Aunque John Carpenter es un cineasta famoso por sus películas de ciencia-ficción, terror y género fantástico, siempre salpica todas ellas de detalles de puesta en escena o guion que lo emparentan con otros géneros, cuando no, directamente se aleja de lo que podía esperarse de él (el telefilm biográfico "Elvis" o la excelente "Asalto a la comisaría del distrito 13"). Tal es el caso de esta que nos ocupa, la magnífica "Starman, el hombre de las estrellas", película llena de virtudes y que, como decíamos, mezcla otros genéros junto al de la scifi, tales como el romance, la comedia y la road movie. La película tuvo una larga gestación pasando por media docena de guionistas y varios directores como Tony Scott o Peter Hyams hasta que finalmente Columbia encomendó a Carpenter el proyecto y éste aceptó buscando recuperarse del desastre comercial de "La cosa" (1982), algo que consiguió en parte y que, dada su indudable calidad, la ha convertido en un film muy recordado del que incluso se ha llegado a rumorear una segunda parte.
La historia arranca de manera espectacular, con la caída de una nave espacial (destacable la labor de Roy Arbogast, colaborador habitual de Carpenter en los efectos especiales) sobre algún lugar de Wisconsin, cerca de la cabaña de una joven viuda (Karen Allen), la cual sigue sin superar la muerte de su joven esposo. El alien (Jeff Bridges) toma la forma humana del marido fallecido y emprende junto a ella una huída contrarreloj para reencontrase con sus semejantes en el espectacular Cráter Barringer, en Flagstaff, Arizona. Lo que al comienzo es un rapto, por lo cual la protagonista trata de escapar, va tranformándose poco a poco en una huida de los agentes del Gobierno que tratan de retener al visitante de otro planeta, no precisamente para tener una conversación amigable. Aquí aparece el personaje del científico (Charles Martin-Smith) toma protagonismo, primero, tratando de averiguar dónde está la pareja y, posteriormente, tomando conciencia de las aviesas intenciones del militar (Richard Jaeckel) lo cual hace que termine ayudando al protagonista pese a que esto le pueda perjudicar.
El film, decíamos antes, acaba siendo una bella historia romántica, primero tensa (típica situación de comedia clásica con hombre y mujer de carácteres encontrados), luego divertida por los equívocos que sufre el recién llegado, ignorante de la cultura terrestre y, finalmente, relación amorosa consumada enmarcado, todo ello, en unos escenarios naturales que van desde los frondosos bosques del norte del país a los desiertos del sur, pasando por las amplias planicies del medio-oeste o la luminosa Las Vegas. Una película donde los buenos sentimientos y la solidaridad entre las gentes anónimas abundan pese a un par de encontronazos que, no obstante, dan lugar a dos de los mejores momentos de la película: la persecución que termina en una gran explosión que provoca la "muerte" de la chica; y la resurrección del ciervo que da lugar al consiguiente enfrentamiento con los rudos cazadores y su posterior persecución.
No obstante, dentro del excelente conjunto me quedo con la íntima escena la camioneta, en la que ella le confiesa a él que no puede tener hijos mientras ven a la joven que sostiene a su bebé. El paisaje y el diálogo de ese instante entran entre los mejores momentos del cine de Carpenter junto con, cómo no, la espectacular escena final, culminada de manera elegante, con el bello primer plano cenital del no menos bello rostro de Allen. Un momento que auna espectáculo, suspense y emoción.
Curiosidades:
- el film dio lugar a una serie bastante digna protagonizada por Rober Hays que no pasó de la primera temporada.
- la excelente banda sonora es de Jack Nitzesche, compositor estadounidense de, entre otras, la canción principal de "Oficial y caballero". Fue colaborador de Phil Spector y músico y productor de los Rolling Stones.
- Jeff Bridges fue (merecidamente) nominado al Oscar al mejor actor principal. Una pena que no hicieran lo mismo con Karen Allen.
Referencias: https://www.chicagotribune.com/news/ct-xpm-1985-01-18-8501040368-story.html
Imágenes propiedad de Paramount Pictures.
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