Argentina, modelo de fair play |
Este extraño mundial de fútbol, celebrado en el invierno septentrional nos ha dejado un poco decepcionados y también algo esperanzados con respecto al futuro de éste bello deporte.
Argentina, una campeona inesperada
Pocos contaban con la Campeona de la Copa América (derrotó a Brasil en su casa, poca broma) mas su enorme capacidad competitiva le hizo sobreponerse a todas las dificultades, empezando por una inesperada derrota con Arabia Saudí, continuando con una agónica victoria ante Países Bajos (Van Gaal, siempre competitivo) y finalizando en una loca final, que tuvieron ganada y casi pierden en la prórroga de no ser por un paradón de su, por otra parte, antipático portero.
El "Dibu" Martínez es el reflejo de esta selección: combativo, da por encima de su capacidad, insolente y desafiante pero sin los complejos occidentales sobre cómo competir. Argentina fue a ganar o morir y ganó. Gloria merecida.
Francia, por su parte, fue menos controvertida que otras veces, dio la sensación de que las importantes bajas (Kanté, Benzema, Pogba) le hicieron más equipo e incluso mejoró su nivel defensivo, otras veces talón de Aquiles galo. Pero a la final llegó tarde y muy cascado de dos batallas (Inglaterra y Marruecos) tan intensas que dejaron exhaustos a sus titulares. No es de extrañar que, en la final, mejorara con los cambios. Sobre Mbappe, Bota de Oro, demostró una vez más que es el mejor jugador de Europa y el delantero, con Haaland, más decisivo del planeta.
Sobre el resto de equipos, hay de todo, como digo. Decepciones esperadas, en el caso de Bélgica, que llevó a sus tres estrellas (Hazard, Debruyne y Lukaku) fuera de forma, otras inesperadas como Alemania, que mereció mejor suerte pero que tiene una estrella en ciernes, Musiala, que puede ser su salvación.
No fue una sorpresa el éxito de Croacia porque son ultracompetitivos, bien es cierto que ha sido tercera ganándole sólo a Canadá y Marruecos pero salvo con Argentina, pudieron ganar a todos. Es verdad que la selección del eterno Modric tuvo cruces relativamente cómodos, no nos olvidemos, aunque su tercer puesto y su historial reciente en grandes competiciones habla en claro sobre dicha capacidad competitiva.
La misma que mostró la revelación del campeonato, la agresiva y vehemente Marruecos, jaleada por toda la (numerosa) comunidad musulmana. Más allá del fuerte componente político y racial de su éxito, no olvidemos que el fracaso de la selección local dejó huérfanos a los africanos/ no comedores de jamón. Marruecos hizo un fútbol aguerrido, como Argentina;físico, como Francia, y valiente cuando todo estaba en contra. Ahí se le vieron las carencias, en los últimos partidos, pero nada que objetar a su brillante papel.
Poco se ha comentado el enorme paralelismo entre las eliminaciones de nuestra selección (que cuando gana es "la Roja" y ahora vuelve a ser España) en los dos últimos mundiales. La obcecación de entrenadores y futbolistas por el tikitaka acaba resultando casi enfermiza y, pensar que el estilo es seguir como un talibán esa única forma de ganar es suicida. Más aún cuando la generación de futbolistas actual no invita a seguir ese camino y en las últimas grandes citas, España había demostrado ser una selección mucho más dinámica.
Sobre Luis Enrique decir que deja más luces que sombras. Como todo entrenador, se va (no le renuevan) en el fracaso mas su papel en todas las competiciones anteriores es más que destacable. Fuera del rectángulo de juego, su enfrentamiento contra la prensa creo que terminó por perjudicar al rendimiento del equipo aunque hay que reconocerle que su streaming desnudó una vez más a la patética prensa deportiva: asustados por no tener la sartén por el mango y no poder manipular sus declaraciones, la tomaron con Lucho, el cual terminó por caer bien, por lo menos a un servidor. Han estado a una tanda de penaltis de comerse sus palabras, más les valdría tomar nota de que, en la información, las cosas están cambiando.
En resumen: el fútbol físico, valiente, veloz y, con ello, más entretenido, va ganando la batalla por el momento. Con eso me quedo.