Los que me conocen saben que no soy muy aficionado a los libros. Soy un ávido lector de todo lo que tenga que ver con la crítica cinematográfica (especialmente la revistas y monografías), prensa deportiva y general (soy de los pocos que aún prefiere leer el periódico en papel que en internet), ciencia-ficción (relatos cortos) y revistas del corazón tipo CUORE. Pero ya digo, la literatura en general y los libros de moda no van conmigo. No obstante, recientemente ha caído en mis manos un clásico de la novela de aventuras, "El conde de Montecristo" de Alejandro Dumas, y me he enganchado. Tiene tres características claves para que me guste un libro: brevedad, agilidad e intriga. Como es de los pocos clásicos de los que no he visto versión televisiva y/o cinematográfica cada giro en la historia del vengativo Edmundo Dantés me apasiona. No puedo decir lo mismo sobre escritores admiradísimos y muy leídos, que venden mucho pero que a mi no me llegan: Dan Brown me parece un escritor pésimo, Ken Follet un pesao y (perdón por lo que voy a decir pero lo pienso) Paulo Cohelo me parece un vendedor de humo, que escribe muy bonito para acabar diciendo nada. Algunos se quedan extasiados ante sus sentencias y cuando este señor habla, le escuchan como si fuera un mesías. A mi me parece que tiene mucho cuento.
Coda final: la semana que viene MALDITOS BASTARDOS, que no es mi opinión sobre la subida de impuestos del gobierno sino de la indescriptible película de Tarantino (¡¡¡que nadie os la cuente!!!)...y pronto este blog cumplirá un año. Habrá sospresas.



