"Bienvenidos a mi pesadilla...

Por Mr X
… Creo que os va a gustar" (título del álbum numero 22 de Alice Cooper) . Pues sí, Alice Cooper gusta. Y mucho. Mérito tiene, porque darse de bruces con un tipo con estas pintas en una fría noche de invierno podría traumatizar al más pintado, como parece ser que le ocurrió a mucha de la chavalería que se agolpó ante la pantalla de televisión en su cita semanal con Los teleñecos allá por los 70 y se encontró con semejante sorpresa como artista invitado.
Este simpático sexagenario que en su vida privada responde al nombre de Vincent Damon Furnier (ninguna conexión con la baraja de la sota) es considerado como uno de los artistas que más han ayudado a consagrar la imagen del perfecto rockero, una especie de precedente de ídolos del glam rock como Bowie o Iggy Pop: pantalones ajustados, melena salvaje, afinidad por lo grotesque y poco pulso a la hora de aplicarse la sombra de ojos… El propio Cooper reconocía como modelos de su estilismo a la supervillana de Barbarella, la Bette Davis de "¿Qué fue de Baby Jane?" y Emma Peel de Los vengadores. Decidió convertirse en la mala del rock’n’roll.

Sus primeras críticas tenían que ver precisamente con su aspecto andrógino (eran los 60) y el uso de un nombre artístico femenino. El origen de ese nombre proviene de una sesión de ouija en la que participó con el resto de la banda y en la que hizo acto de presencia un espíritu que respondía a dicho nombre. ¿Habría tenido el mismo éxito si en vez de Ms. Cooper se hubiera manifestado otro llamado, por ejemplo, Zoilo Porras?

Alice and friends ¡Qué pelazo!

De todas formas, la mala reputación de AC tiene que ver con un incidente que protagonizó en el Toronto Rock and Roll Revival de 1969 con la inesperada aparición de un pollo en el escenario. Cooper, que pensaba que por tener alas podía volar, lo tomó en sus manos y lo lanzó al aire. El ave cayó en la primera fila de los espectadores, reservada para minusválidos, que lo despedazaron. La leyenda (es decir, la prensa) dijo en cambio que había sido el propio Alice el que había arrancado la cabeza del pollo con los dientes y se había bebido su sangre ante los atónitos espectadores.
AC es considerado como el padre del shock rock, por su utilización de toda una parafernalia de guillotinas, horcas, inyecciones letales y otras armas en el escenario, creando un espectáculo teatral en medio del concierto. La estética gore de sus videoclips le valió en el pasado duros calificativos por parte de un parlamentario laborista británico…que era ciego de nacimiento. The Times señaló que el espectáculo de su gira de 2009, Theatre of Death, contenía los suficientes litros de sangre como para hacer un remake de "Salvar al soldado Ryan".

Dentro de las muchas curiosidades que contiene la biografía de este showman total está el hecho de haber tenido una relación con la actriz Raquel Welch; ser un letrista admirado por el mismísimo Bob Dylan; haber interpretado al padrastro maltratador de Freddy Krueger en el cine, y haber sido amigo de Groucho Marx y Salvador Dalí, al que le fascinó tanto el aliento “surreal” de Alice que le inspiró una de sus obras: “Primer retrato cromo-holograma cilíndrico del cerebro de Alice Cooper” (!)
Es de los que piensan que ser estrella del rock’n’roll y apoyar la política no son ideas que puedan compatibilizarse. Durante la campaña a las elecciones presidenciales de 2004, al ver que artistas de la catadura de Linda Ronstadt o Don Henley daban su apoyo al candidato demócrata, dijo sentirse tentado a votar a George W. Bush. Todo un alarde de ironía.
Se autoproclama un cristiano renacido que nunca ha sido infiel a su paciente esposa, y ha ayudado a otros artistas a recuperarse de su adicción al alcohol (problema con el que él mismo batalló en los 80, y parece ser que todo ese veneno -¡veneno!- que corría por sus venas ha desaparecido por completo), actos de filantropía por los que ha recibido diversas distinciones. Lo dicho: se hace querer.