Ya comenté aquí brevemente en el lejano 2009 (¡cómo pasa el tiempo!) el cómic creado por Alan Moore e ilustrado por Kevin O´Neill pero como quiera que la obra ha ido creciendo desde entonces me permito realizar un reseña que amplíe el comentario de está que pueden consultar aquí.
Tras la derrota del "Napoleón del Crimen", James Moriarty en el final de la primera parte, Mycroft Holmes toma la dirección del MI5 y decide seguir contando con la Liga para servir a los intereses de Inglaterra. Y vaya si van a tener trabajo.
La segunda parte comienza nada menos que en Marte de donde es expulsa una agresiva raza alienigena por unos seres comandados por John Carter (de Una princesa de Marte, de Edgar Rice Burroughs) y Gullivar Jones.
Esta segunda sigue la línea argumental de "La Guerra de los Mundos" de H.G. Wells pero traslada a la Inglaterra de comienzos del siglo XX. Para mi es la más espectacular y entretenida de las tres partes, aparecen el Dr Moreau y Teddy Prendrick, personajes de la novela de La Isla del Doctor Moreau de H.G. Wells, hay romance (y sexo) entre Wilhelmina Murray y Allan Quatermain, el hombre invisible (Hawley Griffin) traiciona a la Liga y entrega Londres a los marcianos aunque el brutal Mr Hyde (Jekyll casi no aparece) hace "justicia" a su brutal modo y finamente, en un acto de amor por Mina da su vida para finalmente salvar Londres. Nemo, indignado con los métodos del servicio secreto se retira a su isla y Mina y Quatermain terminan su romance...aparentemente.
La esperada tercera (pero no definitiva) parte titulada "La Liga de los Hombres Extraordinarios. Century" dividida a su vez en tres, comienza en 1910 con la aparición de otro personaje novelesco, en este caso Orlando, salido de la imaginación de Virginia Wolff, personaje inmortal que cambia de sexo cada cien años (sic) y que se une en una nueva aventura a Mina y Quatermain hijo (luego descubriremos su verdadera identidad). Continuando con la línea de la 2ª parte, la saga Century tiene un carácter aún más surrealista y degenerado. Sus caballeros extraordinarios se proponen frenar la llegada del Anticristo, que está ideando el malvado Oliver Haddo.
Comienza en 1910, donde también se nos cuenta una historia paralela que luego no tiene mucha relación con la trama protagonizada por una hija de Nemo, que sufre en sus bellas carnes la depravación del mundo occidental.
El delirio alcanza cotas psicodélicas en la segunda parte, que acurre en 1969, donde las drogas y la liberación sexual son protagonistas. Mucha ceremonia satánica, mucha posesión, mucho sueño psicotrópico y un final realmente deprimente.
La última parte, ambientada en 2009, está cargada de mala leche. Moore saca partido de los personajes más importantes, Mina y Orlando, el cual tras luchar en la guerra de Irak se convierte en mujer y vuele a Londres (no se le ocurre esto ni a Almodóvar). Decía que tiene muy mala leche porque al bueno de Moore nos muestra al anticristo que no es ni más ni menos que...¡¡¡Harry Potter!!! el final es la leche, el anticristo mata a Quatermain de un rayo surgido de sus genitales (tal cual) pero finamente muere a manos de un trasunto de Mary Poppins caído del cielo. Delirio es poco.
Moore dice que este no será el final, que queda Liga para rato...no sé yo si tendré ganas de más, para pillar sus guiños literarios hay que ser un erudito y una cosa es hacer gracias y desbarrar un poco y otra no tener medida. Ya veremos.
1 comentario:
Francamente, Sr. Dacosica, esta saga es el delirio supremo. ¿Qué le queda ya a Alan Moore por hacer....?
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