15 may 2018

La reina de la ciencia-ficción

Aunque la actual ola de feminismo radical me provoca más rechazo que otra cosa, uno no deja de sorprenderse cuando se entera de ciertas cosas sobre algunas personas, descubriendo que tiene prejuicios en temas que creía superados. Durante muchos años di por sentado que en el muy masculino mundo del cine (sobre todo clásico) el guionista Leigh Brackett, autor de los guiones de "El sueño eterno" (1955, Howard Hawks) o "Río Bravo" (ídem, 1959) era un hombre, máxime teniendo en cuenta lo viril de las tramas protagonizadas por Humphrey Bogart y John Wayne: no podía estar más equivocado, pues Leigh Brackett era una estupenda escritora, además de guionista, a quien los fans del género fantástico debemos el mejor argumento de la saga STAR WARS: El imperio contraataca (1980, Irvin Kershner).
Leigh en su época juvenil
Leigh Douglass Brackett nació el 7 de diciembre de 1915 en Los Ángeles, aunque se crió cerca de Santa Mónica. Nacida en el seno de una familia de clase media-alta, pronto sufrió un duro revés en su vida: en 1918, la famosa epidemia de Gripe Española se lleva a su padre. Su familia empezó a tener problemas económicos, se mudó en varias ocasiones lo que motiva que tenga una educación intermitente hasta los 13 años, en la que fue internada en un colegio sólo para chicas. Desde joven se inclina por la actividad física y deportiva, es atleta y jugadora de voleibol pero sobre todo es una enamorada del mar y una consumada nadadora, de hecho se ganó su primer jornal dando clases de esta disciplina. Ella es muy distinta a su madre, una mujer esbelta y bella; Leigh es alta, atlética, algo marimacho (siempre llevó el pelo muy corto) y con un carácter algo rebelde.
Se introduce en la sci-fi leyendo historias de Edgar Rice Burroughs y H. Rider Haggard, lo que la lleva, muy joven, a escribir sus propias aventuras fantásticas. Varios de estos primeros trabajos fueron leídos por Henry Kuttner, quien hizo reseñas de sus historias y la presentó a las personalidades del mundo editorial de San Francisco, incluyendo a otro (entonces desconocido) aspirante a escritor, Ray Bradbury.
No es hasta los años 40 cuando logra vender sus primeras historias a revistas pulp,siendo la mayoría romances interplanetarios, lo cual no la dio demasiado éxito. Su familia la animaba a escribir historias "para mujeres" mas ella respondía que no era capaz y que lo lamentaba, pues estaban mejor pagadas que las de ciencia-ficción.
Howard Hawks, Martha Vickers, Brackett, Bacall, Bogart y Louis Jean Heydt repasan el guion de "El sueño eterno"
En busca de otras fuentes de ingresos comienza a escribir historias de detectives. Su primera venta fue en 1942, un cuento llamado "Asesinato en la familia", para la revista Mammoth Detective, a la que siguieron algunas más. En una época en la que los autores de ciencia ficción tenían problemas para publicar fuera del mercado de las revistas del género, ella no tenían tales barreras, Brackett supo ver el futuro en la novela negra y policial. Su primera novela, No good from a corpse, se publicó por primera vez en 1944, atrayendo la atención del director y productor de Hollywood Howard Hawks. Una amiga de una librería sabía que Hawks buscaba material nuevo, con frecuencia compraba montones de novelas de misterio, y agregó su libro a la pila. Intrigado por su historia, Hawks contrató a Brackett para escribir el guión de una adaptación de la novela de Raymond Chandler, "El sueño eterno", que ella coescribió con William Faulkner. Aquí comienza su intermitente época de guionista.
Tanto al director como al protagonista (Bogart) les sorprendió que el autor de los brillantes y ácidos diálogos fuera una mujer, de hecho Bogart le pidió a Brackett que reescribiera algunos diálogos de Faulkner por "blandos". Se había ganado su confianza y admiración. La escritora californiana volvería a colaborar con Hawks en Rio Bravo (1959), ¡Hatari! (1962), El Dorado (1966) y Rio Lobo (1970). Además adaptaría nuevamente a Chandler en El largo adiós (Robert Altman, 1973).
Pero a Brackett lo que le interesa de verdad es la ciencia-ficción y sobre todo una ciencia ficción más parecida a la fantasía heroica que a la científica. Su estilo es más cercano a su admirado Burroughs o al Conan de Robert E. Howard que a Asimov o Arthur C. Clark. Esto se ve en la que se puede considerar su obra mayor, la trilogía "El libro de Skaith" (1973-74), protagonizada por el aventurero John Stark, la cual es más una obra del género fantasía heroica o espada y brujería que scifi. La revista Planet Stories será durante 19 años su "centro operaciones", publicando montones de historias en ella, incluida una junto a Ray Bradbury (Lorelei of the Red Mist), escritor con el que entabla una gran amistad y con el que comparte un estilo poco preocupado por el "realismo" científico.
Los 50 es la época más feliz para ella: "Todos en el género me recibieron con los brazos abiertos. Todos, escritores y editores y todos fueron geniales porque éramos un club pequeño en esos días, era como encontrar a otro loco con el que pudieras hablar de ello, fue genial ". En esa época se casa con el también escritor de ciencia-ficción Edmond Hamilton, siendo Bradbury el padrino de la ceremonia. Hamilton encontró trabajo escribiendo para DC Comics, además de relatos cortos aunque nunca colaboró con su esposa, tenían estilos de escritura muy distintos. Y así llegamos a los años 70 con una nueva edad de oro del género gracias a "La guerra de las galaxias" (1977).
Contratada por el director de la primera película, George Lucas, parecía ser la opción perfecta: Brackett y su difunto esposo (Hamilton falleció en 1977) habían escrito en el subgénero de la space opera, lo cual fue una gran influencia en Star Wars. Brackett, encantada con la invitación, fue la responsable del primer borrador del guion, completándolo en 1978, poco antes de morir de cáncer, sin poder ver su último trabajo en la gran pantalla. Si no hubiera fallecido, estaba previsto que escribiera una de las primeras novelas derivadas de Star Wars sobre Leia Organa. Aunque el guion final es responsabilidad de Lawrence Kasdan y el propio Lucas, ambos destacan que las más importantes ideas del film las tuvo Brackett, especialmente la Ciudad de las Nubes donde sucede el clímax final y, por supuesto, el famoso duelo entre Darth Vader y Luke Skywalker con sorprendentes revelaciones.  
Leigh Brackett y su esposo Edmond Hamilton
Sirva este texto de pequeño homenaje a la que los americanos llaman the Queen of space opera y una de las mejores guionistas (hombre o mujer) de la historia del cine.
Referencias:

https://www.goodreads.com/author/show/22648.Leigh_Brackett
https://io9.gizmodo.com/happy-100th-birthday-to-leigh-brackett-the-queen-of-sp-1746714014

1 comentario:

Mr. X dijo...

Por lo que dices, la saga de Star Wars le debe a esta tía lo más interesante de su trama. Me gusta cómo la empoderas en esta entrada, Daco