales están desertando al este o bien se retiran de la actividad investigadora por extraños problemas psicológicos. Palmer es reclutado a la fuerza (algo habitual) para que localice a uno de ellos y logre desenmarañar el misterio. El problema de la película, bajo mi punto de vista, es el lentísmo ritmo de la primera parte. Poco o nada sucede al comienzo y Furie se recrea en planos contrapicados de los personajes (todos fabulosos actores, eso es cierto) y parece tan empeñado en decirnos que no estamos en film "de James Bond" que terminamos por añorarle. Bien es cierto que conforme avanza la intriga, una vez descubrimos qué es Ipcrees, el interés crece y el descubrimiento del traidor es realmente apasionante. El resultado es satifactorio aunque irremediablemente es un film al que el paso del tiempo no ha hecho ningún favor.
Tras el éxito de la anterior película, Saltzman decide apostar por un director de su plena confianza, Guy Hamilton, quien había dirigido dos años antes la exitosa "James Bond contra Goldfinger" y ofrecer un producto más comercial y con más acción.
La decisión fue acertada, "Funeral en Berlín" es la mejor de la trilogía pues combina con acierto el tono irónico, realista y cínico del original con más acción y escenarios más variados. Ya no es la oscura, neblinosa y triste Londres sino la dinámica, renacida e intrigante Berlín en plena guerra fría. Agentes dobles, el Mossad, mujeres traicioneras y un personaje que luego volveríamos en ver, Stok, coronel soviético no menos cínico y taimado que Palmer aunque simpático y conocedor de que no son las ideologías sino los intereses los que lo mueven el mundo. El final es quizás lo que más nos recuerda que estamos en un film no de James Bond, sino de un agente obligado por las circunstacias, un pobre diablo de clase trabajadora metido en asuntos que le superan. Una obra notable que ha envejecido doblemente bien: primero como entretenimiento, segundo como testimonio estético de una época en la que Europa aún florecía.
Con el personaje en su mejor momento, se decide tirar la casa por la ventana y optar por una gran producción, actores más conocidos y aún más variedad de escenarios. Caine recomienda a Ken Russell como realizador dado su gran prestigio trabajando en la BBC. Lamentablemente, el resultado no es el esperado, el film fracasa en taquilla y Palmer pasa a mejor vida cinematográfica por largo tiempo.
Una de las principales críticas que se le hizo al film es confuso desarrollo, sobre todo hacia la mitad del mismo. No estoy muy de acuerdo, además, si lo que se ofrece (acción, interpretaciones, música, fotografía) compensa este defecto no debería importar, ¿cuántas películas de espías acaban siendo confusas, perdiendo al espectador en una maraña de nombres o siglas? Nada de eso debería restarles atractivo.
Como decía el reparto es excelente, a los habituales Caine y Guy Doleman se le añaden Karl Malden, como el amigo de correrías de Palmer que vuelve aparecer en su vida, la bellísma Françoise Dorleac como la amante de éste, Ed Begley, como el megalómano magnate del petróleo anticomunista y la reaparición de Stok (Oskar Homolka) siempre jugando a dos bandas. El tramo final demuestra las habilidades de Russell para el espectáculo, con el ataque del ejército de Bedgy en un lago helado y el giro final confirma que si uno lo fía todo a lo que diga un súperordenador ha de asegurarse de que se cumplen sus órdenes a rajatabla. Una película inevitablemente irregular, con bellos escenarios helados rodados en Finlandia y mucho mejor de lo que se dice por ahí. A destacar la excelente música de de Richard Rodney Benett.
Finalmente recordar que en los 90 Caine volvió a incorporar al personaje de Harry Palmer en dos telefilms y que actualmente Netflix emite una serie basada en "Ipcress" que es igual de soporífera que la película pero con el problema de que la acción no llega sino de tragarte 4 capítulos de 50 minutos.
Leer, si te gusta, es fantástico pero si lees género fantástico es todavía más fantástico. Asín deque vamos a hacer unos modestos comentarios sobre tres obras del género, noveles no muy largas, asequibles al lector vago (yo) y que ofrecen mucho entretenimiento y desconexión de la vida diaria. Cada cual que interprete esto como quiera. Vamos (al más) allá.
