22 feb 2014

No diga cine, diga Coppola

Este año nuestro habitual especial sobre un director de cine se ocupa del que probablemente sea el cineasta vivo más influyente del mundo, el que más reconocimiento de crítica y público ha logrado en los últimos cuarenta años. Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) tiene una extensa (más en el tiempo que en cuanto a títulos) filmografía así que no queda sino condensar en un par de comentarios la que es una de las carreras más interesantes del 7º arte. Además, un servido no ha visto ni sus primeros films ni los últimos así que nos centraremos en los más conocidos y los que, unánimemente se consideran lo mejor de su obra.
Coppola quedó marcado desde niño por una enfermedad, la polio, que casi le impide volver a andar. Fue un niño retraído y tímido que se crió en una familia donde el arte tenía mucha importancia: su padre, Carmine era compositor y director de orquesta; su madre, Italia, era actriz. Además, su origen italiano marcaría su carácter, su idea de lo que representa la familia para el hombre y en general su visión de la vida. Licenciado en Cine con Honores por la universidad de UCLA, todos los directores de su generación, en especial su amigo George Lucas, le tuvieron siempre como referente y principal adalid de lo que sería llamado "nuevo Hollywood". De fuerte carácter, vive la amistad casi como una cuestión de lealtad y produjo y escribió los guiones de muchos de los grandes éxitos de los años 70.
Shirley Knight y James Caan en "Llueve sobre mi corazón"
Tras debutar, todavía siendo estudiante, con un terror serie "Z" titulado "Dementia 13" (1963), Coppola rueda como proyecto fin de carrera Eres un gran chico (1966), película poco o nada conocida pero que logró gran fama en el mundillo cinematográfico. Tal es así, que el mismísimo Jack Warner le encarga la dirección del musical "El valle del Arco Iris" (1968) en el que dirige al mítico Fred Astaire y a Petula Clark, que es nominada al Globo de Oro. Coppola se gana fama de buen director de actores pero no logra atraer al público. Su siguiente película es "Llueve sobre mi corazón" road movie en la que coincide por vez primera con Robert Duvall y que le vale la Concha de Oro en San Sebastián. Rodada como si fuera un documental para no tener que pagar a los sindicatos (con los que nunca se llevó bien) y con todo el equipo subido a una camioneta es su primer film personal y otro fracaso en taquilla.
Es 1971 un año clave en la carrera de Coppola, gana el Oscar al mejor guión original por "Patton" y entra a trabajar en el estudio en el que conseguiría sus mejores trabajos: Paramount. Se siente director y quiere trabajar como tal pese a que como guionista gana mucho dinero (pone en marcha su propia productora, American Zoetrope). Entonces en el estudio hay un joven y exitoso productor llamado Robert Evans, que acaba de lograr un gran éxito con "Love Story". Además, llega un guión de un tal Mario Puzo titulado "El Padrino" y la maquinaria se pone en marcha. Se publica una versión novelada del guión que resulta ser un éxito y se confía a Coppola su dirección. Francis no está convencido que un film de gangsters funcione, le parece que se da una mala imagen de los italoamericanos y se considera a sí mismo un artista que no acepta encargos. Pero al final le convencen...y empiezan los problemas. Quien quiera saber más hay mucha y buena literatura sobre el tema en "Moteros tranquilos, toros salvajes" Ed Anagrama (2004) o "¡Este rodaje es la guerra!" de Juan Tejero, pero el resultado es que Coppola firma la obra maestra definitiva del fin de siglo. Una película referencial, donde el director aúna el clásico cine negro americano con los elegantes melodramas que filma su admirado Luchino Visconti. Hay algo de "El gatopardo" ("todo debe cambiar para que nada cambie"), de tragedia griega, de sabiduría vital en los consejos del Padrino (memorable Brandon), algo de insano y mortuorio en la oscura fotografía de Gordon Willis, nunca la violencia fue más impactante y más dolorosa (las muertes de Sony o Apolonia)...ya nada volvería ser igual en el cine, y a la vez nada cambiaría desde entonces.
Coppola está algo quejoso, su film gana el Oscar pero el de mejor director es para Bob Fosse, siente que se premia el trabajo de productor, guionista, actores y técnicos pero no a él. Nostante, Paramount aparca un camión lleno de dinero en la puerta de su casa y Francis no es de piedra...rueda la segunda parte de El Padrino a cambio de que distribuyan un proyecto personal, "La conversación" (1974) producida por la efímera The directors company, productora formada con los hoy olvidados pero entonces famosísimos Peter Bogdanovich y William Friedkin, y del control total del film. "El padrino II" es una película más reflexiva, con una estructura narrativa no lineal, hablada en gran parte en italiano y sin Marlon Brandon. El resultado es para algunos superior a la primera parte, una película más parecida los films que entonces se hacen en Europa que al cine hollywoodiense pero realmente sobrecogedora por lo que tiene de crónica de la irremediable corrupción de su protagonista y de cómo él, como su padre, casi se vio abocado al mundo del crimen: el fracaso de una familia y su intento de supervivencia, una historia amarga y de enorme grandeza.
Si "El padrino" es un film hecho al "estilo Visconti", "La conversación" es una película influida por Antonioni, director especialista en filmes crípticos y de escaso diálogo, toda una paradoja pues el protagonista de la cinta (Gene Hackman) se gana la vida escuchando conversaciones ajenas. Película muy relacionada con el escándalo "Watergate" y las "teorías de la conspiración" es un film un tanto hermético, pero que deja la sensación de estar ante una película personal y única, además de un espléndido thriller mucho más comprensible que los pretenciosos productos que entonces empaquetaba el cine europeo, pues une lo mejor de unos y otros.
Ganador del Oscar a mejor película (era el productor), guión adaptado y director (POR FIN) Coppola se lanza a rodar el proyecto que cambiaría su vida: "Apocalypse Now".
"¡Charlie no hace surf!"
Su primer mentor, Roger Corman, le dijo que ir a rodar a Filipinas en primavera era un error por el clima...Coppola dijo que mejor que lloviera. Esta anécdota viene a cuento porque al director de Detroit le dio un ataque de megalomanía y se le fue la mano: dos años de rodaje, múltiples cabreos con todo el equipo, líos con una conejita de Playboy y con la futura señora de Harrison Ford, hipoteca todos sus bienes y cuadruplica el presupuesto inicialmente pactado. De este desfase sobre la locura de la guerra sólo podía salir una ruina o una obra maestra. Y salió lo segundo. Aclamada como la mejor película bélica de la historia, Palma de Oro en Cannes, "Apocalypse Now" es una obra de arte, una mirada alucinada ante la guerra pues no cabe otra, un viaje hacia el Horror y el final de la cordura sazonado de escenas épicas (esos helicópteros), diálogos para la historia, canciones e imágenes irrepetibles. Recuperada hace poco una versión con casi una hora más, me sigo quedando con el original: sólo un tipo con el talento y la capacidad para arriesgarlo todo haría una adaptación de "El corazón de las tinieblas" y encima sería fiel al espíritu de la novela. Por eso Coppola es el más grande cineasta de su generación. (Continuará)

2 comentarios:

Mr. X dijo...

No diga cine, ¡diga Coppola! ;)

Ignacio Javier Ruano Regalado dijo...

Gran director y grandes peliculas....

Tengo que verme la nueva version de Apocalisis........Me gusta el olor del napal de la mañana!!!