25 mar 2021

¿Nos la ha colado Nolan?

 Christopher E. Nolan (Londres, 1970) pertenece a esa generación de realizadores que, a finales de los 90, cambiaron el rumbo de Hollywood con nuevos temas y, sobre todo, un giro en el lenguaje narrativo que ha terminado por convertirse en algo habitual en la actualidad, tanto en cine como en TV. A esta generación pertenecen realizadores que, más allá de gustos, tienen un talento incuestionable: Sofía Coppola, M. Night Shyamalan, Paul Thomas Anderson, David O. Russell, Darren Aronofsky, David Fincher y alguno más que me olvido, han sido los grandes directores de las dos pasadas décadas. Alguno está desaparecido (Russell) otros está de capa caída (Shyamalan) y otros hacen de cada estreno de sus films, un verdadero acontecimiento. 

Uno de ellos es Nolan, que ha recibido a veces excesivos halagos, los cuales se han podido volver en su contra, lo mismo que el progresivo endiosamiento por sus fans. Esto a veces produce el efecto contratio, es decir, unos feroces detractores que lo tienen fichado mientras la mayoría de los mortales nos limitamos a ver sus producciones con la suficiente distancia. Vamos entonces con un breve repaso a la ya copiosa filmografía del realizador británico quien, pese a algún patinazo, merece la atención todo buen cinéfilo sin prejuicios.

La venganza de Leonard Shelby, Memento, (2000)

Tras debutar tras las cámaras con la modestísima "Following" (1998), película con la que tiene bastantes puntos en común, "Memento" resulta ser una de las triunfadoras en los festivales especializados en cine independiente (Toronto, Sundance) por más que no era precisamente un film modesto. El contar en reparto con los por entonces muy famosos Carrie Anne Moss y Joe Pantoliano (Matrix y sus continuaciones) y Guy Pierce (L.A. Confidential) fue solo el cebo para el público pues su original y enrevesado guion (obra del hermano de Nola, Jonathan y basado en su propio relato) llamaron la atención inmediatamente. Está claro que es un film impactante, una obra de cine negro, actualizada y, ahí está la gracia, rodada al revés. El ardid de la historia está en la enfermedad (no recuerda nada a corto plazo) del protagonista. El que todo esté alambicado, rebuscadísimo y retorcido y que el relato no se quede en la superficie está más en la gran labor interpretativa de los actores que en un realizador, algo bisoño pero de indudable talento, el cual parece preguntarnos ¿no nos engañamos a nosotros mismos continuamente para poder sobrevivir?

Los remordimientos del detective Dormer, Insomnio (2002)

Convertido ya en un prometedor director, Nolan firma con Warner un contrato para dirigir el remake de la película noruega Insomnia (Erik Skjoldbjaerg, 1997), con reparto de campanillas (Pacino, Swank, Williams) y cinco veces más presupuesto que Memento. A priori, el convencional thriller tenía todas las papeletas para convertirse en uno de tantos en el trilladísimo género mas Nolan y el guion de Hillary Seitz sacan mucho de tan poco, añaden más trama y complejidad a los personajes, consiguiendo un film turbio, a ratos confuso, en el que los saltos temporales no son como en el anterior film la razón de ser del mismo, sino que resultan el eje dramático de la película. Dicho de otra forma: no cuenta tanto el descubrir quién hizo qué (algo que enseguida se nos desvela, no es un film tramposo en absoluto) como la suerte de los protagonistas: un detective lleno culpa por lo que ha hecho o cree haber hecho (es casi religioso, muy de culpabilidad católica), un psicópata simpático, conocedor de las flaquezas de todos y capaz de salirse con la suya y una joven ingénua e íntegra, que descubre que ser una buena policía puede llevar a conclusiones decepcionantes. El final, espléndido, es una oda a la rectitud y la decencia.

Un nuevo murciélago: Batman Begins (2004), El caballero oscuro (2008) y El caballero oscuro: la leyenda renace (2012)

Warner Bros. eligió a Nolan para reconducir la saga del hombre-murciélado, primero, y el universo DC después. El realizador británico se lo tomó en serio, se esmeró y durante casi una década hizo una trilogía ambiciosa y a ratos brillante, más admirable que fallida aunque algo autoconsciente de su seriedad: si se quería romper con las dos películas de Schumacher se pasaron de serios. La primera de ellas, Batman begins, tiene por virtud el buscar caminos nuevos (incluyendo los villanos) para la recreación de la leyenda del personaje, lo cual no evita que el tedio, la falta de humor y cierta confusión en las escenas de acción nos lleven a pensar que no estamos, ni mucho menos, ante la mejor película de la saga. 

Con El caballero oscuro Nolan tiene las alas más sueltas, no debe presentar al personaje y además éste tiene un antagonista a su altura: el joker de Heath Ledger es realmente único, por más que se eche de menos un pasado para el mismo que lo dote de una mínima humanidad que sí tiene en el comic o en Batman de Burton (para mí no superado todavía). Aquí el espectáculo es mayor, mejor rodado y aunque acaba un poco de manera atropellada, desperdiciando el personaje de Harvey Dent, su dramatismo la hace conmovedora, algo que se echa en falta en el cine de acción presente. 

Sin embargo es El caballero oscuro: la leyenda renace es, en mi opinión, un film magnífico, equilibrado, con un(os) villano(s) de altura, retorcinos, fanáticos pero no imbéciles. Y, como en la anterior, una excelente reflexión sobre las revoluciones, los "libertadores" de los débiles y los privilegiados. Una película de su época, la de la crisis financiera, la del odio a los ricos, a la autoridad, a las mentiras y que nos habla sobre el precio de ser fiel a la ley y sobre la justicia "popular", que no es ni lo uno, ni lo otro. Deja un buen gusto por ser un excelente final para esta trilogía con algún lunar, pero en la que hay más virtudes que defectos. 

