El cine bélico, o de guerra como se decía antaño, no está de moda. En la época de nuestros padres/abuelos (señores que ahora ya tienen de sesenta para arriba) el bélico era un género como ahora el de superhéroes o así. Pero ya no cotiza al alza pese a algún producto hollywoodiense de prestigio muy de cuando en vez, y casi nunca siguiendo un estilo clásico, como si eso le añadiera crudeza. Antaño no había tanta sangre, gritos y vísceras en la gran pantalla y la guerra no perdía en dureza y dramatismo, tal vez hoy en día hay pereza hacia el cine "antiguo" porque es diferente.
Mas este blog va contracorriente, contra lo comúnmente establecido y contra lo políticamente correcto que, dicho sea de paso, es una lacra enorme pues va minando la base de toda democracia: la libertad.
Pero yendo al grano aquí vamos a comentar brevemente cinco películas que son, a nuestro juicio, ejemplos de bélico destacados y destacables, rabiosamente modernos (y eso que alguno tiene más de 50 años) y dignos de revisitarse:
Último tren a Katanga (Jack Cardiff, 1968)
Bajo la apariencia de cine bélico de aventuras, ambientada en el Congo recién descolonizado, "
Último tren a Katanga" es un duro relato que muestra violencia, violaciones y ejecuciones a civiles sin dar al espectador un minuto de aliento y con una atmósfera asfixiante. Cuenta la historia de un mercenario (Rod Taylor) quien acepta el encargo de rescatar a unos colonos amenazados por guerreros Simba y de paso salvar los valiosos diamantes para la empresa que le contrata. Como es de esperar, nada sale como se planea, surgen los problemas tanto con otro mercenario (un ex-nazi interpretado por
Peter Carsten) como con el que paga, al que le importa poco la gente y mucho los diamantes. Cardiff, primero reputado director de fotografía, (ganó un Oscar por "Narciso Negro") se pasó a la dirección ofreciendo aquí un film notable, no sólo visualmente, también por el tratamiento de los personajes y la situación límite en la que se ven inmersos. Nadie sale indemne ni física ni moralmente (aunque algunos logren redimirse), vista hoy resulta rabiosamente moderna y demuestra que un buen film clásico nunca envejece.
Los violentos de Kelly (
Brian G. Hutton, 1970)
Rodada ya en una época en la que el género apostaba más por lo desmitificador y cínico que por lo clásico, "
Los violentos de Kelly" es una gran producción rodada en la antigua Yugoslavia (Francia en la película) porque la legislación del país obligaba a gastar los beneficios de películas proyectadas allí en nuevos proyectos. Fue un gran éxito pero el protagonista, Clint Eastwood, quedó muy descontento porque MGM hizo cambios en el montaje final, según IMDB dijo que parecían "
un montón de holgazanes de la Segunda Guerra Mundial". Desde luego no es una obra maestra, es demasiado larga, demasiado caricaturesca (esa escena que parodia el spaghetti western) menos graciosa de lo que pretende, hay buenos actores pero mal dirigidos... No obstante es un entretenimiento de primera, con escenas de acción muy espectaculares, muy auténticas (los tanques eran realmente de la II G.M) y no faltan los momentos de tensión, alguno realmente dramático (la escena del campo de minas) y la crítica a los altos mandos. Puede parecer muy inverosímil, realmente lo es, mas es una de esas películas que tiene la rara virtud de enganchar aunque ya se conozca su sorprendente final.
El barón rojo (Roger Corman, 1971)
Aunque
entre
los aficionados a la historia militar es un filme poco valorado por sus inexactitudes, los nostálgicos de la películas de "Sesión de tarde" en TVE la tenemos en un pedestal y he de decir que, vista hoy, para mí no ha envejecido nada mal. Roger Corman, rey de la serie B, por fin rueda un film con un presupuesto holgado y ofrece su particular visión (algo romántica) de las luchas aéreas durante la I G.M. centrándose en el Barón Rojo,
Manfred Von Richthofen (John Phillip Law), un personaje muy atractivo por su caballerosidad, buena planta y valentía, situándolo como un hombre casi anacrónico, que ve la guerra como un combate entre gentlemen del que sale victorioso por su habilidad, oponiéndose incluso a las decisiones de sus superiores, obviando las recomendaciones de pintar sus aviones de colores discretos para sacar ventaja en la batalla y siempre con un gran respeto hacia el enemigo. Hay, no obstante, hueco para escenas de gran crudeza como los ataques a los aeródromos, alejados de toda nobleza, además de contraponerlo con su rival el canadiense
Arthur Roy Brown (Don Stroud), más descreído y desengañado. La última escena, es tan bella como elegante, pocas veces la muerte de un personaje fue rodada mejor.
