El estado de Luisiana es el marco donde se centran las investigaciones en busca de un asesino(s) escurridizo, que parece ser sólo la punta del iceberg de todo un grupo de degenerados fanáticos religiosos que lo protegen y/o ayudan. No por nada, Luisiana forma parte de lo que los americanos llaman el "cinturón de la biblia" donde abundan los predicadores y las instituciones de enseñanza religiosas. Pero todo el mundo coincide en reconocer que la clave del éxito de la serie son sus dos protagonistas, es decir la Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin "Rust" Cohle (Matthew McConaughey) especialmente este último, una especie de policía de vuelta de todo con una gran capacidad para hacer confesar a los detenidos, un pasado inquietante y una actitud nihilista pero a la vez muy profesional con respecto a su trabajo. Un personaje que permite mostrar a McConaughey sus dotes actorales con economía de gestos, muchos silencios, definida su personalidad más por sus actos o por su forma de vida (su alcoholismo, su casa sin muebles, ése crucifijo sobre la cama) que por sus lapidarias frases. No menos interesante resulta el papel interpretado por Harrelson, el cual parece el prefecto padre de familia pero ve como poco a poco su idílica existencia empieza a hacer aguas por todos lados, viéndose arrastrado además por un "incidente" con su compañero que cambiará el rumbo de la trama a mitad de la serie. En resumen, una serie que mantiene en vilo por su trama pero que además hace pensar más por lo que insinúa que por lo que muestra, sobre esa decadente y pantanosa Luisiana, dejando un final esperanzador tras tanta degración moral y física.
12 jul 2014
Series top 2014
Ha bastado que se me ocurriera hablar aquí de que ciertas series había bajado su calidad o que faltaba imaginación en los nuevos estrenos para que Dacosica tenga que recular y aclamar a dos excelentes series que hemos podido ver en esta primera parte del año. La primera de ellas es "True detective", magnífica serie de sólo ocho capítulos que empieza siendo una especie de Twin Peaks con una pareja de policías investigando unos casos de desapariciones y asesinatos rituales y que acaba siendo una reflexión casi filosófica de la existencia humana. Con un gran guión de Nic Pizzolatto, bien dirigida por el hasta ahora desconocido para mi Cary Fukunaga (muy destacable el virtuoso plano secuencia del capítulo 4) llama la atención sobre todo por la inquietante atmósfera en la que se mueven los personajes, lo "malsano" y la vez fascinante del degradado ambiente en que se desarrola la trama.
El estado de Luisiana es el marco donde se centran las investigaciones en busca de un asesino(s) escurridizo, que parece ser sólo la punta del iceberg de todo un grupo de degenerados fanáticos religiosos que lo protegen y/o ayudan. No por nada, Luisiana forma parte de lo que los americanos llaman el "cinturón de la biblia" donde abundan los predicadores y las instituciones de enseñanza religiosas. Pero todo el mundo coincide en reconocer que la clave del éxito de la serie son sus dos protagonistas, es decir la Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin "Rust" Cohle (Matthew McConaughey) especialmente este último, una especie de policía de vuelta de todo con una gran capacidad para hacer confesar a los detenidos, un pasado inquietante y una actitud nihilista pero a la vez muy profesional con respecto a su trabajo. Un personaje que permite mostrar a McConaughey sus dotes actorales con economía de gestos, muchos silencios, definida su personalidad más por sus actos o por su forma de vida (su alcoholismo, su casa sin muebles, ése crucifijo sobre la cama) que por sus lapidarias frases. No menos interesante resulta el papel interpretado por Harrelson, el cual parece el prefecto padre de familia pero ve como poco a poco su idílica existencia empieza a hacer aguas por todos lados, viéndose arrastrado además por un "incidente" con su compañero que cambiará el rumbo de la trama a mitad de la serie. En resumen, una serie que mantiene en vilo por su trama pero que además hace pensar más por lo que insinúa que por lo que muestra, sobre esa decadente y pantanosa Luisiana, dejando un final esperanzador tras tanta degración moral y física.
La cuarta temporada de "Juego de Tronos" ha recuperado el buen tono de la primera, quizás porque al ser tan fiel a la trama (tomándose sus licencias, claro) depende mucho del interés de estas. Jon Nieve, ya es por derecho propio uno de los más interesantes e importantes personajes de la serie; Sansa Stark que se ha quitado de encima el victimismo y la pena que le atormentaba y veremos en qué queda su aventura con Meñique; Daenerys que se se dedica al buen gobierno con muchas dificultades y alguna traición; Tyrion Lannister que las pasa moradas y es víctima de su familia... Todo esllos han sufrido mucho y ya no serán los mismos desde ahora. Es difícil quedarse con algún momento, pero creo que el ya mítico combate entre La Montaña y el príncipe Oberyn se lleva la palma: es tal el impacto de todo lo que sucede que los dos (excelentes) últimos capítulos con la vengativa Ayra Stark enfilando su destino y la gran batalla en el Muro que saben a poco. Siguen los momentos de intrigas palaciegas, que empiezan con un magnicidio y continúan con la nueva vida de Meñique o el sensacional juicio a Tyrion, con discurso final para la historia y emociones a flor de piel. Menos me convence el tema mágico hacia el que va encaminado el bueno de Brandon Stark, aunque dejó un gran momento cuando tuvo que huir de una muerte segura gracias a sus poderes y a Hodor, el personaje de una sola palabra. Y por supuesto muertos, ya no sorprende quedarnos sin algunos personajes pero no puedo por menos que lamentar que ya no veamos al gran Charles Dance y es que ya se sabe, ser Mano del Rey es uno de lo trabajos más peligrosos de los siete reinos.
El estado de Luisiana es el marco donde se centran las investigaciones en busca de un asesino(s) escurridizo, que parece ser sólo la punta del iceberg de todo un grupo de degenerados fanáticos religiosos que lo protegen y/o ayudan. No por nada, Luisiana forma parte de lo que los americanos llaman el "cinturón de la biblia" donde abundan los predicadores y las instituciones de enseñanza religiosas. Pero todo el mundo coincide en reconocer que la clave del éxito de la serie son sus dos protagonistas, es decir la Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin "Rust" Cohle (Matthew McConaughey) especialmente este último, una especie de policía de vuelta de todo con una gran capacidad para hacer confesar a los detenidos, un pasado inquietante y una actitud nihilista pero a la vez muy profesional con respecto a su trabajo. Un personaje que permite mostrar a McConaughey sus dotes actorales con economía de gestos, muchos silencios, definida su personalidad más por sus actos o por su forma de vida (su alcoholismo, su casa sin muebles, ése crucifijo sobre la cama) que por sus lapidarias frases. No menos interesante resulta el papel interpretado por Harrelson, el cual parece el prefecto padre de familia pero ve como poco a poco su idílica existencia empieza a hacer aguas por todos lados, viéndose arrastrado además por un "incidente" con su compañero que cambiará el rumbo de la trama a mitad de la serie. En resumen, una serie que mantiene en vilo por su trama pero que además hace pensar más por lo que insinúa que por lo que muestra, sobre esa decadente y pantanosa Luisiana, dejando un final esperanzador tras tanta degración moral y física.
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3 comentarios:
Dos buenas series para las tardes de invierno y primavera. A ver se estrenan pronto las siguientes temporadas!
True Detective fue una serie interesante y curiosa. A ver si hacen la segunda parte con Brad Pitt
Juego de Tronos top y sigue incrementando su calidad, a la espera que se supere en las siguientes temporadas.....
El dire de True Detective es el mismo que el de la peli de Jane Eyre con Mia Wasikowska, Michael Fassbender y Judi Dench que está francamente. ¡Recomendable, Dacosica!
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