9 mar 2014

No diga cine, diga Coppola (II)

Habíamos dejado al bueno de Francis en la cúspide de su carrera, así que toca hablar ahora de su decadencia, aunque la realidad (¿por dónde queda esa decadencia?) es que cualquiera de sus películas posteriores dejaría que la compararan con las actuales.
En fin, como dijimos Coppola es un poco megalómano y con los 15 millones de $ que ganó con "Apocalypse" se embarcó en lo que el llamó cine electrónico, y tras reflotar su productora Zoetrope dirige "Corazonada" (1982), una mezcla de musical y cine experimental, con actores que ni son bailarines ni cantantes, recreando Las Vegas en un gigantesco escenario y con una historia que es simplemente un enfado entre novios. El resultado es una película curiosa, de bellas imágenes y con música agradable pero que se dio un hostionazo (si se me permite) en taquilla del que su autor, todavía hoy, no se ha recuperado.
"La ley de la calle"
Los ochenta fueron una década complicada para el director de Detroit, todos los proyectos, salvo "Tucker, el hombre y su sueño" (1988) todos fueron encargos, con la excepción de la magnífica "La ley de la calle" (1983). Película que adapta la novela de  , es una descripción de toda una generación de jóvenes marginales, además de una parábola sobre las drogas, que por entonces ya empezaban a diezmar a los artistas de su generación. Rodada en blanco y negro, cuenta con excelentes interpretaciones, destacando la figura mítica de "El chico de la moto" interpretado por Mickey Rourke , que siempre ha ofrecido lo mejor con Coppola.
Unos meses antes dirige "Rebeldes", otra adaptación de una obra literaria en la que destacan un montón de jóvenes actores (Tom Cruise, C. Thomas Howell, Matt Dillon, Patrick Swayze, Rob Lowe, Emilio Estévez, Diane Lane, Nicolas Cage, Chris Penn y el propio Rourke) que durante las dos siguientes décadas despuntarían. Film romántico y triste, una buena película que habla de algo intemporal: el duro paso de la adolescencia a la madurez.
En 1985 vuelve a cruzarse con un Robert Evans en horas bajísimas y se mete en otro proyecto megalómano: "Cotton Club". Un musical protagonizado por un Richard Gere en alza en el que se narra la época dorada del famoso club de jazz en donde sólo actuaban artistas de color. Película maravillosa, elegantísima y con unos números de danza y música extraordinarios baja un poco su nivel en la historia del protagonista (pese a contar con su actriz fetiche, Diane Lane) y son los secundarios los que se llevan el gato al agua. Pese a las buenas críticas, el fracaso económico es mayor que "Corazonada" y su carrera entra en un punto de no retorno.
"Peggy Sue, se casó"
Al año siguiente, se sube a la moda de los "viajes en el tiempo" tras el éxito de "Regreso al futuro" (1985, Robert Zemeckis) y dirige "Peggy Sue se casó". Película simpática e ingenua, propone una segunda oportunidad a la protagonista del título (una dulce Kathleen Turner) para poder cambiar su vida regresando a cuando tenía 18 años y era la reina del instituto, lo cual aprovecha para tratar mejor al "empollón" de la clase, enderezar la vida de su futuro marido y contar cosas "de la vida" a sus ingenuas amigas. Primer papel destacable de Jim Carrey que ya hacía muecas. Turner es nominada al Oscar y el film es un éxito lo que le permite volver ha relanzar su carrera.
Pero entonces la vida golpea duramente a Coppola: durante el rodaje de "Jardines de piedra" (1987), fallece en un accidente su hijo Gio. Los jardines del título se refieren al Cementerio Nacional de Arlington, donde están enterrados todos los militares estadounidenses caídos en diferentes guerras, y esta película está dedicada a todos ellos.
Coppola se replantea muchas cosas, entre ellas su amistad rota con George Lucas, (quien se negó prestarle dinero para acabar "Apocalypse Now" y con quien ya no se hablaba) y se reconcilian con "Tucker, el hombre y su sueño", que produce este último y dirige Francis. Cuenta la historia verídica de Tucker Sedan, un empresario visionario con el que el director se siente identificado. Otra vez buenas críticas y malas taquillas dejan a Coppola sin poder de decisión.
El director finaliza esta complicada década de los ochenta con una episodio de la película "Historias de Nueva York" en la que también dirigen Scorsese ("Apuntes al natural") y Woody Allen (Edipo reprimido). El episodio de Coppola  ("Vida sin Zoe") está escrito por su hija Sofía y se nota, es infantil, liviano y muy personal pues cuenta la historia de una niña que quiere que sus padres se reconcilien. Sin ser malo, está muy por debajo de los ofrecidos por sus dos compañeros y rompe el tono apasionado del fragmento de Scorsese y no es tan gracioso como el de Allen.
Entonces volverá a su vida una película mítica...(continuará)

1 comentario:

Mr. X dijo...

Hay muchas que no he visto, pero todas las que sí (Corazonada, Cotton Club, La ley de la calle, Peggy Sue se casó) me parecen todas muy buenas. Fue el rey de los 80 en cuanto a calidad.... en taquilla, ya se ve que no :P