Adaptación cinematográfica de 1973, "La leyenda de la casa del infierno" de John Hough |
Matheson es uno de los escritores favoritos de un servidor y, por cosas de la vida, jamás había leído una de sus novelas, limitándose mi conocimiento del autor a su prolífica producción de relatos cortos, todos buenos y algunos ("La niña perdida", "Tercero después del sol", "Hijo de sangre") magistrales. "La casa infernal" es uno de los raros casos en los que el autor de Nueva Jersey no mezcla géneros, por mas que haya un poco de todo esta novela.
Un millonario moribundo quiere investigar la posibilidad de que exista vida después de la muerte y para ello contrata a un parapsicólogo, su esposa que decide acompañarle y dos médiums para que pasen unos días en la considerada casa más embrujada del mundo, la Casa Belasco, en la cual, de creer las viejas historias, se produjeron todo tipo de perversiones y abusos durante los años en los que su libertino dueño decidió encerrarse allí junto a un grupo de sus acólitos. Poco a poco, la casa va haciendo estragos sobre sus visitantes en forma de apariciones, posesiones, visiones y fenómenos paranormales, afectando a cada uno de ellos de manera diferente: al científico, le hace dudar sobre la propia ciencia; a su esposa, sobre su sexualidad (los momentos más turbadores de la novela), a la médium, de sus propios poderes para contactar con lo sobrenatural y, finalmente, a Benjamin, único superviviente de una anterior expedición, obligándole, precisamente, a contactar con ellos cuando no quiere.
Matheson no inventa nada nuevo, todo hay que decirlo, en el tema de las mansiones encantadas mas añade al tema una modernidad (años 70 del siglo XX), por ejemplo, la casa tiene una piscina y una sauna, lo que permite nuevos escenarios siniestros... y peligrosos, lo que convierte al libro en una obra realmente adictiva, llena de sorpresas, a veces truculenta y realmente terrorífica por las vívidas descripciones. Al contrario de lo que suele ocurrir con el género de terror en general, su final es, para mí, excelente, no deja cabos sueltos y ofrece una resolución tan espectacular como satisfactoria.
Como único pero cabría ponerle el hecho de que Matheson trate, por todos los medios, de conjugar una explicación científica, con una fantástica, pero eso ya queda a gusto del lector.
Debora Kerr en la adaptación de 1961, "Suspense". Dirige, Jack Clayton |
Sin ser otra novela de "casa embrujada", "Otra vuelta de tuerca" es una historia en la que casi todo sucede en una gran mansión y en sus alrededores, como por ejemplo un lago y un gran jardín. Aquí James crea un clásico de la novela pero no tanto del fantástico como del misterio pues la gran virtud de la obra está, como se ha dicho siempre, en su ambigüedad.
La historia, de sobra conocida, narra la estancia de una joven institutriz, joven soltera de veinte años, a la que un potentado viudo contrata para el cuidado de sus dos hijos, Flora, un angelical niña de ocho años y Miles, a ojos de la narradora (ojo al detalle) un encantador niño de diez años que, sin que quede muy claro el motivo, ha sido expulsado del colegio donde estaba interno. Pero donde está realmente la originalidad de la novela no es tanto en esa famosa ambigüedad como en el estilo de la narración: Aunque la narradora es la institutriz, quien realmente cuenta todo es Douglas, un hombre que ha recibido el realto de puño y letra de la joven y que, visiblemente turbado, cuenta la historia a un grupo de amigos. Esa historia dentro de una historia, para mí, es bastante original y le da esa real "vuelta de tuerca" a todo lo leído.
Matheson seguró que tomó nota de la turbia relación entre la anterior institutriz, la señorita Jessel y el brutal Peter Quint, auténticos malvados de la función que, al estar muertos, resultan aún siniestros pues, ¿son ellos o es la imaginación calenturienta de la narradora? ¿realmente la anterior institutriz murió? ¿qué juegos se traen los niños entre ellos? ¿es Miles víctima o un malvado desequilibrado?
He de decir que lo que menos me gusta es el final, no por dejar todas incógnitas abiertas al lector, ahí lo dejo.
Charlton Heston en "El último hombre... vivo"(1971) de Boris Sagal |
Y cerramos con otro clásico y, de nuevo, con el maestro Matheson esta vez metido completamente en el género de la ciencia-ficción. Por sorpresa y, en parte, gracias a su final, una obra muy por encima de cualquiera de sus adaptaciones cinematográficas.
Una pandemia provocada por uan guerra bacteriológica ha dejado la Tierra sin seres humanos, aunque no del todo. Algunos de ellos sobreviven con un comportamiento semejante al de los vampiros, muertos que "resucitaron" al contraer la bacteria causande de este apocalipsis.
En Los Ángeles vive Neville, un hombre curioso e ingenioso que gasta las horas de luz patrullando por los desérticos barrios cercanos a su casa, en busca de gasolina, víveres y otros seres humanos, si los hay. Trata de investigar sobre la bacteria, qué remedios o curación posible tiene haciendo acopio de libros científicos y de su sentido común. Por otro lado, la muerte de su esposa, de su hija y su propia soledad le llevan cuestionarse su propia cordura hasta que aparece una mujer en su vida que lo cambia todo.
Estoy tentado de contar los (muchos) cambios con respecto a los films protagonizados por Charlton Heston y Will Smith (no he visto la de Vincent Price, al parecer más fiel) pero la historia es muy distinta, y el final, del que toma su título, aún más, y no merece la pena aguarle la fiesta al curioso lector. Esto va a favor de la novela, como todas las historias de Matheson entretenida pero con enjudia, imprevisible mas reflexiva, que sabe en qué momento conviene la acción y en cual la calma. Por otro lado, hay que reconocerle al séptimo arte que ha sabido captar perfectamente la soledad, el desamparo y la desesperación de ese hombre que es el último en su especie, una leyenda.
Bueno, pues si no conocen estas obras, a leer. O no, que a veces hay cosas en la vida que merecen mucho más nuestra atención que un libro. Buen verano a todos.
Empezando por La Liga de Fútbol Prostituído (que diría Javier Ares), y pese a que el presidente de la RFEF es un personaje siniestro, pelota y servil, un tipo que ya estuvo implicado en presuntos amaños cuando era futbolista, nos la hemos llevado de calle, jugando con la p***a fuera y aprovechando el patético nivel, todo hay que decirlo, de Pateti y Farselona. Pese a las escasas rotaciones, pese a las manías casi suicidas en poner a ciertos futbolistas en mal momento de forma o escasa capacidad para un Real Madrid (Kroos, Carvajal, Asensio) y sacar poco provecho de otros (Camavinga, Valverde) hay que reconocer que Ancelotti ha hecho un buen trabajo en la competición doméstica que ha terminado, curiosamente, sin demasiadas sorpresas ni en los puestos europeos ni en el descenso.
De la liga, me quedo con nuestra segunda parte contra el Sevilla o nuestro partidazo en Pamplona, territorio siempre hostil.
Pero, sin una duda, lo de la Champions es algo épico, por más que nuestro querido club (clab, para Carletto) tenga la saludable constumbre de ganarla con más frecuencia que nadie pese a su evidente dificultad. Seis títulos en ocho años, nada menos, y eso que empezamos de manera irregular, perdiendo en casa con un equipo de nombre ridículo (Sheriff Tiraspol) en uno de esos partidos que se pierden porque el fútbol es así.
Tras una vergonzosa (luega vendrían más) chapuza de la GÜEFA, nos cambiaron el sorteo de octavos y, del aparentemente cómodo Benfica pasamos al PSG, club que atenta contra el fútbol en su espíritu e idiosincrasia. Tras una ida lamentable, en la que pudimos ser goleados, en la vuelta todo parecía ir de mal en peor con un 0-1 de Mbappè, (desde ahora, Mpesetè) hasta que pareció el condenado Benzemá y con un triplete para la historia, volteó el resultado, prórroga incluida. Hay que detenerse en este partido porque marca el rumbo de nuestro equipo en adelante: penal detenido a Messi en París por Courtois e implicación directa mediante asistencias de Rodrygo Goes (Goles) en la remontada. Futuro y presente del clú.
La asistencia de Modric a Rodrygo contra el Chelsea |
En semis nos esperaba el siniestro pero temible Pek Guardrogas, que nos había eliminado claramente dos años antes y parecía tenernos cogida la medida. En el Etihad se vio un partidazo, 4-3, que dio la impresión de ser un buen resultado para los de Manchester. En la vuelta, más de lo mismo pero al cuadrado: necesitábamos dos goles en el minuto 90 para meternos en la final. Pues nos metimos, o mejor dicho, nos metió Rodrygo.
La final fue más típica, un partido táctico, de marcador corto, con ocasiones para los británicos y goles (porque nos anularon uno de escándalo) españoles. Thibaut, sacó la poia a pasear y con nuestros centrales a todo poder, levantamos la 14ª. Hasta Carvajal se redimió y es que, el Real Madrid es una de las pocas cosas en la vida que supera tus expectativas.
