2 mar 2020

Faemino y Cansado. 17 veces

No sé si habré escrito alguna vez sobre "Faemino y Cansado" en este blog, pero si no ha sido así, mal por mi parte, porque son sin duda mis cómicos predilectos. Recientemente han estrenado su nuevo espectáculo "17 veces" (2020) y, como siempre, el Teatro Carrión de Valladolid ha sido obligado lugar de paso, con dos funciones colgando el cartel de no hay billetes y un público completamente entregado.
No me voy a detener mucho en presentarlos porque son de sobra conocidos: surgidos en el efervescente Madrid de los 80, compartían con otros humoristas como Pedro Reyes actuaciones espontáneas en el parque de El Retiro para luego pasar a las salas de fiestas y la TV(E). Según la wiki su primera aparición en la pequela pantalla fue en "La bola de cristal" pero es en el subvalorado programa infantil "Cajón desastre" donde empiezan a hacerse famosos. Sus gags absurdos mezclan lo cotidiano con la cultura, especialmente temas cinematográficos, históricos (la antigua Roma es todo un filón), novelescos e incluso del comic (ese Hombre Opaco, cuyo superpoder es no dejar pasar la luz através de él).
A comienzos de los 90, algún genio de TVE al que nunca estaremos suficientemente agradecidos, les dio un programa al que titularon con el absurdo nombre "El orgullo del tercer mundo" y ahí nació un mito (gracias a mi padrino César por re-descubrirlos para mí). El programa se dividía en varias partes que, más o menos, conservan desde entonces en las actuaciones en directo. Primero una presentación más o menos larga; luego unos gags que los acercarían al humor más típico si no fuera por su caracter surrealista y absurdo aunque fueran recurrentes el del psicólogo (Javier Cansado) y su paciente (Carlos Faemino) o el de el personaje de El gran Mimón, un mimo (Faemino) cuyas aventuras eran traducidas para el público por parte de Cansado. En algún momento Cansado daba paso a un vídeo de una antigua actución de ambos en Cajón desastre seguramente para aprovechar el archivo de TVE y llegar a los 30 minutos que normalmente duraba el show y hasta había consejos para la vida diaria que, con la famosa frase de "Yo leo a Kierkegaard" se solucionaba todo. Y finalmente el plato fuerte, Arroyito y Pozuelón, dos cuenta-chistes, que entraban con la sintonía del "Dame veneno" de los Chunguitos dando rienda suelta a su sabiduría de bar, a su precuñadismo (cuando no existía la expresión) y a su chulería inofensiva. Memorables hasta cuando ponian muechas para los títulos de crédito.
Sin embargo, en pleno apogeo de fama dejaron la tele, aunque no los vídeos y DVDs de skeches, para seguir con las actuaciones en directo. Aunque cada uno ha tenido proyectos por su cuenta, siempre vuelven (17 veces, ya lo reconocen) y he tenido la suerte de reencontralos de nuevo gracias a un regalo Navideño. Los Reyes Magos sí saben.
El espectáculo tiene tres partes. Primero, una larga presentación que se come media hora, aproximadamente, con ellos hablando de sus cosas, de su vida, de sus problemas y todo ello llevado al extremo, al extremo, pero dejando gotas de un nivel cultural que hoy día escasea no solo dentro del mundo del humor. 
Luego Faemino "baja" intencionadamente las revoluciones con una breve intervención. Me quiero detener aquí porque decía antes que sus comentarios, aunque ensayados, suenan muy reales: realmente ha pegado un bajon físico y de agilidad mental en los últimos años, lo cual no afecta al show que sigue siendo inspiradísmo por mas que a mí me deje un poco de mal cuerpo.
Esperando a los artistas
Luego Cansado nos presenta a Arroyito y Pozuelón, con una actuación que dura aproximadamente la mitad del espectáculo. Ya no suena "Dame veneno", ni llevan esas americanas de gusto exquisito, pero son ellos. Esta vez supieron mezclar con habilidad su experiencia en un safari africano con un encuentro con Usain Bolt. Un no parar de reir donde Faemino pone el desbarre y Cansado la cordura, no perdiendo el hilo de la enrevesada historia en ningún momento. 
Por favor, que no se retiren nunca. 

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