Un puente lejano(Richard Attenborough, 1978)
Adaptación de la novela de
Cornelius Ryan adaptada por el prestigioso guionista y escritor
William Goldman (
La Princesa Prometida) narra la ofensiva aliada de las Ardenas que pretendían llegar a Alemania lo antes posible y que se saldó con un gran número de bajas por el bando aliado amén de no lograr cumplir la mayoría de sus objetivos, incluido el puente que ilustra este comentario. El reparto incluye a casi todos los grandes actores que estraban entonces en activo:
Dirk Bogarde,
James Caan,
Michael Caine,
Sean Connery,
Denholm Elliott,
Elliott Gould,
Edward Fox,
Gene Hackman,
Anthony Hopkins,
Robert Redford (que cobró un millón de dólares por un pequeño papel),
Liv Ullmann,
Maximilian Schell,
Hardy Krüger,
Laurence Olivier y
Ryan O'Neal. La película resulta muy realista pese a lo cual es nada tediosa, Attenborough (actor antes que director) saca buen provecho de los intérpretes y no se escatima en crítica a los altos mandos aliados. El sufrimiento de los civiles y soldados está aquí mostrado como pocas veces se ha visto en un film bélico. Hopkins es para mí el que mejor está.
El sargento de hierro (Clint Eastwood, 1986)
A veces la crítica queda tan descolocada con ciertos directores y algunas películas que las etiqueta por error cuando su mayor virtud es precisamente que no admiten ningún sello: así es el cine de Clint Easwood, así es "
El sargento de hierro". Con un humor grueso, un militarismo tan exacerbado que parece casi paródico, unas buenas escenas de acción y enormes dosis de mala leche, el director californiano logra una de sus grandes obras y de las que mejor le definen como persona y actor: el presonaje principal es un individualista, un hombre con su propio código, al que lo políticamente correcto se la suda, a quien la vida (el ejército) le concede una última oportunidad para alcanzar la felicidad. Hoy es una película ya de culto, de esas que se recuerdan sus diálogos (más bien las frases del sargento Highway) una y otra vez. Desde luego no es un film perfecto (las
cult movies no deben serlo), le sobra metraje, la historia de amor está pésimamente hilvanada pese a que prometía mucho y la actriz Marsha Mason es excelente, hay algún personaje muy caricaturesco... Pero esto es peccata minuta, con momentos como
este o
este ¿a quién le importa?
Las lágrimas del sol (
Antoine Fuqua, 2003)
Película sobre la guerra "moderna", es decir, nada de grandes frentes y ofensivas, nada de grandes batallones; tecnología, violencia y abusos sobre la población civil, grupos especiales, guerra de "guerrillas" conflictos donde no se sabe quién es el
bueno y el
malo, ONGs y misioneros en peligro. Y, como tema destacado, la desobediencia de órdenes para salvar a los que no tienen salvación posible, el ejército como fuerza "humanitaria". Muy bien rodada, con graduada tensión (la jungla siempre es un escenario agradecido) menos acción de la esperada pero de un impacto enorme, especialmente la escena del poblado arrasado, "
Las lágrimas del sol" no entrará en ninguna antología del bélico pero es una excelente película, honesta, digna, como los soldados de la unidad especial SEAL, bien interpretada por dos actores protagonistas (más carismáticos que talentosos) y que nos habla de los conflictos y las gentes olvidadas sin sermonear aunque no escatime en detalles escabrosos. A ver sin prejuicios.
Otras cuatro películas "clásicas" que podrían estar aquí y formar un top 10:
La batalla de Midway,
Tora, Tora Tora,
La gran evasión y
Corazones de hierro.