22 feb 2019

Flores de un día en la F-1

Pronto empieza la temporada de F-1 y aquí ya se sabe, miramos al pasado con una cierta añoranza enfermiza. Quizá aquella F-1 no era mejor que esta mas tenía un cierto encanto aventurero, casi romántico, que añadido al enorme peligro que corrían los pilotos, hace pensar en el enorme mérito de los que formaban el llamado "Circo" de la máxima categoría automovilística. Aquí dejamos para el recuerdo unas notas sobre equipos que un día fueron grandes y hoy han caído en el inevitable olvido.
Jody Scheckter pilotando el sorprendente Tyrrell P34.
TYRRELL
Escudería británica que estuvo en activo de manera ininterrumpida desde 1970 hasta 1998, logrando dos mundiales de pilotos (Jackie Stewart en 1971 y 1973) y uno de constructores (1971), sus monoplazas azules son ya leyenda del automovilismo.
Comenzó, como muchos equipos no históricos, en las categorías más modestas del automovilismo, en este caso la F-3, pasando a ser escudería de F-1 en los años 70 gracias a su alianza con Ford, quien le fabricará los motores con los cuales logrará sus mayores éxitos. Pero en 1973, tras un año arrollador, llega el último GP., en EE.UU. en el circuito Watkins Glen. Durante las clasificaciones sufre un fatal accidente su piloto más prometedor, el francés Françoise Cevert. La brutalidad del mismo, añadida al gran carisma y afecto que sentían todos por él, conmocionó al equipo, incluido el ya campeón Stewart quien ni siquiera toma la salida y se retira ese mismo día de la competición para siempre.
A partir de entonces Tyrrell comienza un lento pero paulatino declive. En 1976 lograron una victoria con su curioso monoplaza de seis ruedas mas no volvieron a ser competitivos hasta la década siguiente. Su última victoria se produjo en 1983, gracias a Michele Alboreto. Pero en 1984 la FIA les sanciona por haber engañado en el pesaje de los vehículos durante todo el año, quedando anulados todos sus resultados. Pudieron participar al año siguiente bajo seria amenaza de expulsión definitiva y, para evitar nuevas estafas, se prohibió durante años los repostajes (donde Tyrrell aprovechaba para introducir unas bolas de plomo y así alcanzar el peso mínimo).
Con resultados cada vez más mediocres, el equipo es vendido en 1998 a la tabacalera británica y cambia su nombre a BAR. En 2006 es comprado por Honda, quien no logra buenos resultados y en 2009 decide vender la fábrica con sus empleados y el equipo por la simbólica cifra de 1 libra al hasta entonces ingeniero jefe, el hombre que hizo de nuevo campeón a Ferrari: Ross Brawn.
Jason Button, en el GP de España 2009, que se adjudicaría con autoridad.
BRAWN
Heredero, como acabamos de decir, de Honda, BAR y Tyrrell, BRAWN comienza la temporada con un monoplaza sin publicidad y sorprendiendo a todos en los test previos: es el coche más rápido.
Desde fuera sorprendió que un equipo nuevo triunfara pero para los entendidos no fue así. El ingeniero inglés Ross Brawn estuvo detrás del éxito de Michael Schumacher en Benetton y, posteriormente, en Ferrari, no obstante, en Honda no le había ido tan bien. Con dos pilotos que hasta entonces tenían más nombre que victorias como eran Jeson Button y Rubens Barrichello, Brawn GP ganó el campeonato de equipos y pilotos (Button) mas no estuvo exento de suspense. Button ganó seis de las siete primeras carreras, empezaron a llegar los patrocinadores: Virgin, Lloyd, SONY, Mapfre... BRAWN era el equipo de moda y todo era alegría hasta que dejaron de llegar las victorias. Tanto es así que Button no volvería a lograr ninguna. Mediado el campeonato parecía que Red Bull podría remontar y Vettel fue una seria amenaza hasta el final mas el doblete de BRAWN en Monza (segunda y última victoria de Barrichello) y el tercer puesto de Button en la última carrera en Abu Dhabi dan al británico el campeonato más sorprendente en años.
