Si hay dos géneros cinematográficos genuinamente americanos esos son el western y el musical. Este último es el que mejor refleja el concepto de espectáculo y entretenimiento que existe en los EE.UU. Saltando del teatro al cine, el musical a ofrecido alguna de las mejores películas del séptimo arte, fue el género del que más films se estrenaron durante las décadas de los 30 y 40 y en dacosica vamos a hacerle un merecido homenaje mezclando, como siempre, obras capitales con otras más personales, tratando siempre de buscar un equilibro entre lo clásico y lo moderno.
Melodías de Broadway 1955, Vicente Minelli (1953)
Rodada ya en un momento de madurez del género, cuando el entretenimiento no era sólo lo que se buscaba con este tipo de películas, el gran maestro del género (con permiso de Kelly y Donen, claro) ofreció una película que era un homenaje a Broadway (a quien tanto debe Hollywood) usando como pretexto una leve pero interesante línea argumental: una vieja estrella (Fred Astaire) vuelve a los escenarios y sus amigos (Oscar Levant y Nanette Fabray) escriben un espectáculo con la esperanza de reverdecer viejos éxitos. Además de la interesante reflexión sobre el mundo de la farándula, lo fugaz de la fama y la falsedad de ciertos comportamientos, quedan para el recuardo tres números musicales antológicos: Shine on your shoes, antológico número de Astaire; The girl hunt, con la sensual Cyd Clarise en todo su esplendor; y el apoteósico Dancing in the dark, una maravilla entre estos dos portentosos bailarines (y actores) en un romántico Central Park. Si la perfección existe, esto se le acerca mucho.
My Fair Lady, George Cukor (1964)
Reconozco que Mi bella dama (título comercial en España) no me llamó la atención en absoluto la primera vez que la vi. Se me hizo pesada, aparatosa, agobiante en sus impresionantes decorados y vestuario (del gran Cecil Beaton) y artificiosa a más no poder. Pero hoy día resulta que esos, digamos, defectos han pasado a ser virtudes a las que añadir a una trama realmente sólida (cosa no muy habitual en el género) basada en la famosa obra de teatro "Pigmalión" de George Bernard Shaw. El personaje del padre, incorporado con gran acierto por Stanley Holloway es tan genial como cómico por su desarmante forma de razonar. Estamos pues ante un musical donde se impone "lo que se canta" a "cómo se canta" o se baila. No hay grandes coreografías y temas que permitan el lucimiento de los cantantes pero sí de los intérpretes, de ahí que Rex Harrison (quien interpretó el personaje en Broadway y cantó sus canciones en directo) y Audrey Hepburn estén memorables. De hecho, esta es para mí la mejor interpretación de la actriz, que sabe pasar de la vulgaridad y la comedia, a la elegancia y el drama con una facilidad que sólo las estrellas como ella podían hacer: una película imprescindible.
Mary Poppins, Robert Stevenson (1965)
Disney hace, desde los años 50, unas producciones de acción "real" de tanta calidad (o más) como su división animada. Si ya en 1954 produjeron la que es sin duda mejor adaptación de Verne, "20.000 leguas de viaje submarino" (Richard Fleischer) el propio Walt Disney en persona se empeñó en que el exitoso libro de P.L. Tavers tuviera una magnífica adaptación, y a fe que lo fue. La música fue compuesta por Richard y Robert Sherman, ofreciendo unos números musicales antológicos con canciones míticas como "Chim chim Cherr-e" (ganadora del Oscar) o la divertidísima "Supercalifragilísticoespialidoso" en la vistosa escena de las carreras de caballos (¡como My Fair Lady!). Los magníficos efectos visuales, aún hoy impresionantes, y la espléndida mezcla acción real y animación hacen del film de Stevenson un espectacular musical y una película cómica e infantil de primer orden con unos números de baile gimnásticos, si se me permite el adjetivo. Puede que el resultado final no fuera del agrado de la autora (que no permitió más adaptaciones... en vida) pero como película en sí misma es una abra maestra del cine en general y del musical en particular.
