24 may 2019

HBO y sus Tronos, Netflix los robots

A Khaleesi se le hincharon los c*****s
Terminó la esperadísima última temporada de "Juego de Tronos", serie-fenómeno de la HBO la cual ha generado no cierta controversia entre unos fans que, en algunos casos, han caído en un ridículo infantilismo y pataleo por no encontrarse lo que esperaban. Pero eso lo dejo para el final, primero comentamos la temporada si eso.
Antes de nada tengo que dejar claro que la serie me ha parecido en líneas generales altamente estimulante, técnicamente notable y con unos buenos intérpretes que han dando momentos muy intensos (especialmente Peter Dinklage, Leana Headey y Maisie Williams) mas está claro que desde la quinta temporada (aquella que acaba con el paseo de Cercei en pelotas) la cosa fue cuesta abajo y sin frenos. No niego que hubo episodios apasionantes y momentos memorables pero después de esa temporada (que tampoco fue la mejor) son los efectos especiales y el espectáculo los que fueron tomando el control de la serie por encima de la trama, la cual nos había dejado episodios memorables como "Madre de Dragones" (T-1) o "La boda roja" (T-2).
En la octava y última temporada empezamos ya regular, con dos capítulos que, se suponía, eran para poner en situción al espectador y prepararnos para lo bueno, mas lo único que ofrecieron fue aburrimiento y blandura. El esperado tercer capítulo, "La noche más oscura", hizo honor al título: no se veía un carajo, cosas de la TV digital. Por eso no es de extrañar que los mejores momentos fueran la carga de los dothraki, con sus espadas flamígeras encendidas por Melisandre (la siempre sugestiva Candice Van Houten) que terminan siendo aniquilados (luego resulta que no, que quedan más, cosas del guion) por el enemigo, algo visualizado no con violencia sino con un plano general en el que sus espadas se van apagando en la oscuridad. Otro gran momento es en el que el Señor de la Noche "resucita" a los muertos, lo que hace que todo parezca perdido... hasta que aparece Arya para arreglarlo todo de un navajazo que ni un bandolero. En ambos casos se vio todo clarísimo.
El cuarto episodio me gustó, me parece que devolvió, fugazmente, a los orígenes de la serie: sorpresas, conspiraciones y maldad por doquier. El quinto y más polémico fue el que marca el cambio de carácter de la favorita la audiencia Khaleesi, en el que ni corta ni perezosa deja su "piedad" a un lado y arrasa Desmbarco del Rey con civiles y todo. Indignación generalizada, especialmente ridícula entre los que veían en Juego de Tronos un espejo de la realidad actual (?) con buenos y malos: evidentemente no han pillado de qué va una serie donde no hay un solo personaje de una pieza. Esto sería digno de estudio si no se tratara de simplemente un (excelente) entretenimiento, pero me niego a creer que seamos en occidente una panda de críos que se enfadan cuando no salen las cosas como uno quiere.
El último episodio y el desenlace no me parecieron mal, (salvo ese dragón que sabe que la culpa es del Trono de Hierro, vaya usté a saber porqué) dentro del desmadre en que se convirtió la serie pudo terminar mejor pero también peor. Ahora la HBO a seguir sacando provecho del fenómeno Tronos con precuelas y spin-offs, hacen bien. Por si a alguien le interesa me hubiera encantado que ganara Cercei, un personaje retorcido, elegante y pasional.
Previamente, para aliviar la larga espera de dragones y caminantes, me vi la producción de David Fincher para Netflix "Love, death and robots", serie de animación para adultos con muy variados estilos, cuenta con diferentes autores y narrativas. Lo que la hace más interesante es la duración de sus capítulos: máximo quince minutos. La calidad técnica es impresionante y en general todos entretienen (la duración, insisto, es su gran ventaja) aunque personalmente hay varios que me dejaron indiferente o me recordaron a películas, relatos y novelas que ya había tratado el tema mejor. Además, se repite cansinamente el futuro apocalíptico, lo cual le resta originalidad.
Mas siempre es mejor quedarse con lo bueno, y en mi caso serían los capítulos "The witness", por su inusual estilo visual y la sorprendente resolución, el cual está dirigido por el talentoso animador español Alberto Mielgo; "Helping hand" que trata muchos temas (soledad, precariedad laboral, supervivencia) aunque en lo que destaca es en su suspense y espectacular realización, sencillamente maravilloso; y finalmente "Secret War", que parece al principio una partida del "Call of duty" pero que tras él se esconde una vez más Lovecraft, terrorífico.
Finalmente destacar el festín visual que resultan ser otros dos capítulos: "Zima Blue", no porque sea mi favorito sino a causa de su elegantísima y muy clásica animación. Y "Good Hunting", que mezcla espectacularmente steampunk y leyendas chinas.
Referencias: 
https://www.bolsamania.com/cine/la-polemica-machista-de-juego-de-tronos/
https://www.goldthread2.com/culture/love-death-robots-netflix-china/article/3005620

No hay comentarios: