31 oct 2016

Deportistas olímpicos, hombres menguantes

Retomando los regulares comentarios sobre libros, en dacosica nos centramos en un par de obras muy distintas: el clásico del género fantástico "El hombre menguante" de Richard Matheson y el libro de relatos "Septiembre Negro" de Carlos Fidalgo, XXV premio Tiflos de cuento. Aviso que, en ambos casos, se descubren datos importantes de la trama.
"El hombre menguante" es quizás la obra más famosa de Matheson y en la que vemos representado perfectamente su tema habituales el hombre medio enfrentado a un peligro fuera de cualquier razón posible.
Scott Carey, un ciudadano vulgar y corriente, se percata un buen día que su estatura disminuye de modo progresivo. Impulsado por su enérgico temperamento, procura adaptarse a sus nuevas dimensiones, pero inevitablemente su vida se convierte en una tragedia. Scott, se ve apartado de su mujer y de su hija y lucha solo por la vida en un mundo de proporciones cada vez más gigantescas.
Éste clasicazo del género tiene innumerables virtudes: la descripción realista de un fenómeno fantástico (las visitas del protagonista a diferentes médicos), los problemas en su vida conyugal (incluido el sexo con su esposa), la marginación social a la que se ve condenado Scott, la lucha por la supervivencia, (la ya famosa lucha contra la araña)...
Matheson no se complica a la hora de explicar el origen del fenómeno, una nube (¿tóxica?) de la que se desconoce su origen, pues le interesa más la suerte de su héroe, sus padecimientos que la explicación de la situación. Un personaje que a veces no resulta simpático, pues tiene frecuentes ataques de ira, un tipo común y corriente que sólo quiere sobrevivir, una vez que descubre lo irreversible de su estado.
Destacaría, para finalizar, los que son para el que suscribe los mejores momentos del libro. Primero, la visita a la enana de la feria en busca de ese cariño que ya su esposa, por motivos físicos, no puede darle (ni él a ella): Matheson lo rodea de una ternura y elegancia digna de admiración. El segundo es el dramático encuentro con unos adolescentes que le identifican como un niño primero, luego como el hombre menguante de los periódicos (el protagonista cuenta su desgracia a cambio de dinero) y finalmente le acosan y le dan una paliza. Momento realmente agobiante y desolador que también habla del acoso a algunos niños, tan de moda hoy día. Y el ya famoso final, donde hay reflexión sobre la insignificancia del ser humano, mas existe también un mensaje de esperanza ante el futuro que le espera al protagonista en ese nuevo mundo que empieza a descubrir.
"Septiembre Negro" es el título de un libro de cuentos del escritor leonés Carlos Fidalgo, en el cual se detallan distintos hechos verídicos (convenientemente novelados) sobre deportistas olímpicos. El título atiende al relato principal, dividido en tres partes, que cuenta el atentado terrorista de las Olimpiadas de Múnich en 1972 desde el punto de vista de uno de los atletas.
Hay de todo como en botica, algunos muy interesantes pues describen historias poco o nada conocidas como el titulado "La fuga del Wolfgang" sobre el ciclista germano oriental Wolfgang Lötzsch, represaliado por el régimen de su país, o la que abre el libro, "Las agallas de Prefontaine", malogrado mediofondista estadounidense, heterodoxo en el vivir y en el competir. Otros destacados protagonistas son Nadia Comaneci, Jesse Owens, Florence Griffith-Joyner o Bob Beamon, alias "la araña de Queens". Sus vidas y sus logros se entrecruzan con momentos realmente emotivos.
Por otro lado hay cuentos muy poco originales como "La fe de Liddell", que no es más que una versión reducida de la historia de "Carros de fuego" (1981, Hugh Hudson) aunque lo compensa con una prosa hábil. Destacar también los que hablan de héroes más anónimos, como "La desertora" sobre una nadadora también de la antigua RDA, o los que nos cuentan más allá de la historia oficial como "Guantes negros" : protagonizada por los atletas John Carlos y Tommie Smith, nos descubre la caída en desgracia del tercero en discordia, el australiano Peter Norman, otra "víctima" de aquel saludo reivindicativo.
Y hay un malvado que va apareciendo en distintos relatos: primero como atleta, luego como presidente del Comité Olímpico de EE.UU. y finalmente presidente del COI entre 1952 y 1972, el siniestro Avery Brundage. Aunque pocas cosas hay más opinables que la historia, un tipo de extrañas amistades (nazis) y que se negó a suspender los JJ. OO. de Múnich tras el atentado deja como mínimo la duda sobre su honorabilidad.

2 comentarios:

Mr. X dijo...

Pues del libro de Matheson no puedo hablar; tan solo de la película, y la tengo bastante lejana. Recuerdo que me gustó, y que me sorprendió lo pesimista que era. No sé bien si incluyeron la visita a la enana que mencionas, pero sí me acuerdo de la lucha con la araña. ¡Tremenda!

Con respecto al libro de cuentos de Fidalgo, solo decir que es un libro para gente como tú, Dacosica: es decir, gente que conocéis de antemano las historias de los deportistas que menciona. Me hizo ilusión reconocer al atleta de la peli de Angelina Jolie, Invencible.

Dacosica dijo...

En respuesta a lo de Matheson, sí, el libro es bastante pesimista, pero el final a mí me dio la sensación de ser "optimista"...dadas las circunstancias.