Tommy, Ken Russell (1975)
En los 70 el género estaba en decadencia pero las bandas de rock sinfónico y las adaptaciones de los musicales de Broadway lo resucitaron... momentáneamente. Ken Russell es un personaje en sí mismo: fan de la música clásica, sus films son temática y visualmente excesivos, o los odias o los amas. Sin embargo la adaptación de la ópera rock de los Who, resultó tener un sabio equilibrio entre sus ocurrecias visuales y lo desmadrado del guion, con una música, cañera y sin tregua (no para en los más de 100 minutos de metraje) del grupo británico liderado por Roger Daltrey. El argumento ya avisa de que vamos a ver un desfase: un niño contempla el asesinato de su padre a manos del amante de su madre (Oliver Reed), esta (Ann Margret) le pide que haga como que no ha visto ni oído nada, quedando traumatizado, volviéndose sordo, ciedo y mudo. El pobre sufre durante su infancia y juventud toda clase de humillaciones pero por la pantalla desfilan nada menos que Tina Turner, Eric Clapton o Jack Nicholson para hacernos esto más llevadero. Encima, el chico es un genio de las máquinas de pin-ball y gana al campeón del mundo, un indescriptible Elton John, en una partida multitudinaria. Un film de los que ya, por desgracia, no se hacen, lleno de escenas de masas y un gusto estético realmente alucinado.
Grease, Randal Kleiser (1978)
Uno de los musicales más populares de la historia, adaptación del no menos exitoso musical de Jim Jacobs y Warren Casey, es ya una película de culto con total merecimiento, consiguiendo formar parte de la cultura popular. Sus canciones, hoy día conocidísimas, están interpretadas magníficamente por Travolta y Newton-John los cuales son, gracias a su inigualable carisma, los principales "culpables" del éxito del film. Pero no menospreciemos el trabajo de los secundarios, desde humoristas como Sid Caesar hasta Eve Arden pasando por el divertido cameo de Frankie Avalon. Y es aquí donde Grease tiene quizás su mayor virtud: es una divertida comedia que sabe mantener el perfecto equilibrio entre la parodia y el retrato juvenil de una época (los cincuenta) con la que pudo además jugar una baza siempre segura de cara al público: la nostalgia. Pero, y esto es lo importante, mostrando un pasado idílico y por ello, amable. Para mí, los mejores números son Summer nights, que muestra el tono del film desde el inicio y el divertidísimo y estiloso Grease Lighting, sin duda el mejor Travolta bailarín-cantante de la historia.
La pequeña tienda de los horrores, Frank Oz (1986)
Para el que escribe estas líneas, el último gran musical que se ha rodado, La pequeña tienda... es una adaptación de una obra que se estrenó en el circuito off-Broadway hasta terminar en la gran pantalla. Está, asimismo, basada en una modesta y exitosa película de Roger Corman "La tienda de los horrores" (1960) con la que comparte argumento. Otro film enteramente rodado en decorados, todo ellos magníficos, pero con un tono más cómico que el original, aderezado con unas canciones que recuerdan a la mítica Motown, en especial el coro de tres chicas que parecen las Ronettes. Frank Oz es especialista en comedia y se nota, pues da rienda suelta a los cómicos, bien sea en cameos (John Candy, Bill Murray, James Belushi) o en papeles más largos (el sádico dentista interpretado por Steve Martin). También dota de personalidad y enorme magnetismo al auténtico protagonista del film, la planta carnívora Audrey II, la cual tiene la profunda y melodiosa voz de Lavi Stubbs, un malvado fascinante, divertido y letal. Rick Moranis y Ellen Green son una encantadora y apocada pareja de tímidos amantes que, finalmente, logran sobreponerse a todas las adversidades. Excelente intérpretes y cantantes los dos, dotan de un patetismo y simpatía a la cinta que podría haber terminado siendo un simple artefacto paródico.
P.d.: se ha editado recientemente un blu-ray con un final alternativo realmente rompedor. No se lo pierdan si pueden.
Sí, hay unos cuantos musicales mejores que estos y por eso no quiero dejar de nombrar la irrepetible "Cantando bajo la lluvia" (Gene Kelly y Stanley Donen), que no es solo un gran musical sino una de las mejores películas de cine dentro del cine de la historia; "Jesucristo Super Star", (Norman Jewinson), de la que ya hablé aquí hace un año más o menos; "Granujas a todo ritmo" (John Landis); un clásico de la comedia y del musical "moderno"; "Cabaret", del hoy injustamente olvidado Bob Fosse y por supuesto "Un americano en París", obra maestra absoluta del género. Aquí quedan nombrados todos ellos mas en el corazón quedan, por muy poco, los de arriba.
Fotos: Wikipedia, Warner Bros., Disney, Robert Stigwood Organization, Paramount