El film arranca de una manera brillante: una muchedumbre derriba la estatua del Rey Jorge, una exaltada mujer (la cantante Annie Lennox) la lidera hasta el puerto donde aparece el personaje de Pacino al que roban, en nombre de la Revolución, su barca único medio de subsistencia. Vemos las calles de una ciudad de Nueva York lluviosa, llena de barro, lejos de todo glamour y aquí está la principal virtud del film: su realismo.
En la película se ve y se siente la suciedad y la mugre en las personas y cosas sin importar que estas sean de clase alta o baja, la diferencia es que las últimas parecen más sucias porque no se maquillan. La clase alta de dicha ciudad, a la que pertenece el personaje interpretado por la Kinski, es lo que llamaríamos "hija rebelde" de una familia bien que deja de lado a los suyos para irse con los revolucionarios, sin embargo pronto comprenderá que lograr la independencia requerirá de muchos sufrimientos, privaciones y vivir los horrores de la guerra. Inicialmente los revolucionarios parecen una banda de patanes no mucho mejores que aquellos a los que intentan combatir y cuando termina la Revolución no vemos que hayan mejorado mucho: el pagaré con el que justificaron la "expropiación" de su barca no se paga y el terreno prometido hay que buscarlo en el oeste, con lo que empezaría otra historia.
No es "Revolución" un producto redondo, resulta poco creíble el romance a trompicones entre Natassja Kinski y Pacino; los ingleses son todos muy malos y sádicos (ver cruel escena de la cacería o el intento de abuso sexual al hijo de Pacino); hay saltos en el tiempo de varios años un tanto aleatorios (da la impresión de que los autores del film cortaron metraje o guión) mas en contrapunto hay muchas virtudes.
A las ya comentadas de la ambientación histórica, destaca la labor de Hudson en las escenas de masas, especialmente memorable la última con el reencuentro de los enamorados; también las que suceden en bosques y montañas (cuando los protagonistas se refugian con los indios) y por supuesto las escenas de batallas, sin los actuales efectos infográficos, miles de extras uniformados, cañones, explosiones y bayonetas que recuerdan a las de la magnífica Barry Lyndon (1975, Stanley Kubrick). No sé si tendrá gran valor histórico empero resultan muy creíbles.
Para finalizar un detalle que a mí personalmente me convenció de que estaba ante algo más que una película Histórica: las escenas entre Pacino y su hijo. Cómo evoluciona el padre, de personaje pasivo a aguerrido luchador, cómo el hijo madura a fuerza de padecer en sus carnes tremendos sufrimientos y cómo se afianza su relación con el paso de los años gracias al amor y la capacidad de supervivencia, todo ello demuestra que Hudson es (¿era?) un director con talento.
Quizá por ello mi escena favorita es casi al final, durante el asedio de Yorktown, cuando se produce el duelo definitivo entre Sutherland y Pacino, junto a sus hijos que ya no son los niños que eran al comienzo de la historia. Finalmente el primero muere abrazado a su hijo (también mortalmente herido) mientras reza, momento de una crudeza tremenda pero también de una gran piedad hacia esos personajes, dos caras de la misma moneda, dos víctimas de las decisiones de los poderosos y de las circunstancias históricas en las que tuvieron la desgracia de verse involucrados.
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