En contra de lo que se pueda pensar, la literatura para los niños o también llamada "infantil" tiene, por lo general, una calidad alta pues tiene que superar no sólo el dictamen de quien compra (padres o familiares) sino también el que en lo lee. Quiero decir que ha de gustar tanto a unos como a otros siendo las motivaciones de ambos bien distintas. Por añadidura, las ilustraciones suelen ser claves tanto para llamar la atención del que compra como para darse a entender al que aún no domina completamente la bella práctica de la lectura.
Así pues, vamos a repasar unas obras que van entre lo clásico y lo moderno, muy distintas e igualmente interesantes de cara a incentivar no sólo la lectura, sino también estimular otras facultades de los niños ¿Lo consiguen? Yo aquí doy mi opinión, pero mejor pregunten a los chavales, ellos casi siempre son sinceros.
El monstruo de los colores, Anna Llenas, Ed. Flamboyant.
Probablemente uno de los libros infantiles más famosos de los últimos años, no hay biblioteca, guardería o colegio que no cuente con, por lo menos, un ejemplar del mismo o de su continuación "El monstruo de los colores va al cole".
Es un libro para niños muy pequeños, vaya eso por delante, pero sobre todo orientado no tanto a mostrar una enseñanza o a entretener como a explicar y controlar las emociones de los niños. En este aspecto, la verdad es que no es algo que me convezca demasiado por más que psicólogos y pedagogos lo tengan en un pedestal. Ni siquiera el hecho de estar protagonizado por un monstruo es algo ya original ni transgresor.
Los dibujos son pretendidamente infantiles, poco elavorados y simplones, otra manía que no comparto pero de la que este cuento no es el único ejemplo. De todas formas sí reconozco que su éxito es incuestionable aunque no sé si es imputable más a los adultos, que nos empeñamos en ensalzalo, o a los niños a los que (¿realmente?) les gusta.
¡Cómo el Grinch robó la Navidad!, Dr Seuss, Ed. Beascoa.
Probablemente uno de los cuentos infantiles más famosos, El Grinch es un personaje que ya ha pasado al imaginario colectivo no sólo de los niños de EE.UU., sino de todo el planeta, gracias al memorable cortometraje de Tex Avery, primero, y a las distintas adaptaciones cinematográficas después.
Dr. Seuss es uno de los autores de libros infantiles más queridos en su país y, pese a no ser un gran dibujante, ilustra con acierto sus obras, como es el caso de este Grinch, personaje amargado, siniestro y feo, que no sólo odia la Navidad, sino a todo el mundo. Víctima de una mala experiencia infantil (los traumas en la infancia, buen tema este), el Grinch vive solo en la montaña con su perro Max, al que maltrata y desprecia pero que servirá como cooperador necesario para robar, no sólo los regalos de la ciudad de Villaquien, sino también su decoración. Obra llena de humor e ironía, que hace que sintamos simpatía por el "malo", es una crítica hacia el materialismo pero también hacia aquellos que critican a los que celebran la fiesta Navideña, pues los felices y afectuosos quienes dan un ejemplo generosidad y perdón demostrando que el protagonista los había juzgado mal.
Desde el punto de vista educativo o moral, es un libro perfecto. Como entretenimiento, delicioso, y su texto en forma de rima, lo convierten también en divertido e ideal para leerlo a los chavales, por más que muchos dobles sentidos y bromas se pierdan en la traducción, cosa que no me parece grave pues es excelente. Muy recomendable el corto de Chuck Jones, una verdadera obra maestra con un siniestro Grinch y narración de Boris Carloff.
Doctor De Soto, dentista de animales, William Steig, Ed. Blackie Books.
El Doctor De Soto es un respetado dentista que se encuentra ante el caso más difícil de su carrera: un zorro tiene un terrible dolor de muelas y le pide ayuda. De Soto se mueve entre el deber de ayudar a los demás (se trata además de un médico) y el afán de conservación pues el zorro, durante la difícil maniobra de extracción de la muela, podría comérselo.
De un estilo sutil y con unas muy clásicas ilustraciones a cargo del propio autor, se trata de un libro no solo con moraleja y ejemplarizante, sino también entretenido y hasta con un punto de suspense de cara su resolución. Un ejemplo magnífico de que la inteligencia es simpre la mejor arma en situaciones difíciles en las que se puede ayudar a los desmás y la vez ser precavido.
El autor, William Steig (1907-2003), fue también un exitoso autor norteamericano de libros infantiles, cuyo mayor éxito fue "Shrek!" (1990), obra que logró una enorme repercusión con sus adaptaciones cinematográficas.
Detective Culete, Troll, Ed. Beascoa.
Japón siempre ha producido mucho material de entretenimiento infantil, más aquí solo llegaban videojuegos, comics (el manga no es sólo para adultos y adolescentes, también piensan en los más peques) y sobre todo series de TV. Si estas últimas tenían éxito, a lo mejor alguien se atrevía a editar un cuento a rebufo de su éxito pero es rarísimo.
Por eso siempre es una feliz noticia el que llegue a nuestro país un título como "El detective Culete", obra de un equipo que se hace llamar Troll (sic) formado por la ilustradora y guionista Yôko Tanaka y el también ilustrador y guionista Masahide Fukasawa, que hacen un delicioso trabajo tanto en las aventuras detectivescas de su protagonista como en las magníficas ilustraciones, infantiles en la forma pero llenas de detalles en segundo plano y colorido.
El libro no es solo un relato, el lector también tiene que seguir resolver enigmas para adivinar quién es el culpable (ladrón, secuestrador, estafador): hay laberintos, juegos estilo "¿Dónde está Wally?" y acertijos. De momento sólo se han editado dos obras en España: "El detective Culete" y "El detective Culete: En busca del diamante de colores" pero en su país de origen ya hay hasta una serie animada. Esperamos con impaciencia más Culete por aquí.
El único reparo que se le puede poner es que es algo escatológico (como se puede ver, su protagonista tiene cara de culo y su mejor arma es... tirarse pedos) mas es algo que hoy día ya tiene poca importancia. Más que recomandable para niños desde 4 años.
Nota: todas las imágenes y sus derechos pertencen a los autores y editores originales.
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