Brawn era una golosina que todos pretendían y al año siguiente Mercedes compra el equipo, convirtiéndose hasta hoy, junto con Red Bull, en el equipo más importante y el actual campeón del mundo...ya sin Ross Brawn, todo sea dicho.
El Wolf-Ford de Hunt y Rosberg (1979).
WOLF 
Walter Wolf Racing fue un fugaz equipo de F-1, que sólo funcionó tres temporadas, de 1977 a 1979 y que logró tres victorias el primer año de la mano del gran piloto sudafricano (ex-Tyrrell) Jody Scheckter. En su temporada de debut sólo tenían un monoplaza, que pilotaba Scheckter, pero la unión del millonario canadiense Walter Wolf y el ex-piloto Frank Williams obtuvo grandes resultados que le llevaron incluso a pelear por el título, siendo el primer equipo debutante en ganar en su primer gran premio (luego BRAWN repetiría, como hemos visto). Mas el segundo año es más flojo, Williams decide formar una escudería propia y el coche deja de ser fiable. Con todo acaba muy bien la temporada, logra cuatro podiums y termina 5º en el mundial. Como curiosidad, Bobby Rahal es el segundo piloto durante un par de carreras. Rahal ganaría posteriormente las 500 millas de Indianápolis y fue tres veces campeón de la Indy Cart.
Al año siguiente, Scheckler se marcha a Ferrari y fichan al mítico (y caduco) James Hunt  que sólo acaba una carrera de siete siendo sustituido tras el GP de Mónaco por un jovencísimo Keke Rosberg, quien no mejora los resultados del británico. Wolf desaparece al año siguiente como si nunca hubiera existido.
Ligier JS43 (1996), último coche de la escudería.
LIGIER
Ligier entró en la F-1 en 1976 y se quedó hasta 1996, año en el que fue comprada por el tricampeón del  mundo Alain Prost, pasando a denominarse Prost Grand Prix, obteniendo durante varios años resultados cada vez más mediocres y desapareciendo por falta de financiación en 2001.
Pero la marca francesa no fue siempre un equipo del montón. Logró nada menos que 9 victorias y más de treinta podiums, llegando a ser segundo en el campeonato de constructores de 1980. Su piloto con más victorias y Grandes Premios disputados fue Jaques Laffite, quien viviría la época dorada de la escudería entre 1978 y 1982. Bien fuera con los motores Matra, Renault (franceses) o Cosworth (americanos) Ligier siempre estaba en la pomada de los puntos. Tuvo un par de años desastrosos coincidendo con su asociación con Judd (1988) y Lamborghini (1991) pero logró recuperarse siempre. Al contrario que los casos anteriores y a lo que es habitual en la competición, Ligier tuvo un último año más que digno, acabando 6º en el mundial y con una épica vitoria en Mónaco, lograda por Olivier Panis. El Ligier del piloto de Lyon fue uno de los cuatro únicos vehículos que acabó la carrera.
De la Rosa en el GP de Malasia 2012. Ni publicidad tenían ya. 
HRT 
Aunque esta entrada va de flores de un día y HRT (Hispania Racing Team) no tuvo ningún momento de gloria (0 victorias, 0 pódiums, 0 puntos) en las tres temporadas en las que compitió, el solo hecho de que una escudería española estuviera en la F-1 ya me parece un momento glorioso.
Fundado en 2010 por Adrián Campos, que se sacó la espina el fallido proyecto de otra escudería española llamada BRAVO, siempre compitió con chasis de fabricación propia (salvo en 2010 que fue encargado a la italiana Dallara) y motores Cosworth. La llegada del fabricante indio TATA como proveedor de la parte eléctrica y patrocinador llevó a poner a los mandos de uno de los dos monoplazas al también indio Narian Karthikeyan. Junto a él, también pilotaron el coche español Pedro Martinez De la Rosa, Bruno Senna, Vitantonio Liuzzi (que logró el mejor resultado, 13º en el GP de Canadá de 2011), Daniel Ricciardo, Sako Yamamoto y Christian Klein.
Poco hay que decir sobre sus resultados, baste comentar que dado su bajo rendimiento, se volvió a imponer la regla de unos mínimos tiempos para clasificarse a partir de 2011. Un caro fiasco que terminó subastado y en manos de un especialista en reciclaje de piezas.

Fotos: Wikipedia.

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