Victimismo

En este país hacerse la víctima da réditos y esta semana hemos visto dos casos ejemplares. El primero de ellos es el ínclito y discreto (lo digo con ironía por si no se nota) juez Baltasar Garzón. El tío ha sido imputado por unanimidad por el Tribunal Supremo por no qué dinero cobrado en EE.UU. No entiendo mucho de derecho y mis amigos expertos en el tema me corregirán con razón si me equivoco pero dejando a un lado la ideología del personaje (que ya es dejar) sus fallos en la instrucción de no pocos casos (Gürtel por ejemplo) le han llevado a donde está. Los que le defienden, progresía a la que se ganó con el caso de los crímenes del franquismo, dicen que el PP, los jueces conservadores (¡cómo si no los hubiera de izquierdas!) y hasta la extrema derecha están detrás de él. Garzón se hace la víctima, que si ajuste de cuentas, que si gente del PSOE cabreada por el caso GAL, que si él que tantos etarras ha metido en la cárcel (como si el mérito sólo fuera suyo). Este personaje entró a saco en los GAL cuando el gobierno socialista se le negó un ministerio, ¿coincidencia? el caso estaba parado antes, si me equivoco, que alguien me corrija por favor.
El otro ejemplo es Andalucía. El gobierno está asegurando las próximas elecciones autonómicas. El aumento del IVA va a servir para pagar el aumento del PER, auténtico sueldo de subsistencia (junto con la economía sumergida pero eso en toda España) de la región. Pero lo más gordo es la deuda histórica, transfusión de dinero a las endeudadas arcas andaluzas en virtud de no se sabe qué injusticia pasada. Por lo visto, no se ha cometido esa injusticia con otras regiones, tan necesitadas como ésta pero sin interés político. Este mismo sistema lo usó el gobierno en el ya lejano 2004 para asegurarse el favor de UGT con otra deuda histórica, que sirvió para tener a los sindicatos sin salir a la calle con la está cayendo. Tenemos lo que nos merecemos.