Relatos terroríficos

-Cierta noche de invierno, en un bar, dos parroquianos mantienen sus charlas habituales. Cuando están a punto de cerrar, entra un tipo con el pánico pintado en su rostro: su mujer y su hija están atrapadas en su coche, que se paró cerca de Jerusalem's Lot. Lo que el pobre hombre no sabe es el inquietante secreto que esconde ese pueblo.

-La mujer de un mafioso lo engaña con otro hombre. La noche en la que el amante de la mujer del gángster va al apartamento de éste para hablar, se le revela que, en ese momento, uno de sus hombres ha estado poniendo bolsas de cocaína en el maletero de su coche, y que va a llamar a la policía a menos que cumpla con una apuesta: tiene que dar la vuelta a todo el edificio caminando sobre la cornisa, a más de 200 metros de altura.

-Un hombre tras beber una lata de cerveza en mal estado empieza a sufrir una horrible mutación.

Stephen King, no podía ser de otra manera, está detrás de todas estas pesadillas, historias que dejan un mal cuerpo que pa qué, relatos cortos pero inolvidables. "El umbral de la noche" (Night Shift) es uno de los primeros trabajos del mago del terror (1978) y demuestra que, como autor de relatos cortos, puede considerse un escritor excelso, por encima de géneros y prejuicios. Otra cosa es la novela, estamos hablando de un escritor stajanovista, con una obra que empieza a ser inabarcable, donde hay de todo como en botica.

De este libro el relato más conocido es "Los chicos del maíz", un sangriento retrato ambientado américa profunda, donde el fanatismo religioso da cosica. Yo destacaría varios relatos, "Camiones", o la rebelión de las máquinas, una pesadilla para todo conductor habitual como yo; "Los misterios del gusano" donde aparece por primera vez el terrorífico pueblo de Jerusalem´s Lot, contado de forma epistolar y donde se nota la influencia de H. P. Lovecraft pues, incluso menciona criaturas y libros de las historias del autor; "Sé lo que necesitas" o como el amor no es algo casual si entra en juego la magia y el vudú. También hay relatos en los que se ve uno de los pocos defectos del autor: su tendencia al exceso, a saber "La trituradora", una planchadora poseída por el mal (se nota que el autor no guarda un buen recuerdo de cuando trabajó en una lavandería); "El coco", el monstruo que dicen que viene a por los niños, aquí la caga al final, porque el relato es escalofriante y alguno más.

Una pena porque cuando es sutil ofrece relatos tan brillantes como "La primavera de fresa", sobre un asesino es serie, con sorpresa final o "El hombre que amaba a las flores", otro con giro inesperado.

Pero, como se adelanta en el prólogo, la joya del libro es "El último peldaño de la escalera", que no es terrorífico -King es un gran escritor fuera del género, ahí están los relatos que inspiraron "Cuenta conmigo" (1986, Rob Reiner) y "Cadena perpetua" (F. Darabont, 1994)- pero sí es tremendamente emotivo. Un abogado de éxito viaja en avión a un destino que sólo conocemos al final y recuerda una anécdota de su infancia junto a su hermana, un momento de esos que cuando creces te acompaña para siempre. Muy recomendable y tremendamente triste, el relato atina con una gran verdad: con la edad uno aprende lecciones muy duras que por desgracia no puede enmendar sino sólo vivir con una pesada carga en su conciencia.