31 dic 2013

Nos dejaron en año de cónclave

Se acaba 2013 y con él dejaron este mundo gente famosa pero en Dacosica damos prioridad al cine, TV, música, deporte y, en menor medida, política. Así que recordemos brevemente quienes nos dejaron éste año.
Para un servidor una de las mayores tristezas de éste año es la pérdida de Constantino Romero, hombre humilde (de verdad) pero al que debemos horas de entretenimiento: sin su voz nada volverá a ser lo mismo. Da igual que se retirara unos meses antes ya enfermo, despidiéndose con la misma discreción con que había vivido. Empezó en la Radio, haciendo programas de música en Cataluña y pasó a la Ser en los años 70 donde se hizo famoso. Cedió su inconfundible voz, sólida y distinguida, de tono cálido y masculina, a los personajes y actores más importantes: fue Darth Vader, James Bond-Roger Moore, Donald Sutherland, Elwood Blues, Humphrey Bogart, Kunta Kinte en Raíces, Michael Caine y el mejor monólogo de la historia del cine. Pero sobretodo fue Clint Eastwood, quien mejoraba como actor gracias a él. Apasionado por el teatro, debutó en 1983 una versión en catalán de "Opera de tres peniques", a la que siguió una obra representada en el Centro Dramático Nacional titulada "No hay burlas con Calderón” y la versión española del musical “Sweeny Tood”. “El tiempo es Oro” sirvió para ponerle cara a ésa voz y de paso culturizar a millones de españoles. En Navidad, los anuncios de HOTWHEELS de Mattel ya no serán lo mismo. 
Otros actores destacados nos dejaron, como Amparo Rivelles, dama del teatro español y miembro de una gran saga; Amparo Soler Leal, actriz berlanguiana y monumental en drama y comedia; Alfredo Landa, menospreciado como actor durante décadas, fue reconocido por el Festival de Berlín (“Los Santos Inocentes”) y de ahí para arriba. Me permito recomendar de él “El puente”, de J. A. Bardem que es una visión de la España cambiante de los setenta y una road movie que muestra sus mejores dotes para la comedia y el drama.  


Dos astros mayúsculos del séptimo arte nos han dejado hace poco: Peter O’Toole y Joane Fontaine. El irlandés, bebedor, deslenguado, elegante y magistral intérprete de personajes torturados (Lawrence de Arabia, Lord Jim) y ocasional actor de comedia (¿Qué tal Pussycat?, “Cómo robar un millón y…”) aceptó papeles alimenticios aunque dejó para la historia al rey más calavera de la historia del cine (Enrique II) al que interpretó de manera magistral en “Becket” y “El León en invierno”. Joan Fontaine escondía tras su imagen frágil una mujer aventurera, cazadora y piloto de aviones (su vida inspiró el papel de Kate Winslet en “Titanic”) y fue una rubia de Hitchcock en “Sospecha” y la mítica “Rebeca”, por la que ganó un Oscar. 
Paul Walker, amante de la velocidad, fue la muerte accidental del año. Se dio un hostionazo, si se me permite, dejando como legado una cara bonita y pocas películas memorables.
La música perdió a dos seres muy distintos: Lou Reed y Manolo Escobar. Reed se había dado un paseo por el lado salvaje y lo pagó, aunque creo que pocos pensaron que viviría tanto. Deja un buen legado de canciones como
esta y esta.
Manolo se fue dejando un gran vacío en la memoria de millones de españoles, durante décadas sus canciones fueron la banda sonora de sus vidas. Rebosaba optimismo, algo de agradecer, profesionalidad y entrega al público hasta casi sus últimos días. Los futbolistas de la selección casi lo matan al mantearle, pero Manoleitor Escobar aguató. ¡Qué viva Españaaaaa!
Impactante fue la muerte de María de Villota, ejemplo de coraje, mujer que aceptó con enorme entereza las secuelas de su terrible accidente y que vivió como un regalo los meses posteriores. El fútbol perdió a Maguregui, jugador y luego entrenador, famoso por sus planteamientos defensivos que dieron lugar a la palabra "amarrategui".  No obstante siempre apostó la cantera allí dónde estuvo y sacó lo mejor de futbolistas como Lauridsen o Setién. También desde aquí un recuerdo para Dyron Nix,  estrella de la universidad de Tennesse y ex baloncestista de Málaga, Juventut y Valladolid muerto con sólo 46 años.
Para acabar, tres jefes de estado de muy distinto pelaje: el General Videla, dictador de argentino que murió en la cárcel (no pasa nada porque muera un asesino entre rejas, lo digo por ETA); Hugo Chávez Frías, otro que enterró Castro El Indestructible, que deja Venezuela tan mal como la cogió y en manos de un incompetente; y Nelson Mandela, del que no voy a decir nada porque ya estarán cansados, sólo que su entierro está al nivel del de Arafat.  De la Thatcher ya he hablado. Creo que se merecía más respeto en sus últimos días pero era una persona incómoda con un gran defecto: decía lo que pensaba.
Fin de un año de cónclave papal sin papa muerto. Es curioso.
¡Feliz 2014!

1 comentario:

Mr. X dijo...

Pues sí, lo último que dices es curioso, sí, curioso...

Oye, lo de que la vida de Joan Fontaine inspiró el personaje de Kate Winslet en Titanic m'ha dejado sosprendido!!!