Duelo de magos, El truco final, el prestigio (2006).

Adaptación de la novela de su hermano Jonathan, El truco final, el prestigio es uno del los films más ambiciosos del realizador londinense y, bajo mi punto de vista, el más fallido. 

Partiendo de un interesantísimo argumento, bien desarrollado, narra la rivalidad entre dos magos, los cuales empiezan siendo amigos y colaboradores hasta que un trágico suceso lo cambia todo. Para mí ése es el gran problema de la película: ambos personajes acaban resultado antipáticos, egoístas y pagados de sí mismos, todo lo que hacen tanto el elegante Angier (Jackman) como el serio Borden (Bale) es buscando la gloria y, sobre todo, la humillación del rival. Esto provoca daños colaterales, como la mujer de Bale (Recceca Hall), quien se suicida cuando descubre la verdad sobre su marido, o las humillaciones por parte de Angier hacia su amante (Scarlett Johansson). Pese al toque fantástico que rodea a todo el episodio sobre el personaje de Tesla (David Bowie) y los sorprendentes giros finales, el film no es que sea frío, como algunos le achacan, es que es la historia de dos personas sin escrúpulos cuya suerte nos es indiferente. Da igual quién sea peor, los límites morales han sido superados.

Viviendo un sueño, Origen (2010)

La realidad y el sueño, el gran "reseteo" del que tanto nos hablan las grandes corporaciones y los Gobiernos obedientes. De eso va, entre otras muchas cosas, "Origen", para el que escribe estas líneas la mejor película de Nolan, la más audaz, brillante y apasionada de todas sus historias. 

Puede parecer todo más complejo mas en realidad Origen sólo trata de una persona que busca un nuevo comienzo, borrar todos sus errores y tragedias del pasado, volver a empezar. Todo ello gracias a una fantástica tecnología que permite entrar en los sueños y allí modificar la mente de los demás. Manipulación, mentira, recuerdos reales que interrumpen la misión, fantasías... así es la vida hoy: dificil saber qué nos pasa y, peor aún, si lo que percibimos es real o no. Un tecnothriller brillante, espectacular, diseñado a la perfección y con genuinas emociones, donde todos los personajes (incluso los irreales) tienen un alma, unas motivaciones que los hace, paradójicamente, auténticos. Probablemente estemos ante el film que mejor haya mostrado nunca el mundo simulado al que vamos abocados. 

Misión: salvar la Tierra, Interstellar (2014)

El estilo del realizador británico ha sido a menudo comparado con el de Stanley Kubrick, puede ser por su perfeccionismo técnico, cierta frialdad o bien por lo ambicioso de sus proyectos así que enseguida se trató de comparar Interstellar con 2001: una odisea del espacio. La verdad es que en lo que coinciden las dos obras es en sus ambiciones de supreproducción definitiva en el género de la space opera (dicho esto sin desprecio) y en un metraje algo desorbitado aunque cualquier espectador puede comprobar que las similitudes no pasan de ahí. Interstellar es un film que, es una intuición, habría funcionado mejor en lenguaje televisivo, formato miniserie, pues hay unos evidentes problemas al final del mismo, queriendo cerrar la trama de manera precipitada so pena de poner a prueba la vejiga del espectador. Y es una lástima porque todo, hasta casi el final, iba a un ritmo y con un desarrollo excelente por más que Jessica Chastian acabe siendo otro de esos personajes antipáticos que pululan en las películas de Nolan. 

Por contra, es realmente conmovedor todo lo relacionado con ese "fantasma" que vive en la habitación de la hija, una ocurrente solución a una trama que parecía aproximarse a un final decepcionante pese a lo impresionante de los efectos sonoros y visuales. Un film irregular, que alterna los momentos líricos y trepidantes con otros casi ridículos y sin demasiado sentido pero que se deja ver una segunda vez. No me parece poco. 

Héroes en la derrota, Dunkerque (2017)

Nolan odia repetirse. Para él habría sido más cómodo seguir haciendo películas de superhéroes o fantásticas pero se lanzó a tope con un film bélico que además relata un acontecimiento, la retirada através del puerto francés de Dunkerque de más de 300.000 soldados, que no es tanto una victoria real (fue la constatación de la derrota de Europa ante Hitler) como una huida exitosa. Así pues, el director británico apuesta una vez más por las emociones y la mirada subjetiva: no le interesan tanto los acontecimientos "históricos" como los humanos. No hay despachos de generales ni mapas del alto mando, no hay discursos patrióticos ni horas señaladas; abunda el miedo, incluso la cobardía y la mezquindad, las muertes crueles, agónicas (el hundimiento del barco es realmente desolador) mas hay espacio para la esperanza, para el orgullo de un pueblo (el británico) feliz de traer de vuelta a los suyos. Una película que va de menos a más, manejando los sentimientos y las expectativas del espectador, jugando con los tiempos (acciones que parecen simultáneas y luego no lo son) y dejando un regusto de euforia, de respeto y humanidad que hace de ella un film realmente singular e indudablemente notable.  

Bueno, pues aquí termina el repaso a los films del director británico, un hacedor de blockbusters de calidad, con grandes presupuestos, grandes estrellas y muchas emociones. Lo que yo le pido al cine. 

Imágenes:  Summit Entertainment y Warner Bros. 



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