¡Hala Madrid, hijos de puta!
Para empezar, paradójicamente, Scott empezó su carrera con un film con "pretensiones": "El ansia"(1983) no fue un éxito ni de crítica ni de público. Con un reparto de campanillas (Susan Sarandon, Catherine Denueve, David Bowie, quien aporta una canción con Iggy Pop a la excelente banda sonora), "El ansia" es un film de vampiros modernos, en la estela de la novela "Entrevista con el vampiro" más que con el Drácula original. Un film, empero, algo lento y que, con el tiempo, goza de cierto predicamento y es casi una cult movie. Una especie de fenómeno "Blade Runner" a menor escala.
Visto el fiasco anterior, volvió a los anuncios, aunque en 1986 se cruzaría en su camino el proyecto que cambiaría su vida "Top Gun: ídolos del aire". Film que contó con la producción de Don Simpson y Jerry Bruckheimer, con los que formaría una fructífera asociación en adelante, Top Gun es hoy un clásico del cine, no tanto por su calidad cinematográfica como por el indudable carisma de sus protagonistas (Tom Cruise, Kelly McGillis) y adecuados secunadarios (Meg Ryan, Val Kilmer, Anthony Edwards o Tom Skerritt, recomendado por su hermano con el que trabajó en "Alien, el octavo pasajero") sus diálogos bordean lo ridículo, su trama es risible y el romance es poco creíble pero tiene ese "algo" que todos éxitos poseen amén un mensaje tradicional, patriota, de exaltación del triunfador que hoy la hace, paradójicamente, muy osada. Un film que crece año a año.Inmediatamente, Simpson y Bruckheimer, lo contratan para la secuela de "Superdetective en Hollywood" que se estrena en 1987 con malas críticas y enorme taquilla. El film está muy lejos del original en cuanto a humor y la historia es mucho más floja, Murphy está más desatado que nunca, pagado de sí mismo pero hay que reconocer que los malos tienen enorme empaque (Jurgen Pochnow y Brigite Nielsen) y las escenas de acción son excelentes.
Tras este éxito, Tony Scott dirige un film "personal", y el primero de varios relacionados con su país favorito: México. Buen conocedor de dónde se movia, "Revenge" (1990) es un film que destaca no tanto por ser la típica historia de venganza, de amistades traicionadas y adulterio como por desarrollarse en México, donde Scott saca gran partido al paisaje, los edificios, las calles, el ambiente en una palabra. El buen hacer del trío Costner-Quinn-Stone y el poco convencional final evitan que la película caiga en el olvido pese a su efectismo y lo previsible de su guion. Una cinta irregular mas nada despreciable.
"Si tocas a mi hija te meto un paraguas por el culo y lo abro" |
"La cabeza de tu mujer es un tobogán de piojos" |
Sí, es una película que merece la pena. |
"Imparable", un film sobre el compañerismo y la profesionalidad |
En tiempos convulsos de guerras e inflación galopante, donde el Gobierno te dice descaradamente que tu dinero está mejor en sus manos , cuando poner la simpre manipuladora TV es ponerse de mala leche, es mejor la música, que amansa a las fieras. Porque entrar con un lanzallamas en la sede de una eléctrica o marcarse un final tipo "El club de la lucha" es bueno para desestresar pero peligroso para integridad física.
Hace años le dediqué una entrada a las versiones de temas famosos del rock y el pop y hoy voy a volver a hacerlo porque se me pone ahí, ¿saes? Pos eso.
Grupo punk-rock de larga actividad (más de veinte años, con idas y venidas), Alien Ant Farm tuvo su mayor éxio con esta memorable versión de la no menos memorable "Smooth Criminal" de Michael Jackson. Su trepidente guitarreo, un vídeo musical divertido y el valor único del original hacen de esta versión una más que digna canción de un clásico. Es difícil llegar a hacer eso y aunque poco más se ha sabido de ellos fuera de su país tienen ganada la fama, merecidamente, por ello.
Lástima que un accidente de tráfico en nuestro país supusiera la trágica muerte de su chófer y una grave lesión en una vértebra del cantante.
Version aflamencada de la famosa canción de Cecilia, es una demostración de lo lamentable que fue la pérdida del cantante madrileño cuando sólo tenía 48 años. Jose Manuel Ortega Heredia, Manzanita, formó parte del grupo Los Chorbos, pioneros de la rumba urbana marginal, sin ellos los Chichos serían impensables, además de un cantante y compositor de pop y flamenco excelente.
