La carrera discurre tranquilamente, un joven rubio luce con confianza su madiot amarillo recién conquistado, pedalea en medio del pelotón a la espera de terminar un día más sin sobresaltos. Ya queda menos para Madrid, se dice. De repente, un tipo moreno, de piel curtida y pelo negro, vestido de arriba abajo de oscuro se le acerca, le agarra del madiot y le escupe en un extraño acento francés: "Esto, esto te lo voy a quitar". Y al corredor, que es vasco y no se amilana fácilmente, las piernas le empiezan a temblar.
Estamos a jueves, 26 de mayo de 1983. Los ciclistas de la trigésimo octava Vuelta España se disponen a tomar la salida de la 17ª etapa: Salamanca-Ávila, de más de 200 kms y con tres puertos de por medio. El líder es un joven vasco, Julián Gorospe, el rubio de Mañaria que por sorpresa lleva dos jornadas líder. Es buen contrarelojista y de momento ha aguantado los envites del equipo Zor, dirigido por Mínguez...pero en el pelotón hay un Caimán dispuesto a comérselo.
De salida, el Zor manda por delante a sus líderes, Pino y Fernández. No hay cuartelillo durante la subida al primer puerto y el italiano Guiseppe Saroni, entonces campeón del mundo (que no se jugaba nada) se pone a tirar como un loco. Corría para un equipo llamado Del Tongo, ¿casualidad?. En el kilómetro ochenta se corona la Peña Negra, de primera categoría, Gorospe se queda y Laguía, su ángel de la guarda toda la etapa, tira de él. Coronan con dos minutos de ventaja y Gorospe empieza a sentirse mal. No se ha alimentado bien, la montaña no es su terreno, todos contra él... Porque cuando las cosas se ponen mal, todavía pueden ir a peor.
En la subida del siguiente puerto, Serranillos también de primera categoría, Hinault manda a su gregario de lujo, un joven rubio, con gafas redondas y muy mal carácter llamado Laurent Fignon a que destroce la carrera definitivamente. De los que quedan, surgen tres valientes que se escapan: Belda (Kelme), Bortolotto (Del Tongo) y Manders (Rossin) que llegan a tener cuatro minutos sobre el pelotón durante la subida. Pero cuando van a coronar les adelanta un Caimán, un Tejón, alguien forjado en el mal tiempo y el pavés de la Bretaña francesa. Un tipo que le daba igual el terreno que siempre quería ser el primero. Un (por entonces) ganador de cuatro Tours, dos Giros y una Vuelta.
Sólo le pueden seguir Lejarreta con su madiot azul de la regularidad y el diminuto Vicente Belda.
Pero ¿y Gorospe? A Gorospe Laguía le tiene que convencer de que no se baje de la bici, Perico Delgado se une en su socorro para que la debacle no sea total. Subiendo La Paramera, Laguía pide al público que aún no se ha marchado a casa que empujen al chaval para arriba.
En el velódromo de Ávila llega como un avión Hinault, con sus dos combidados de piedra detrás. Gorospe llega con Laguía a 20 minutos y 40 segundos. Quedan dos etapas para terminar pero la Vuelta ya tiene dueño, dos veces vino a correrla, dos veces la ganó.
En la meta, al ya ganador de la montaña, Vicente Belda, le pregunta un despistado periodista televisivo por qué no atacaron él y Marino al francés y el alicantino, con cara de sorpresa ante la estúpida cuestión le responde: "¿Y si se enfada?".
Aquél año Fignon ganó el primero de sus dos Tours. Y al año siguiente Hinault, que no era de estar en el mismo corral con otro gallo grande, aceptó una suculenta oferta de un magnate ex-cantante, con pinta de mafioso de película de Belmondo, llamado Bernard Tapie que creó el más grande equipo ciclista de todos los tiempos. Pero esa es otra historia.
Coda: el año pasado a un Julián Gorospe de aspecto aún juvenil, le preguntaron en una entrevista por si tuvo un mal día en aquella etapa de Serranillos y el rubio de Mañaria, con gesto irónico contestó "Y tanto, aquél día perdí hasta el apellido".
Referencias:
- "Nuestro Ciclismo, por un Equipo", de David García.
