20 mar 2016

Populismo y populacho

Desde que comencé con este blog, en el ya lejano 2008, pocas veces me he acercado a la actualidad y si lo he hecho ha sido por motivos que consideraba muy importantes. La principal razón es que si un servidor de ustedes escribe es para que lo lean y desde luego en un blog que trata temas como el cine, el fútbol o la TV no es muy lógico meterse en camisas de once varas so pena de molestar a alguien o, peor todavía, aburrirle.
Pero como la libertad de expresión es un bien que pocas veces apreciamos voy a hacer uso de él para meterme en cuestiones políticas (aunque no sólo) haciendo lo que a los españoles se nos da mejor: opinar sin tener mucha idea sobre el tema.

Cada día está más naranja
Es un hecho consumado el que los políticos y partidos llamados "populistas" cada día tienen más predicamento no ya en Sudamérica o países del antaño llamado tercer mundo sino incluso en Europa o EE.UU. Los nombres son de todos conocidos: Donald Trump, Pablo Iglesias, Alexis Tsipras, Marine Le pen, Beppe Grillo y Nigel Farage entre otros. Los de "izquierdas" tiene incomprensiblemente mejor prensa que los de derechas pero igualmente son nocivos. La pregunta que surge es ¿por qué?
Bueno, no hace falta ser un genio para verlo, hay muchas y variadas razones (crisis económica, corrupción política, inmigración, etc.), aunque para mí hay una que se impone sobre las demás: la aniquilación de la clase media. Tras varias décadas de crecimiento en occidente, la clase media tiende a desaparecer pues es exprimida a base de impuestos, no recibe los mismos beneficios que las clases bajas (subsidios) y ha sido la más castigada por la crisis: los más pobres no han perdido sus ayudas sociales (hablo en general) y los más ricos siguen siendo ricos.
No se puede considerar este fenómeno igual en todos los países, por ejemplo Podemos es la tercera fuerza política en España, el FN es la segunda en Francia pero los grandes partidos le cierran el paso en las instituciones, Syriza gobierna en Grecia con el apoyo de la extrema derecha (!) y el Partido de la Independencia del Reino Unido es un partido muy residual en su parlamento. No obstante tiene cosas en común: gran presencia en los medios de comunicación (muy llamativo y sospechoso en el caso de Podemos) y redes sociales, discurso demagógico (proponen soluciones sencillas a problemas difíciles), frentismo, xenofobia y/o antieuropeísmo y búsqueda de culpables a los que laminar por los problemas que sufrimos (convenientemente exagerados).

Si lo peor fuera su forma de vestir...
Llegados a este punto alguien podría echarle la culpa a los partidos "tradicionales" por su incompetencia (manifiesta) y las instituciones (sobre todo la justicia, absolutamente politizada en nuestro país). Y estoy de acuerdo pero no dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque, no olvidemos quién les pone ahí y quién les quita, pues somos nosotros mismos, los muy libres ciudadanos occidentales los responsables. Es entonces cuando uno recupera la fe cuando ve la derrota de Cristina Fernández de Kirchner y su peronismo, la victoria en las urnas contra el brutal y bolivariano régimen de Nicolás Maduro, el "no" a la reelección de Evo Morales Bolivia y a la justicia brasileña parando los pies a la presidenta. Lástima que por el camino Argentina y Venezuela han pasado por un via crucis que durante años les pasará factura y Brasil esté en medio de una crisis económica y social sin precedentes. Por desgracia uno no suele escarmentar en cabeza ajena.

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