Volviendo a la canción, esta es de las que aportan algo evidentemente nuevo, no se limita a cantar lo mismo y ya. El resultado es igual de bello que en el original, aunque menos cursi y más sentido. Manzanita vive en nuestros corazones, en sus más de 10 álbumes de estudio y recopilatorios.
Probablemente una de las canciones más versioneadas de la historia, el original (magnífico) es de Frankie Vallie en 1967 pero desde entonces, en especial desde los 80, no ha dejado de tener versiones, casi todas estupendas. La primera fue al año siguiente por el artista británico Andy Williams.
No me puedo quedar con ninguna, es la verdad, me gusta hasta la que cantó el malogrado actor Heath Ledger el la simpática "Diez razones para odiarte" (1999, Gil Judger). Las hay muy discotequeras como la de Gloria Gaynor o el grupo descaradamente gay Boys Town Gang; Motown (Diana Ross & The Supremes), tecno-pop (Pet Shop Boys) y en español, la magnífica versión flamenca de Alba Molina. Lo dicho, difícil elegir.
Adaptando (porque Tom Jones es un estilo en sí mismo) la canción del gran Prince (o como se hiciera llamar entonces), Tom Jones resucitó tras algunos años oscuros, alejado del éxito del que disfrutó en los 60 y principios de los 70 del siglo pasado.
Si hay una palabra que defina a esta canción es sexy y, claro, Jones es un tío súper sexual, con una voz profunda y potente, de minero galés, que decidió pasar del hilito de voz insinuante del artista de Mineápolis y usar su chorro acústico dándolo todo. El resto es historia.
Bueno, pues nada más, les deseo buenos días y recuerden: en tiempos así, pagar en efectivo y no pedir factura es un deber patriótico. No sé si me explico.
Última de las comedias que realizó el maestro Hawks, “Su juego favorito” (1964) responde al
mismo esquema que la celebrada “La fiera
de mi niña” (1938) de la que, por cierto, llega a plagiar una escena entre
Hudson y Perschy, el famoso gag del vestido roto que ambos tratan de ocultar
caminando al unísono.
Realizada cuando ya el género había alcanzado su esplendor y
empezaba a declinar, “Su juego favorito” es un film notable, dotado de una
comicidad descacharrante, a ratos realmente aparatosa (todas las escenas donde
el desgraciado Willoughby trata de pescar, el oso en moto, la inundación final),
con toques picantes (la lluvia que moja las camisas de Abigail e Isolne,
mostrando todos sus encantos; el equívoco con ambas en la cabaña de Willoughby
cuando su prometida Tex -Charlene Connors- les sorprende tras una agitada noche)
y sobretodo una acidez tremenda sobre el trabajo, el mercantilismo, la mentira
y el evidente cambio social que ya estaba sucediendo en aquellos años, con la
mujer accediendo a puestos de trabajo antes exclusivos de los hombres con todo
lo que ello significaba.
Del otro lado el hombre típico de hawks, de impecable aspecto, serio, quien se muestra huraño al
primer contacto con la dama (ella le quita la plaza de aparcamiento con un
descaro impertinente) mas éste se va desmoronando ante una mujer que es como la
tormenta del final de la película: alguien que lo arrastra al desastre y con
ello, al amor. La imprevisibilidad de la vida le golpea e igual que logra pescar accidentalmente peces sin saber pescar se ve escayolado para evitar concursar... viendose oblidado a romper esa escayola porque está mal puesta y ya vuelve a ser necesario su concurso.
Como siempre, aunque sea tópico, destacar la labor de todos
los secundarios, esos pescadores veteranos, ese falso indio chantajista (un
impagable Norman Alden), el ya mencionado John McGiven o la despechada novia de
Willoughby, Charlene Connors; también la banda sonora de Henry Mancini, en
plena forma, el fabuloso guion, que mantiene el ritmo en las más de dos horas
de duración del film y, finalmente, al siempre infravalorado Rock Hudson, un
actor cómico excelente, que aquí se tiene que lucir físicamente (caídas y
chapuzones) además de dotar a su personaje de una rabia nada contenida1 que
sabe transmitir al espectador, el cual le contempla con una mezcla de simpatía y
piedad.
1. imposible ver un hoy un producto, novela, serie o
película, en la que el protagonista le diga a la chica que desea partirle la
cara, cuando el público además también lo desea.