- www.diariovasco.com/deportes/.../julian-gorospe-lider-vuelta-201508290805.html
18 sept 2016
12 sept 2016
El Valle de la Silicona
Por Doyle
Tras el necesario parón estival y ahora que se aproxima el
melancólico otoño, quisiera recomendaros una serie muy divertida e inteligente,
poseedora de un humor hilarante como en pocas ocasiones he disfrutado en la
pequeña pantalla estos últimos años.
Desde su estreno en 2014, Silicon
Valley ha contraído la maldición de estar siempre
a la sombra de sus innegables predecesoras: Freaks and Geeks (Serie de TV)
(1999), Big
Bang (Serie de TV) (2007) o Entourage:
El séquito (Serie de TV) (2004) esta última además, con su correspondiente
adaptación cinematográfica en 2015.
Pero lo que ha hecho desmarcarse a Silicon Valley de las anteriormente citadas y tener su
propio sello distintivo es en primer lugar, un buen guión bien definido e estructurado. Y luego está la
genial construcción de sus personajes, que no se desgastan en continuas
repeticiones de estereotipos como creo que le ha ocurrido tras 9 temporadas a
su inevitable rival The Big Bang Theory (pero ese es ya otro tema a
tratar).
Como curiosidades decir que está creada por el polifacético Mike
Judge, que además de ser un director, productor y animador (creador de los dibujos animados Beavis and
Butthead), es también licenciado en Física. Su primer trabajo fue como programador en el avión F-18
de combate (casi nada). Aunque aquí ejerce de productor ejecutivo y guionista
de algunos episodios, sobre todo los
primeros, también a dirigido 3 películas bastante originales y algo gamberras que
merecen la pena verse: Trabajo
basura (1999), Idiocracia
(2006) y Extract
(2009).
Su protagonista el actor Thomas
Middleditch, ha protagonizado hace poco, la infumable Sunspring
(2016) primer cortometraje escrito por una "inteligencia
artificial": nada menos que una red neuronal recurrente creada por
miembros de la New York University (NYU) llamada Long Short-Term Memory
(LSTM), aunque la propia red neuronal acabó
rebautizándose a sí misma con el nombre de Benjamin.
Pero volviendo a nuestra
singular sitcom de la HBO, Silicon Valley posee la peculiaridad de hacer llegar al
vulgar espectador de a pie, los
entresijos del mundillo empresarial de internet y las nuevas tecnologías,
siempre eso si, con altas dosis de ironía y sarcasmo.
Tiene también el atrevimiento y el gran acierto
de satirizar a las grandes figuras de la informática como el ya mitificado
Steve Jobs, protagonista de la que llamo coloquialmente "La Trilogía
Jobs": Piratas
de Silicon Valley (TV) (1999), jOBS
(2013) y la muy reciente Steve
Jobs (2015) todas ellas muy recomendables.
Y otros que siguen vivitos y coleando pero que podemos reconocerlos fácilmente
en personajes como el de Gavin Belson al que han tenido a bien cambiarle
el nombre y el de su compañía rebautizada aquí como "Hooli", supongo
que para evitar demandas multimillonarias (momentazo épico en el capítulo 5 con
la teleconferencia holográfica en 3D donde el que suscribe se desternilló de
risa como hacía tiempo que no lo hacía podéis creerme).
Parodia e imita, con
una precisión casi quirúrgica, la hipocresía de las grandes corporaciones y sus
guerras comerciales, el espionaje industrial y la violación de derechos
intelectuales (con sus consabidos pleitos). Pero detrás de todo ello, se oculta
una reflexión tremendamente romántica sobre el valor de las ideas y de los
propios sueños. Desdeñando el
codiciado dinero que, en el fondo,
carece totalmente de valor.
Posee además, una
inclasificable banda sonora que va desde el punk de Green Day, pasando por el
funky, rancheras mejicanas o distintos temas electrónicos de los que me
reconozco total desconocedor, hasta llegar incluso al rap hispánico de la Mala
Rodriguez (si, habéis leído bien).
Para concluir, quisiera aclarar que el título de esta reseña
no es un craso error, sino un irónico homenaje a nuestros insignes dobladores
patrios que a finales de los 80 y primeros 90, decidieron sin pudor ni
probablemente conocimiento alguno, rebautizar la zona empresarial del Valle de Santa Clara de esta singular manera. En
fin... "Spain
is different!".
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