Es difícil escribir algo original sobre lo que sucedió el 11 de septiembre de 2001 en la isla de Manhatan (comprada por 24$ en 1626 por unos colonos holandeses a los indios nativos) sin caer lo tópico, en lo excesivo o simplemente aburrir. Creo que en la vida hay que mirar siempre adelante, sin olvidar nunca el pasado, pero evitando a toda costa que este condicione lo que hacemos en el presente. Lo pasado, pasado está y difícilmente tiene arreglo. Nadie va a devolvernos el mundo anterior al 11-s, no volverán las 2992 víctimas de los atentados (24 desaparecidos), ni tampoco las guerras y atentados que siguieron a continuación.
La vida sigue, es una verdad dura de asumir pero tan cierta como que mañana saldrá el sol (espero) y en la zona afectada, la llamada zona cero, la vida sigue. Tras la tragedia tuvo consecuencias nada favorables para esa parte de la más importante metrópoli del mundo. Al margen de las pérdidas humanas y de los cuantiosos daños materiales, la friolera de 700 empresas cerraron, los grandes bancos y empresas se largaron y la crisis se cebó con Manhatan Sur.
Pero si hay algo que hace de los norteamericanos admirables es su persistencia, su inquebrantable fe en sí mismos (dicen que son la "tierra de las oportunidades") y el convencimiento de que con trabajo todo es posible. Ya vencieron en varios conflictos mundiales, se recuperaron de derrotas militares y de grandes recesiones económicas. Primero de la mano del alcalde Republicano Rudolph Giuliani (elegido hombre del año 2001 por la revista Time y al pie del cañón durante los días siguientes al ataque pese a estar aquejado de un cáncer) y su sucesor Michael Bloomberg se marcaron como objetivo no sólo levantar un nuevo WTC rehabilitar totalmente esa zona de la ciudad, haciéndola más agradable, más habitable.
Pues lo han logrado, ahora se han construido colegios y zonas verdes debido a que ahí viven multitud de parejas jóvenes que tienen o planean tener hijos. La asistencia hospitalaria, la limpieza, la calidad de vida ha mejorado en palabras de los propios neoyorkinos. Grandes bancos como el Chase Manhatan Bank o JP Morgan han vuelto a instalarse en la zona. Hasta las trístemente célebres agencias de calificación como Moody´s tienen su sede en los alrededores del antiguo World Trade Center. Nuevos negocios (¡más de 8000!), nuevos rascacielos (construidos a una velocidad de a planta por semana) y hasta una mezquita conviven en armonía.
El edificio más alto se llamará "Torre de la Libertad", que medirá 1776 pies en honor al año de la indepencia de los EE.UU, está junto al monumento a las víctimas, donde tiene gran importancia el agua, simbolizando el origen de la vida. Manhatan es Nueva York y Nueva York un símbolo de esperanza en estos tiempos difíciles.
1 comentario:
¡¡Dios bendiga Américaaaaaaaaaa!!
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