- Buick 8, un coche perverso. (Stephen King)
No es la primera vez que el Mago del Terror elige como "protagonista" de una de sus obras un coche, ahí está la famosa "Christine"(1983) aunque creo que esta vez el escritor de Maine no ha estado tan inspirado. Un extraño de aspecto siniestro llega a una gasolinera conduciendo Buick Roadmaster del 54, que está en perfecto estado. El conductor va al baño y nunca más aparece. La policía se hace cargo del coche, que ahora no funciona y lo guarda detrás de la comisaría. Pasan los años y el coche sigue exactamente igual pero varias personas que se acercan desaparecen misteriosamente y del maletero salen criaturas escalofriantes aparentemente sin vida.
Al parecer relacionada con la monumental e interminable saga de "La Torre oscura", con monstruos que recuerdan a los de la magnífica "La niebla" (1980), no se trata de un vehículo poseído sino de una especie de puerta a otra dimensión. De desarrollo irregular, con momentos tediosos y repetitivos, que se alternan con otros brillantes (comienzo y casi final), con las habituales descripciones desagradables cuando no ridículas es evidente que no estamos ante una de sus mejores novelas, no obstante, no es difícil de leer y te mantiene en tensión hasta el final con un truco tan tramposo como hábil.
- Dune. (Frank Herbert)
Auténtico clásico de la ciencia-ficción, inicio de una saga que ha sobrevivido a la propia muerte del autor, es una excelente novela que no he podido terminar y me explico.
El libro está dividido en varias partes pero yo me he quedado más o menos en la mitad, la "culpa" la tiene la excelente película homónima de David Lynch que, aunque condensa por necesidades de metraje mucho del libro, mantiene su esencia y le otorga, además, un dinamismo del que (creo) la obra original adolece. El conocer la trama resumida y su final hizo que, inevitablemente, perdiera el interés por la obra escrita.
Esto no quita para que el "Dune" de Herbert me parezca una obra magnífica, complejísima, que aprovecha la ciencia-ficción para tratar temas muy de hoy en día: ecologismo, recursos naturales, economía, política, colonialismo, militarismo, religión (magia si se prefiere), honor, amor, liderazgo... en fin, infinitas lecturas aunque con lo que más disfruté son los personajes principales, magníficamente tratados, bien trabajados sin buenos/malos simplones pese a que estén claros los bandos y simpatías del autor. Traidores con causa, malvados sádicos, luchas por el poder, batallas, gusanos gigantescos, tribus del desierto, la Especia que lo domina todo... un universo espectacular por el que es imposible no dejarse llevar.
El almuerzo desnudo. (William S. Burroughs)
"Aposentados sobre huesos viejos y excrementos y chatarra ferruginosa, en medio
de un calor de altos hornos, un panorama de idiotas desnudos se extiende hasta el
horizonte. En silencio absoluto —tienen destruido el centro del lenguaje— excepto el
crujido de las chispas y chisporroteo de la carne chamuscada al aplicar electrodos a lo
largo de la columna vertebral. Un humo blanco de carne quemada flota en el aire
inmóvil. Un grupo de niños tiene a un idiota atado a un poste con alambre de espino y le
encienden una hoguera entre las piernas y contemplan con curiosidad bestial el ascenso
de las llamas por sus muslos. El fuego hace crepitar su carne con la agonía del insecto."
No sabía cómo comentar este libro así que he preferido dejar aquí un párrafo para que se hagan una idea de lo que es. Y esto no es de lo más delirante. Aquí sólo cuenta un suceso que podría ser verdad, luego viene el delirio del drogadicto y la historia esa de Interzona que no tiene, como toda la narración, ni pies ni cabeza. Esto es "El almuerzo desnudo" de William S. Burroughs, un chico bien americano que se recorrió medio mundo (Marruecos, Europa, México) drogándose, metiéndose de todo y que lo plasmó, estando completamente puesto, en un libro de tan fascinante como incompresible título. Sólo el prólogo (una lúcida definición de lo que son las drogas) y el epílogo (una carta a un médico) tiene algún sentido. La pregunta es ¿merece la pena hacer el esfuerzo por leer un texto inconexo lleno de delirios, diálogos absurdos, sexo (homosexual en su mayoría), prostitución y otro tipo de degradaciones humanas? Bueno, según se mire: por un lado hay que reconocerle momentos brillantes, alguno humorístico, otro de crítica social (o eso parece) que se leen sorprendentemente con facilidad. Pero hay mucha, pero que mucha página sin sentido, demasiado desagradable para resultar interesante o demasiado aburrida como para compensar el esfuerzo. No obstante yo lo conseguí, puedo decir que lo he leído. No sé si con eso soy más culto sólo me permito advertir que la lectura de este libro no es fácil ni divertida pero reconozco que podría ser fascinante. Arriesga el autor haciendo algo original y eso como mínimo merece un pequeño esfuerzo. Luego el lector valorará.