"El tercer hombre" |
Se ha repetido hasta la saciedad que Welles fue un "niño prodigio" y un adelantado a su tiempo. Su leyenda se forjó como figura máxima del Mercury Theater. Su éxito animó la cadena de radio CBS a contratarlo para una adaptación de "La Guerra de los Mundos" basado en la novela de H.G. Wells. Es aquí donde la leyenda empieza a extenderse y con ello, la tendencia a la teatralidad del Genio de Wisconsin, gran vendedor de sus productos básicamente porque jamás desmentía un rumor: en contra de lo que se cree, pocos americanos se creyeron que fuera una invasión "real", más que nada porque era un programa local y no existen documentados casos de personas que llamaran asustadas a la policía o que mostraran su miedo en público. Si se lo creyeron o no es un misterio.
Otra de las leyendas que se han impuesto con los años es que lo mejor de esa gran película que es "El tercer hombre" (1949, Carol Reed) es obra de Welles y si bien su magnética presencia en el tercio final del film es lo mejor de la película, la famosísima escena de las cloacas de Viena es obra del talentoso director británico Carol Reed y no del norteamericano. Al César, lo que es del César.
Pero hablemos de sus películas. Para empezar Welles es uno de esos directores de los que todo el mundo habla pero pocos han visto sus películas. Objeto de una excesiva mitificación, fomentada por él mismo y su fama de bon vivant (toros, mujeres, gastronomía, alcohol, etc.), el Genio de Wisconsin es un director para mi capaz de lo mejor y de lo peor. Aquí mi opinión sobre lo que he visto de él.
- "Ciudadano Kane" (1941) es quizá el mejor ejemplo de que digo: película mítica, con comienzo espectular (no sólo la escena de la mansión, también el "falso" documental sobre Kane) pero es un film que pierde fuelle y me acaba aburriendo. Cierto que trata temas interesantes como el abuso de poder, la demagogia política, la manipulación de los medios de comunicación, pero ha quedado rebasada por el cine que se ha realizado posteriormente, pienso que no es ni por asomo su mejor film.
"El cuarto mandamiento" |
- "El extraño" (1946) surge como un proyecto barato y rápido para recuperar un poco del prestigio rápidamente dilapidado. Es un thriller interpretado por Edward G. Robinson, en el que se investiga a un profesor (Welles, en otra de sus excesivas interpretaciones) sospechoso de ser un nazi. Un film brillante, que acierta más cuando sólo es suspense que cuando se pone enfático y que tiene un acertado clímax final made in Welles, su marca de fábrica (ver "La dama de Shanghai") y una demostración de su infinito talento.
"Sed de mal" |
- "El proceso" (1962), adaptación de la novela de Franz Kafka, pertenece a su época de "exilio" en Europa, donde gozaba de gran prestigio y apoyo económico. Cuenta con un reparto de grandes estrellas internacionales, destacando Anthony Perkins en una de sus mejores interpretaciones. Era difícil salir airoso del reto y Welles lo logra, gracias una vez más a su pericia e imaginación visual. La trama va volviéndose, como sus imágenes, más y más surrealista, hasta casi llegar a ser un film de terror. Lástima el final, pero en su defensa decir que la novela tampoco estaba acabada.
"Fraude" |
El largo listado de films inconclusos que dejó O. W. daría para otra entrada en dacosica pero dejaremos únicamente constancia de dos:
- "Too much Andersons": en realidad son un conjunto de imágenes mudas que deberían acompañar a un espectáculo de teatro protagonizado por su amigo Joseph Cotten pero quedó inconclusa y la obra no se llegó representar. El canal TCM emitió a primeros de este año un montaje con una música incorporada poco afortunada que se queda como una curiosidad sin mucha coherencia. A destacar las escenas tipo Harold Lloyd que protagoniza (sin dobles) Cotten en las azoteas de Manhattan.
John Huston, Orson Welles y Peter Bogdanovich |